Pero Niño
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- Desambiguación: Pedro Alonso Niño (¿1468?–1502).
Pero Niño (¿?, 1378 – Cigales, Valladolid, 1453), conde de Buelna, fue un destacado militar, marino y corsario castellano al servicio del rey Enrique III el Doliente. También es conocido por ser el protagonista de El Victorial o la Crónica de Pero Niño (h. 1436), biografía escrita por el oficial bajo su mando Gutierre Díez de Games e importante obra de la literatura hispánica medieval en su género.
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[editar] Infancia
Pero Niño nació a principios de 1378, quizá en Valladolid o en sus cercanías. Era hijo de Juan Niño e Inés Lasso (o Lasa). La familia, de noble linaje aunque venida a menos por aquel entonces, había servido tiempo atrás a la Corona.
El 4 de octubre de 1379 nacía en Burgos el futuro Enrique III, y como era costumbre se le proporcionó una nodriza (que había de ser de estirpe señorial) para los tres años siguientes. La elegida fue Inés Lasso y por ello los padres de Niño recibieron una generosa retribución[1], que incluía la concesión del señorío de Cigales. Además disfrutaron del privilegio de que su hijo se criase y educase con el Infante, y así ambos pasaron juntos diez años como compañeros de juegos y pupilos del mismo ayo: Ruy López Dávalos, a la sazón Condestable de Castilla.
[editar] Primeras armas
Al poco de ser coronado (2 de agosto de 1393) el joven Enrique III tuvo que sofocar revueltas nobiliarias en su contra. En varias de estas acciones bélicas hizo sus primeras armas Pero Niño. En la primera de ellas (cerco de Gijón, septiembre de 1394), cuando tenía sólo quince años, avanzó en vanguardia de una incursión a los alrededores del castillo del conde de Noreña. Se señaló asimismo en posteriores enfrentamientos contra las huestes de otros nobles castellanos rebeldes y en la guerra contra Juan I de Portugal, en la que formó parte de 1396 a 1399 de las tropas al mando de su antiguo mentor el condestable López Dávalos.
Hacia 1399 Pero Niño contrajo matrimonio con doña Constanza de Guevara, dama de la alta nobleza castellana y hermana de la esposa del condestable. La pareja tuvo un hijo llamado Pedro, que vivió hasta los veintisiete años, pero se truncó por la muerte de ella a los cuatro o cinco años del casamiento.
En torno a 1401 entró al servicio de Niño Gutierre Díez de Games, quien contaba con una edad similar a la suya, y que le acompañaría en sus posteriores empresas y sería su biógrafo. Díez habla de los múltiples conocimientos y habilidades militares que poseía su señor. Cuenta que era muy diestro en el manejo de diversas armas, especialmente la espada y la ballesta. En esto último debió instruirle su abuelo Pero Fernández Niño, ballestero de Pedro el Cruel. Señala también su gran dominio de la caballería.
[editar] Mediterráneo
Por aquellos años Castilla gozaba de un auge de sus intercambios comerciales. Sin embargo éstos eran amenazados por un creciente corso. Y en el Mediterráneo occidental era especialmente preocupante el que ejercían sobre ella los cristianos. Y de entre éstos, los propios corsarios castellanos, que actuaban en connivencia con la Corona de Aragón, el Papado de Aviñón, y lo que era peor, con ciertos nobles castellanos. Por ello Enrique III encomendó secretamente la tarea de atajar este problema a un hombre de su máxima confianza. Éste era Pero Niño, cuya labor debía ser la de una suerte de "polícia naval" entre cristianos. No obstante, su misión terminó derivando en corso cristiano contra musulmanes.
Niño no poseía ninguna experiencia naval hasta entonces, pero tendría a su disposición a dos veteranos marinos: el sevillano Juan Bueno y el genovés Nicoloso Bonel. En Sevilla se armaron dos galeras y una nao de vela auxiliar, a las que se dotó de una cualificada tripulación de marineros y ballesteros. Al frente de la nao iba Pero Sánchez de Laredo dirigiendo a su propios hombres, y al mando de las galeras Pero Niño como capitán, acompañado por su primo hermano Fernando Niño y hasta treinta hombres de armas.
La expedición zarpó a principios de mayo de 1404, recorrió río abajo el Guadalquivir, y al salir al Atlántico se dirigió al estrecho de Gibraltar. Luego lo cruzó y se dividió en dos: la nao navegó a su aire y las galeras avanzaron paralelamente a la costa peninsular. Cuando éstas se encontraban aproximadamente a dos millas de Málaga se levantó una espesa niebla. Al disiparse se hallaron frente a la ciudad. Pertenecía al Reino de Granada, que en aquel momento disfrutaba de un tregua con Castilla. Los habitantes obsequiaron a los recién llegados con presentes de hospitalidad, tras lo cual estos siguieron su camino y llegaron a Cartagena. Aquí estableció Niño una base de operaciones. Pero el primer objetivo no serían los corsarios cristianos, como estaba previsto, sino las costas de Berbería. Tras navegar varios días por sus proximidades sin encontrar ningún navío, el capitán castellano decidió desembarcar en Alcoçévar [2] (quizá la actual Mahdia, Túnez). La expedición repuso agua potable y tuvo un victorioso choque, aunque militarmente intrascendente, con jinetes berberiscos. Después reeembarcó, y tras buscar durante varias jornadas sin éxito naves musulmanas alrededor de las Islas Habibas (cerca de Orán), regresó a Cartagena.
