Ricardo Zamora
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Ricardo Zamora | |||
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Nombre completo: | Ricardo Zamora Martínez | ||
Apodo: | El Divino | ||
Fecha de nacimiento: | 21 de enero de 1901 | ||
Lugar de nacimiento: | Barcelona, España | ||
Fecha de fallecimiento: | 8 de septiembre de 1978 | ||
Lugar de fallecimiento: | Barcelona, España | ||
Nacionalidad: | |||
Club actual: | Retirado | ||
Posición: | Portero | ||
Altura: | 1,86 metros | ||
Partidos internacionales: | 46 | ||
Goles: | {{{goles}}} | ||
Año del debut: | 1916 | ||
Club del debut: | Espanyol | ||
Año del retiro: | 1936 | ||
Club del retiro: | {{{clubretiro}}} |
Ricardo Zamora Martínez, guardameta español, (1901 - 1978)
Zamora, el portero con la imagen más literaria de toda la historia del fútbol.
Su gorra, sus calzones, su jersey de cuello alto y su estampa a blanco y negro hacían de él un personaje imbatible para los más osados, aquellos que disparaban a su puerta buscando el gol.
Lo llamaban el Divino y fue el mejor arquero del mundo. Además de fumar, bebía cerveza la noche antes del partido y solisombra las tardes que no jugaba.
Hay una biografía espléndida de este personaje; la escribió José Fernando Aguirre y se titula Ricardo Zamora.
Tabla de contenidos |
[editar] Carrera Profesional
[editar] Inicios
Ricardo Zamora fue la primera gran estrella que tuvo el fútbol español y su nombre aún figura entre los mejores guardametas de la historia. Nació el 21 de enero de 1901, en Barcelona. Murió en 1978 en Barcelona y obtuvo a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito Deportivo.
Empezó a practicar fútbol cuando este deporte dio sus primeros pasos en España. Su carrera empezó en la segunda década del siglo XX. El primer ídolo del fútbol español se llamaba Zamora, como la ciudad, pero desde que empezó a jugar, cuando la gente oía el nombre pensaba primero en el jugador y luego, en la ciudad.
En 1916 fichó por el Espanyol, cuando sólo tenía 16 años. Se formó en las filas de la entidad blanquiazul, pero en 1919, tras un enfado con la directiva, fichó por el club rival de la ciudad, el Barcelona. Fue azulgrana durante tres temporadas y consiguió sus dos primeros títulos de Copa.
[editar] Selección Nacional
El momento más brillante de su carrera llegó pronto, en 1920. La selección española acudió a los Juegos Olímpicos de Amberes con el objetivo de alcanzar el podio. Ricardo Zamora se convirtió en la figura del equipo y logró el reconocimiento mundial. Desde entonces, se le consideró el mejor portero del planeta. En Amberes, España actuó por vez primera como selección de fútbol en un torneo oficial. Su participación fue un gran éxito, ya que alcanzó la medalla de plata tras ganar cuatro partidos y perder sólo uno. En el primer encuentro, contra Dinamarca, España se impuso por 1-0 y el guardameta fue sacado a hombros del estadio. En estos Juegos nació la furia española y se consagró Zamora.
Estrella en los Juegos Olímpicos de Amberes, al regreso de tierras belgas Zamora solicitó al presidente del Barcelona, Joan Gamper, un aumento de su ficha, petición a la que no accedió el dirigente.
[editar] Sus Clubes
Victoriano y Jenaro de la Riva, directivos del Espanyol, aprovecharon la situación para convencer a Zamora de que fichara por la entidad blanquiazul. La tarea no fue difícil, ya que le ofrecieron 20.000 pesetas de ficha y 1.000 de sueldo al mes. Este fichaje provocó un parón en la brillante carrera de Zamora, que debió estar un año sin jugar debido a una disposición federativa que impedía a un futbolista cambiar de equipo sin el consentimiento de su club de origen.
Pero si impresionantes fueron las cifras que se barajaron en su fichaje por el Espanyol, más aún lo fueron las de su traspaso al Real Madrid, que pagó por él 100.000 pesetas al club barcelonés en 1930 y le garantizó a Zamora una ficha de 40.000 pesetas al año. La operación fue de tal magnitud que recibió el calificativo de traspaso del siglo.
En el Madrid vivió algunas de las mejores temporadas de su carrera, Ricardo Zamora aterrizó en el Real Madrid en el verano de 1930, gracias a las gestiones del entonces presidente, Pablo Hernández Coronado, que consiguió arrebatárselo al Espanyol. El «Divino» Zamora ya era por entonces un intocable del fútbol español: doce temporadas en activo (dos en el Barcelona y diez en el Espanyol) y titular indiscutible de la selección.
