Shaka
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Shaka (º1787 – † 22 de septiembre de 1828): También conocido como Shaka Zulu, nombre con el que suele aparecer con mayor frecuencia en los libros de historia, aunque también puede conseguirse como Chaka; fue un militar y jefe zulú que a principios del siglo XIX inició el proceso de transformación de la pequeña tribu de los zulúes en la nación guerrera más poderosa de África, que se enfrentó al avance del Imperio británico desde el Cabo de Buena Esperanza. Existen varias versiones sobre la vida y obra de este gobernante africano que a menudo están reñidas con la realidad, que pueden presentarlo como un brillante líder militar o como un déspota inhumano. Dichas versiones provienen principalmente de la tradición oral zulú, la leyenda y las crónicas europeas que es necesario señalar, fueron escritas en una época en que existía una creencia de superioridad de la civilización europea sobre los demás pueblos que se refleja en dichas crónicas y que hace necesario un análisis cuidadoso de las mismas para determinar su imparcialidad, ya que a menudo presentan importantes contradicciones e imprecisiones.
El reinado de Shaka fue de sólo 12 años; pero forjó una nación que formó un imperio en el sureste africano durante el siglo XIX, conocido como la Nación zulú, a la que dio una serie de valores y tradiciones que han perdurado hasta ahora, que aún existe como nación en las actuales Basutolandia y Bechuanalandia y se considera independiente.
La tradición zulú atribuye a Shaka el haber previsto que los blancos le quitarían las tierras a su pueblo, pero quizás lo que más se valora de él es su habilidad como estratega ya que creó una tradición militar que permitió al Ejército zulú hacer frente durante muchos años a las fuerzas británicas y de hecho, llegar a derrotarles en más de una ocasión como en las batallas de Isandlwana y Rorke`s Drift.
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[editar] Los inicios
Los zulúes habitaron en una tierra fértil, en la que abundaba la caza, apta para el pastoreo de ganado y que hoy en día es la moderna Natal (este de Sudafrica). En la Sociedad zulú la Ganadería era esencial como símbolo de riqueza y poder dentro de una estructura de dominación masculina, con una practica de la poligamia como costumbre ampliamente extendida.
Los primeros relatos sobre los zulúes fueron proporcionados por náufragos en el siglo XVIII, que los describían como un pueblo amable, cordial, prospero y observante de la ley, que posteriormente fueron evolucionando negativamente hacia las posteriores fuentes victorianas que relataban crónicas en las que se mencionaban supuestas conductas de "salvajismo y ferocidad incivilizadas de los zulúes".
Shaka nació en algún día del año 1787 D.C.(se desconoce la fecha exacta) como producto de un embarazo no deseado de su madre, Nandi, con el jefe zulú Senzangakona; la Sociedad zulú tenía normas de conducta estrictas que imponían severos castigos a quienes las transgredían y que eran aplicables en particular a las relaciones sexuales entre jóvenes para prevenir precisamente los embarazos no deseados y a pesar de que Shaka era hijo de un jefe, tanto él como su madre cayeron en desgracia y fueron marginados por la tribu.
La marginación sistemática a la que eran sometidos abarcaba múltiples aspectos de sus vidas; el nombre de Shaka significa en lengua zulú "escarabajo" y tanto Nandi como su hijo pasaron grandes penalidades y humillaciones, entre las que se puede destacar, las constantes burlas que sufría Shaka sobre el tamaño de su pene. Como consecuencia de esta marginación, se despertó en él un notable resentimiento y una sensación de injusticia que se convirtió más adelante, en una ambición despiadada e implacable.
Con el tiempo, Senzangakona se convirtió en Jefe de los zulúes y repudió a Shaka como hijo por lo que Nandi, consciente de que la tradición zulú llevaba a los padres a asesinar a sus hijos en previsión de amenazas futuras, decidió alejar a Shaka de la tribu.