[editar] Marsella
En junio Pero Niño tuvo de noticias de la existencia de un corsario castellano llamado Juan de Castrillo que efectuaba sus depredaciones junto al mallorquín Arnau Aymar, y salió en busca de ambos desde Cartagena con rumbo nordeste. Cuando se enteró de que se hallaban en las aguas de Marsella se dirigió allá.
Desde la isla de Pomègues, próxima al puerto de dicha ciudad, un sistema de banderas solía alertar a los corsarios de la llegada de embarcaciones al lugar. De este modo los dos perseguidos fueron avisados de la presencia de las galeras castellanas e intentaron salir a mar abierto para escapar. Pero nada más atravesar la bocana del puerto se toparon con Pero Niño, ante lo cual hurdieron una treta: simularon prepararse para entablar combate (obligando al rival a hacer lo mismo e invirtiendo cierto tiempo en ello) pero volvieron a refugiarse al puerto.
Sin embargo el peligro para los marinos castellanos estaba en los otros barcos de los defensores de Marsella que ya habían zarpado para enfrentarse a las dos galeras intrusas. A pesar de su evidente inferioridad Niño estaba empeñado en luchar. Pero cuando el choque parecía inminente, desde la abadía de San Víctor, y mediante un enviado, la máxima autoridad de la plaza intentó rebajar la tensión y solicitó la presencia del capitán castellano. Se trataba del aragonés Pedro Martínez de Luna, el Papa de Aviñón reconocido como Benedicto XIII por Aragón, Castilla y Francia. Los castellanos comprendieron que las presas que perseguían estaban bajo la protección del pontífice, que sin lugar a dudas amparaba en su provecho la práctica del corso, como así reconoció Díez[3]. Sin embargo, por evidentes razones políticas su situación ahora era muy embarazosa. Niño se excusó como pudo, aduciendo que creía estar dando caza a musulmanes, y el incidente pareció momentáneamente apaciguado. El Papa Luna le invitó a pasar unos días en su corte eclesiástica, durante los cuales no obstante enfermó. Circunstancia ésta que aprovecharon Castrillo y Aymar para huir. A pesar de su mal estado de salud, en cuanto Niño tuvo conocimiento de ello ordenó partir de inmediato tras ellos.
[editar] Cerdeña
El viaje en pos de la captura de los fugitivos llevó a las galeras castellanas, tras sufrir una fuerte tormenta, a la isla de Capraia, donde hicieron una breve parada. Reanudaron la marcha hacia el sur por el Tirreno, entre Córcega y el Archipiélago Toscano. Cruzaron luego el estrecho de Bonifacio hacia el oeste, y cabotando por aguas de Cerdeña arribaron a Alguer. La villa estaba bajo el control de la Corona de Aragón, que por entonces se enfrentaba a la sublevación sarda de la familia Arborea. Estaban allí fondeadas las naves de otros corsarios castellanos: el veterano Nicolás Jiménez de Cádiz y su hermano Juan, junto al vasco Juan de Loda. Éstos dispusieron sus barcos unidos junto al muelle para defenderse mejor. Sin embargo el enfrentamiento no se dió, pues además de que Bueno y Bonel lo desaconsejaran rotundamente por inferioridad, el capitán aragonés de la plaza pidió vehementemente a Niño con insistencia que no atacara y terminó convenciéndole. Los dichos corsarios le facilitaban provisiones que necesitaban e incluso les defendían. Los castellanos aceptaron la invitación del aragonés para bajar a tierra y comer. Allí les informaron de la presencia en Orestán (Oristano) de una nave robada por corsarios a comerciantes sevillanos, y cuando embarcaron se dirigieron al lugar.
El mencionado barco fue tomado en abril por el sardo-catalán Joan Olzina, quien lo condujo a su base operativa en Caller (Cagliari). El gobernador aragonés de la plaza, Hug de Rosanes, lo consideró una presa válida debido a que anteriormente los sevillanos habían capturado una barca de Caller cerca del cabo de Pula, y se convirtió entonces en nave corsaria de Olzina. Pero el día 13 de junio, cuando Pero Niño llegó a Orestán, tenía un uso distinto. En esta ciudad, en poder de los rebeldes sardos, se habían reunido los representantes de éstos con los de la Corona de Aragón para negociar la paz. Y el acuerdo debía concluirse en Valencia ante la presencia del rey Martín el Humano. A Olzina le habían encomendado realizar el traslado de todos los congregados con su nueva embarcación.