[editar] Tras su Retiro
Ricardo Zamora recrea en su libro de memorias Diez años defendiendo la meta española (1931) el viaje desde Santander a Gijón para celebrar el partido internacional ante Italia en 1928; la mala situación anímica del portero por la muerte de su padre; la transformación completa de El Molinón en la que "se había tirado la casa por la ventana"; el recibimiento a los contendientes por parte de autoridades deportivas y gijonesas en la Calle del Carmen esquina a Corrida, con vítores, iluminación, discursos y entusiasmo; la excursión al día siguiente hasta Covadonga; la reseña de lo que llama "el combate del Molinón", un partido jugado en el que hubo fuerte ritmo, gran violencia por parte de los italianos, dominio alterno, jugadores lesionados y apuros para los españoles; así como el banquete oficial al término del encuentro del que Zamora critica las escasamente sinceras palabras de los directivos que afirmaban la nobleza y el equilibrio del fútbol mediterráneo.
Durante la guerra civil española 1936-1939 permaneció mucho tiempo escondido, porque sabía que le estaban buscando y cada dos por tres venían milicianos a casa a registrar, se llevaban los trofeos, se llevaban las medallas, se llevaban todo lo que pillaban. Después de estar escondido en casa se escondió en casa de un íntimo amigo suyo, de un médico muy conocido en la época, y estuvo mucho tiempo escondido allí. Hasta que por fin, por no comprometerle, ya vinieron una vez a buscarle y se lo llevaron. Lo tuvieron en la cárcel Modelo. Estuvo allí bastante tiempo pasándolo muy mal porque cada dos por tres aparecía un miliciano, decía los nombres de ocho o diez personas, y esos no volvían, eran a quienes les daban el llamado paseo, del cual no se volvía nunca. Y cada vez que venía este hombre y nombraba a seis o siete, le nombraba a él también. Y claro, ya pensaba que se lo iban a cargar, y lo que ocurría era que como había muchos cambios de comisario, era un comisario nuevo que lo quería conocer, y quería saludarle y hablar con él de fútbol, y se llevaba unos sustos tremendos.
No se sabe a ciencia cierta porque le encarcelaron. Ricardo Zamora jamás en la vida se metió en política, ni ha participado en ningún grupo político y nunca ha pertenecido a ningún partido. Sus partidos eran los que jugaba al fútbol, de política nada. Pero había que dar publicidad al tema, y para que la cosa sonara más lo cogieron y lo encarcelaron. Salió por medio de la embajada Argentina, estuvo refugiado allí una temporada, hasta que pudo regresar a Valencia y, en un barco argentino, el torpedero Tucumán, lo llevó a Niza. Estuvo en Francia, hasta que acabó la guerra y pudo regresar.
[editar] Retiro del Fútbol
El 21 de junio de 1936, tras vencer en la final de Copa al Barcelona, anunció su retirada en las páginas del diario Ya, su último partido fue espectacular. Se jugaba la final de la Copa de España en Valencia. El Madrid venció al Barcelona por 2-1. Una gran parada de Zamora que evitó el empate de los catalanes. La prensa de la época recoge el relato que hizo de su intervención.
"No ven mis ojos más que a Escolá. Le veo agrandado. En primer plano, sus pies y el balón. Inclino el cuerpo hacia la izquierda. Críspanse los dedos atenazando el cuero. ¡No ha sido gol!, oigo a mi alrededor".
Fue el colofón a una brillante carrera como jugador.
[editar] Homenaje Póstumo
En la memoria colectiva quedó acuñado el epigrama: «1-0, y Zamora de portero». El guardameta permanece en el santoral del fútbol español, y no sólo por sus hechos, sino por las fábulas que de él se cuentan. La leyenda dice que los niños se acercaban a él para tocarle, como las beatas santifican a las reliquias.
¿De dónde proviene su aura? Sobre todo, de su imagen intransferible. Las crónicas deportivas describen a un tipo inmaculado que alimentaba su propia liturgia: bien vestido, jersey impecable, calzón hasta la rodilla, gorra, guantes, tobilleras, rodilleras. Y un muñeco como mascota cuando saltaba al césped, siempre el último de la fila.
La gente se fijaba en él por esto, aunque sus condiciones como portero marcaron una época. Era alto (1,80 metros), de gran envergadura y manos gigantescas. Tenía facultades físicas, pero destacó por encima de sus contemporáneos por su facilidad para interpretar el juego.
Mostraba una gran anticipación, dominaba las salidas por alto, enseñaba unos reflejos felinos e intimidaba a los delanteros.
Como homenaje a Zamora, el trofeo que premia al guardameta menos goleado de la Liga lleva su nombre. De haberse concedido en su época, lo habría ganado tres veces, en la temporada 1929-30 con el Espanyol y en las de 1931-32 y 1932-33 en el Real Madrid.
