Moya (Cuenca)
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Moya es un municipio conquense situado al Norte de la provincia de Cuenca (España). Está formado por la Villa y el Castillo de Moya, actualmente deshabitado, y por cuatro barrios o pedanías que se encuentran en los alrededores y que son El Arrabal de Moya, Santo Domingo de Moya, donde se encuentra hoy en día el ayuntamiento, Los Huertos de Moya y Pedro Izquierdo de Moya.
[editar] Población
El Castillo, en la cima de la colina, actualmente se encuentra en proceso de restauración y encierra una torre del homenaje y conserva parte de la muralla de guardia. La Villa, también en la cima, conserva una iglesia y el ayuntamiento todavía en funcionamiento, y los restos de otras seis iglesias. También se conservan algunas puertas de las 7 que en su día guardaban la Villa y la fortaleza, como son la puerta de la Villa, la puerta de los Ojos o la puerta de San Juan, entre otras. Una doble muralla rodea la cima.
A los pies de la Villa, en la misma colina, se encuentra el Arrabal. El resto de barrios se encuentran a unos pocos kilómetros de distancia de la Villa.
Aunque cuenta con asentamientos humanos previos, Moya fue fundada a finales del siglo XII, en una posición estratégica entre los reinos de Valencia, Aragón y Castilla, en un enclave conocido como la Llave de Reinos por la comentada posición fronteriza. Fue tomada en el avance de las tropas castellanas durante la reconquista y otorgados sus propios fuero en los que se otorgaba privilegios a los nuevos habitantes. El primer asentamiento consistiría en una primera muralla con una iglesia, la da la Trinidad y un pequeño asentamiento. Poco a poco la Villa fue creciendo en importancia, llegando incluso a comprar su derecho de no pertenecer a ningún señor feudal salvo al rey, convirtiéndose en el Realengo de Moya. En el siglo XV ese derecho fue abolido, muy a pesar de sus ciudadanos cuando Isabel la Católica le otorgó al matrimonio compuesto por su camarera Beatriz de Bobadilla y el marido de ésta Don Andrés de Cabrera el "Marquesado de Moya" por custodiar los tesoros de la corona en el Alcázar de Segovia durante la guerra civil castellana y por su demostrada lealtad de ambos a los Reyes Católicos. Los marqueses de Moya se fueron sucediendo en una época de mayor o menor esplendor, convirtiéndose la Villa en la cabeza del Marquesado y teniendo uno de los puertos secos más importantes de la época por ser la única localidad castellana con acceso al río Turia. La época de esplendor llegó hasta Floridablanca y el centralismo, perdiendo su importancia tanto eclesiástica como civil. A principios del siglo XIX la gente comienza a abandonar la colina y a construir sus casas en los barrios a los pies de la colina y en 1950 ya no quedan habitantes en la Villa. El abandono conlleva la destrucción de la Villa dejando prácticamente todo el complejo en ruinas, hasta la actualidad que moderadamente se han comenzado labores de recuperación. La Villa de Moya es un monumento histórico-artístico con un potencial arqueológico sin precedentes.
[editar] Fiestas y tradiciones
Son muchas las traciones que se han perdido debido al abandono masivo de los habitantes hacia las ciudades, pero aún quedan algunas que se siguen celebrando. Las que todavía se celebran dentro de la Villa son actualmente dos: El Septenario y El Cristo de la Caída. Antes de la decadencia, en la época en la que la Villa contaba con las 7 iglesias en funcionamiento, eran numerosas las fiestas religiosas que las cofradías celebraban, encargadas también de organizar las procesiones de los santos que veneraban.