Sin saber el incidente político que estaba a punto de ocasionar, Niño entró en el puerto y abordó la nave antes de que zarpara. Luego fue desvalijada por la marinería, que se apoderó de los equipajes de los representantes y de una carga de trigo, cueros y quesos que habían fletado los mercaderes locales. El capitán castellano se negó a negociar con los diplomáticos un rescate por sus pertenencias, entre las que estaban los documentos que debían presentar ante el monarca, y envió la presa a Cartagena con algunos hombres. El suceso sirvió de excusa a Brancaleone Doria para romper las negociaciones con Aragón.
[editar] Túnez
Decepcionado por sus hasta entonces problemáticas e improductivas acciones contra el corso cristiano, Pero Niño decidió volver a probar suerte en Berbería. Como le habían comentado en Orestán que el rey de Túnez armaba navíos corsarios, puso rumbo hacia las aguas del golfo del mismo nombre. Llegaron las dos galeras a Gemolín [4] (Zembretta), una pequeña isla junto a la más grande de Gemal (Zembra) (y ambas situadas al noroeste del cabo Bon), y desembarcó la tripulación en ella para descansar y situar vigías al acecho de naves que navegaran por la zona. Tras pasar diez días sin avistar ninguna, una noche Niño decidió adentrarse en la bahía y avanzar con sigilo hacia el puerto de Túnez. A una legua de él hallaron una galera anclada y la asaltaron doblegando cualquier resistencia.
Por los prisioneros capturados supieron que más al interior fondeaba la galeaza del rey de Túnez y fueron a su caza confiando en sorprenderla. Pero los ruidos del recién librado combate habían alertado a una carraca mercante genovesa próxima, y ésta a su vez a la galeaza, que se puso en movimiento buscando resguardo. Se inició entonces la persecución. La nave tunecina entró "por la canal de un río que salía de la tierra"[5] (el canal de La Goulette). Le siguieron las galeras castellanas de una en una (dada la estrechez del paso), al mando de Pero Niño y su primo Fernando respectivamente. La de vanguardia se acercó a su presa hasta embestirla por popa, momento en que el mismo Niño saltó a ella armado de espada y adarga. El rebote alejó a la galera perseguidora e impidió a los hombres acompañar a su capitán en la pelea. No obstante éste pudo defenderse hasta que en un nuevo alcance, ya con las primeras luces de la mañana, pasaron los atacantes a la galeaza para rendirla finalmente. Sin embargo, al haber encallado no pudieron llevársela, y como la venida de numerosos defensores desde tierra (10.000 según Díez[6]) ponía en peligro a toda la expedición, Niño ordenó abandonarla, no sin antes saquearla, transbordar a los prisioneros y prenderle fuego.
El escape se complicó momentáneamente al estar igualmente embarrancada la primera galera castellana, pero se solventó mediante su remolque hacia fuera por la de Fernando Niño. Tras incendiar (previo saqueo) también su primera presa los castellanos se retiraron a una posición alejada y segura en la que detenerse y reposar. El botín obtenido en esta incursión era básicamente material militar, al ser las dos embarcaciones abordadas de esta naturaleza.
Después de levar anclas Pero Niño prosiguió la navegación bordeando la costa norteafricana hacia el oeste y pasando frente a Bona (Annaba) y Bugía. Pero transcurridas varias jornadas sin divisar ningún navío berberisco resolvió regresar a Cartagena (julio de 1404).
[editar] Notas
- ↑ "(...) diéronla tal galardón, qual nunca fue dado a otra ama que rey criase en Castilla, que montaron sus heredades e dádivas, en villas e en merçedes, en cuantía de çincuenta mill florines." (Díez de Games, El Victorial, cap. 18).
- ↑ Díez, op. cit., cap. 38.
- ↑ "Aquellos dos corsarios estaban ahí en la guarda del Papa; habían sueldo de él. Iban a robar e volvíanse a Marsella" (Díez, op. cit., cap. 39).
- ↑ Díez, op. cit., cap. 42.
- ↑ Díez, op. cit., cap. 44.
- ↑ Díez, op. cit., cap. 44.
[editar] Bibliografía
- Consultada:
- Condeminas, Francisco: La marina militar española, 2000, ISBN 84-930472-4-4
- Díez de Games, Gutierre: El Victorial (h. 1436), edición de R. Beltrán, Madrid, 2005, ISBN 978-84-306-0248-3
- González de Vega, Gerardo: Mar Brava. Historias de corsarios, piratas y negreros españoles (capítulo II: Un caballero navegante), Barcelona, 1999, ISBN 84-406-9374-5
- Otra:
- Fernández Duro, Cesáreo: Campañas de Pero Niño, en La marina de Castilla, Madrid, 1995, ISBN 978-84-86228-04-0
- Ferrer i Mallol, Maria Teresa: Els corsaris castellans i la campanya de Pero Niño al Mediterrani. Documents sobre "El Victorial", en Anuario de estudios medievales, ISSN 0066-5061, nº 5, 1968, págs. 265-338.
- Vargas Ponce, Josef de: Vida de Don Pedro Niño, Madrid, 1807.