Temporada | Portero | Equipo | Partidos | Goles encajados | Goles/partido |
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1928-29 | Ricardo Zamora | RCD Espanyol | 15 | 24 | 1,60 |
1929-30 | Gregorio Blasco | Athletic Club de Bilbao | 15 | 20 | 1,33 |
1930-31 | Tomás Zarraonaindía | Arenas de Getxo | 14 | 27 | 1,92 |
1931-32 | Ricardo Zamora | Real Madrid | 17 | 15 | 0,88 |
1932-33 | Ricardo Zamora | Real Madrid | 18 | 17 | 0,94 |
1933-34 | Gregorio Blasco | Athletic Club de Bilbao | 14 | 21 | 1,50 |
1934-35 | Joaquín Urquiaga | Real Betis Balompié | 21 | 19 | 1,90 |
1935-36 | Gregorio Blasco | Athletic Bilbao | 21 | 30 | 1,47 |
1939-40 | Fernando Tabales | Atlético de Madrid | 21 | 29 | 1,38 |
1940-41 | José María Echevarría | Athletic Club de Bilbao | 18 | 21 | 1,16 |
1941-42 | Juan Acuña | Deportivo de La Coruña | 26 | 37 | 1,42 |
1942-43 | Juan Acuña | Deportivo de La Coruña | 25 | 31 | 1,24 |
1943-44 | Ignacio Eizaguirre | Valencia CF | 26 | 32 | 1,23 |
1944-45 | Ignacio Eizaguirre | Valencia CF | 22 | 28 | 1,27 |
1945-46 | José Bañón | Real Madrid | 25 | 29 | 1,16 |
1946-47 | Raimundo Pérez Lezama | Athletic Club de Bilbao | 23 | 29 | 1,26 |
1947-48 | Juan Zambidio Velasco | FC Barcelona | 26 | 31 | 1,19 |
1948-49 | Marcel Domingo | Atlético de Madrid | 24 | 28 | 1,16 |
1949-50 | Juan Acuña | Deportivo de La Coruña | 22 | 29 | 1,31 |
1950-51 | Juan Acuña | Deportivo de La Coruña | 26 | 36 | 1,38 |
1951-52 | Antoni Ramallets | FC Barcelona | 28 | 40 | 1,42 |
1952-53 | Marcel Domingo | RCD Espanyol | 27 | 34 | 1,25 |
1953-54 | Juan Ignacio Otero | Deportivo de La Coruña | 25 | 35 | 1,4 |
1954-55 | Juan Adelarpe Alonso | Real Madrid | 24 | 24 | 1,00 |
1955-56 | Antoni Ramallets | FC Barcelona | 29 | 24 | 0,82 |
1956-57 | Antoni Ramallets | FC Barcelona | 29 | 35 | 1,20 |
1957-58 | Gregorio Vergel 'Goyo' | Valencia CF | 28 | 28 | 1,00 |
1958-59 | Antoni Ramallets | FC Barcelona | 28 | 23 | 0,82 |
1959-60 | Antoni Ramallets | FC Barcelona | 27 | 24 | 0,88 |
1960-61 | José Vicente Train | Real Madrid | 30 | 25 | 0,83 |
1961-62 | José Araquistain | Real Madrid | 25 | 19 | 0,76 |
1962-63 | José Vicente Train | Real Madrid | 27 | 26 | 0,96 |
1963-64 | José Vicente Train | Real Madrid | 15 | 10 | 0,66 |
1964-65 | Antonio Betancort | Real Madrid | 24 | 15 | 0,62 |
1965-66 | José Manuel Pesudo | FC Barcelona | 22 | 15 | 0,68 |
1966-67 | Antonio Betancort | Real Madrid | 22 | 15 | 0,68 |
1967-68 | Andrés Zapico Junquera | Real Madrid | 22 | 19 | 0,86 |
1968-69 | Salvador Sadurní | FC Barcelona | 30 | 18 | 0,60 |
1969-70 | José Ángel Iribar | Athletic Bilbao | 30 | 20 | 0,66 |
1970-71 | Ángel Abelardo | Valencia CF | 30 | 19 | 0,63 |
1971-72 | Juan Antonio Deusto | CD Málaga | 28 | 17 | 0,60 |
1972-73 | Miguel Reina Santos | FC Barcelona | 34 | 21 | 0,66 |
1973-74 | Salvador Sadurní | FC Barcelona | 30 | 22 | 0,73 |
1974-75 | Salvador Sadurní | FC Barcelona | 24 | 19 | 0,79 |
1975-76 | Miguel Ángel González | Real Madrid | 32 | 23 | 0,71 |
1976-77 | Miguel Reina Santos | Atlético de Madrid | 30 | 29 | 0,96 |
1977-78 | Pedro María Artola | FC Barcelona | 28 | 23 | 0,82 |
1978-79 | José Luis Fdez. Manzanedo | Valencia CF | 25 | 26 | 1,04 |
1979-80 | Luis Miguel Arconada | Real Sociedad | 34 | 20 | 0,58 |
1980-81 | Luis Miguel Arconada | Real Sociedad | 34 | 29 | 0,85 |
1981-82 | Luis Miguel Arconada | Real Sociedad | 34 | 33 | 0,97 |
