Provincia de Spania
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Se llamó provincia de Spania a los territorios ocupados por el imperio Bizantino en el reino Visigodo, entre los años 552 y 624, en el sudeste de Hispania.
Según Isidoro de Sevilla, el año 552 se firmó un pacto entre el noble visigodo Atanagildo y el emperador bizantino Justiniano I, en el cual el primero solicitaba ayuda militar para combatir a su rival el rey visigodo Agila I. No está claro en que consistió el pacto, aunque es posible que se acordara la cesión de territorios costeros, que eran de alto interés político-económico para el imperio Bizantino.
Ese año tropas bizantinas desembarcaron en Gades (Cádiz) y en Cartago Spartaria (Cartagena) ocupando otras importantes ciudades costeras y continuando su avance hacia el interior.
La ocupación se vio favorecida por la debilidad política y económica de los visigodos en las antiguas provincias romanas Cartaginense y Bética, que estaban dominadas mayoritariamente por terratenientes hispano-romanos hostiles a la dominación visigoda, siendo la ciudad de Corduba (Córdoba) un importante bastión de rebeldía.
Una vez instalado en el poder, el ahora rey Atanagildo, exigió el retiro de las tropas bizantinas, lo cual fue negado por el emperador Justiniano I, quien anexó los territorios ocupados creando jurídicamente la provincia de Spania e instalando su capital en Cartago Spartaria (Cartagena), bautizándola Justina y nombrando un gobernador con el rango de magister militum Spaniae.
Las tropas bizantinas en Spania no eran muy numerosas, debido a las guerras que mantenía el imperio Bizantino en otras regiones. Esta escasez de tropas hizo que los bizantinos se fortificaran en las ciudades que habían ocupado, dejando el terreno abierto a los visigodos, comenzando así un período de esporádicas luchas, sin resultados para ambos bandos.
El emperador Justiniano I muere en 565 y el rey Atanagildo fallece en 567. Les suceden Justino II, sobrino del emperador, y el rey Liuva I respectivamente. El rey Liuva I asocia al trono a su hermano Leovigildo y muere en 572, quedando Leovigildo como rey. Con él se inicia el fin de la provincia de Spania. El reinado de este monarca estuvo lleno de conflictos militares, políticos y religiosos, que con gran habilidad logró superar, logrando además conquistar una buena parte de la provincia de Spania.
El inicial apoyo de los hispanorromanos al imperio Bizantino se fue volcando hacia los siguientes reyes visigodos, ya convertidos al catolicismo desde 589, apurando de esta forma la conquista de territorios de la provincia de Spania hasta el año 624, cuando durante los reinados del visigodo Suintila y del emperador Heraclio, los bizantinos abandonan las últimas ciudades en su poder, Cartagena y Málaga.
La provincia de Spania llegó a ocupar el territorio que abarca desde Cádiz, pasando por Córdoba y llegando hasta Denia.
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