1982-83 | Agustín | Real Madrid | 29 | 22 | 0,75 |
1983-84 | Francisco Javier 'Urruti' | FC Barcelona | 33 | 26 | 0,78 |
1984-85 | Juan Carlos Ablanedo | Real Sporting de Gijón | 33 | 22 | 0,66 |
1985-86 | Juan Carlos Ablanedo | Real Sporting de Gijón | 34 | 27 | 0,79 |
1986-87 | Andoni Zubizarreta | FC Barcelona | 43 | 29 | 0,67 |
1987-88 | Paco Buyo | Real Madrid | 35 | 23 | 0,65 |
1988-89 | José Manuel Ochotorena | Valencia CF | 37 | 25 | 0,67 |
1989-90 | Juan Carlos Ablanedo | Real Sporting de Gijón | 31 | 25 | 0,80 |
1990-91 | Abel Resino | Atlético de Madrid | 33 | 17 | 0,51 |
1991-92 | Paco Buyo | Real Madrid | 35 | 27 | 0,77 |
1992-93 | Francisco Liaño | Deportivo de La Coruña | 37 | 31 | 0,83 |
Santiago Cañizares | Celta de Vigo | 36 | 30 | 0,83 | |
1993-94 | Francisco Liaño | Deportivo de La Coruña | 38 | 18 | 0,47 |
1994-95 | Pedro Jaro | Real Betis Balompié | 38 | 25 | 0,65 |
1995-96 | José Francisco Molina | Atlético de Madrid | 42 | 32 | 0,76 |
1996-97 | Jacques Songo'o | Deportivo de La Coruña | 37 | 28 | 0,76 |
1997-98 | Toni Jiménez | RCD Español | 37 | 31 | 0,84 |
1998-99 | Carlos Ángel Roa | RCD Mallorca | 35 | 29 | 0,83 |
1999-00 | Martín Herrera | Deportivo Alavés | 38 | 37 | 0,97 |
2000-01 | Santiago Cañizares | Valencia CF | 37 | 34 | 0,92 |
2001-02 | Santiago Cañizares | Valencia CF | 31 | 23 | 0,74 |
2002-03 | Pablo Cavallero | Celta de Vigo | 36 | 27 | 0,75 |
2003-04 | Santiago Cañizares | Valencia CF | 37 | 25 | 0,68 |
2004-05 | Víctor Valdés | FC Barcelona | 35 | 25 | 0,71 |
2005-06 | José Manuel Pinto | Celta de Vigo | 36 | 28 | 0,78 |
[editar] Filosofía Profesional
[editar] La soledad del portero
“El portero debe sentir en ocasiones una especie de soledad, sobre todo cuando las cosas van mal. Porque te han metido un gol un poco tonto, y sorprendes a tus defensas que no te dicen nada, no se meten contigo, pero ves la cara de tristeza, la cara de enfado, la cara de desesperación si es un partido importante y estás perdiendo por ese gol. Y en esas ocasiones te gustaría ser un topo, meterte por debajo de la hierba e irte a casa sin que nadie te viera, porque te abruma el peso de la responsabilidad. El puesto de portero es el de mayor responsabilidad. Eres el último valuarte, y si tu fallas se va todo al garete. Y si piensas en las primas que se dan por ganar un partido, piensas: “Ahora a estos les he dejado sin un duro. Qué va a pasar, qué van a pensar de mí”. Sí, es un puesto difícil, muy delicado. Pero para mi gusto también es el más bonito de todos, porque cuando aciertas y tienes una tarde buena, el campo se vuelca y oyes los aplausos y la gente te vitorea, y eso enorgullece, satisface el ego. Por eso digo que es el más bonito pero el más difícil”.
[editar] Dos consejos del portero
- No perder nunca de vista el balón hasta que no lo tenías absolutamente controlado. Y eso es muy cierto y le pasa a muchos porteros, que no miran la pelota hasta el último momento, se creen que ya la tienen en su poder, miran hacia otro lado y pierden el control del balón. Eso suele ocurrir bastante a menudo.
- Aprender el sentido de colocación; pero la colocación en un portero es una cosa un poco innata, no es fácil aprenderla. Como los reflejos, o naces con ellos o no los adquieres. Los puedes mejorar un poco, hay sistemas.
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