[editar] El exilio
El alejamiento supuso para Shaka un amargo exilio, en el que después de vagar por varios lugares terminó alistándose en los regimientos (escudos) de instrucción de la tribu Mthethwa, en la que estuvo varios años sirviendo como guerrero y adquirió una experiencia militar que le permitió analizar las técnicas de combate zulúes y las de sus enemigos y que sería la fuente de sus ideas innovadoras. Hay que destacar que la época de Shaka estaba marcada por múltiples creencias en rituales mágicos y religiosos que se realizaban incluso en el ámbito militar, que implicaban muchos ceremoniales para conseguir el favor de los espíritus y todo esto influía inevitablemente el pensamiento y la vida de la época, incluida la del propio Shaka y por lo tanto su conducta y el valor de sus innovaciones deben ser evaluadas en un contexto que las crónicas europeas siempre calificaron como creencias supersticiosas y que han influido en las evaluaciones posteriores sobre Shaka y sus logros.
Durante sus años de servicio desarrolló tanto un físico imponente como un caracter temperamental y destacó tan notablemente en el ejército que cuando murió el principe mthethwa fue nombrado su sucesor y recibió el favor de su jefe Dingiswayo (parece ser que Shaka había mandado matar a los dos herederos directos del trono mthethwa). Éste sería el principio de su escalada hacia el poder, que lo convertiría en jefe de facto de dos tribus en los inicios de su reinado.
Sus hazañas hicieron que el jefe Dingiswayo llamara al padre de Shaka ante su corte y les presentara mutuamente, al principio el padre no reconoció al hijo, pero este encuentro hizo que acabarán reconciliándose.
Sin embargo, tiempo después de esta reconciliación, el padre y un hermanastro de Shaka murieron en circunstancias aún desconocidas.
[editar] El surgimiento de una nación
Shaka asumió el mando de la tribu al morir su padre y su hermanastro, convirtiéndose en Jefe de los zulúes y actuando desde el principio de su reinado con celeridad y determinación.
Aunque lo que más ha trascendido de Shaka en general, es el aspecto temible de su personalidad, hay que destacar la genialidad que demostró al levantar una nación desde unos orígenes humildes, que en aquella época era una tribu pequeña y poco importante que defendía tenazmente su territorio en las guerras de aniquilación intertribales que se libraban por la posesión del ganado o la conquista de territorio.
Debido a la marginación que había sufrido hasta entonces, Shaka no sentía la menor lealtad por la tribu o sus costumbres, pero el sufrimiento que había padecido le inspiró a realizar cambios para crear una comunidad basada en los principios del trabajo, el deber social, el respeto por la jerarquía y la autodisciplina; y que fueron respaldados por un sistema de justicia basado en una serie de castigos severos para el que los violaba. Inicialmente, Shaka tuvo que cuidarse mucho de no ofender a los poderosos ancianos de la tribu con carácter conservador, pero teniendo en cuenta esto, empezó a realizar cambios sustanciales en la organización del Ejército zulú, al que usaría como motor de cambio para realizar las reformas que constituyeron la base de su poder.
Después de trasladar su Cuartel general a un lugar más conveniente por razones estratégicas, estableció el sistema de Amabutho, que consistía en la formación de cuadros militares con jóvenes de la misma edad en cada área, al que Shaka imprimió su toque personal, inculcando disciplina, lealtad, determinación y coraje; a la vez que potenciaba y destacaba las habilidades marciales como valores primordiales.
Existe la creencia aceptada de que instauró un sistema de instrucción militar en un terreno cubierto de espinos para endurecer las plantas de los pies de los guerreros hasta permitirles prescindir de las incómodas sandalias que utilizaban, con lo que aumentaron su movilidad en el combate e introduciría en su ejército una nueva arma de su propia invención que era una especie de corto assegai(lanza) muy útil como arma blanca y mucho más manejable que los largos assegai usados hasta entonces, que le darían a su ejército una superioridad táctica sin precedentes en la región. También llegó a organizar un auténtico sistema de milicias, con hombres asignados a una unidad militar por un período de servicio obligatorio que rondaba los 3 años; para implementar esto modificó las leyes matrimoniales zulúes.
Durante el período de instrucción sus guerreros recibían un adiestramiento y un adoctrinamiento dirigidos a garantizar su eficacia en combate y la lealtad a Shaka. Y a medida que se desarrolló su sistema militar también fueron cambiando los roles desempeñados por el hombre y la mujer en la sociedad zulú; las mujeres empezaron a desempeñar roles más específicos y activos haciéndose cargo del suministro de víveres a la población y prestando apoyo logístico al Ejército durante sus campañas. En cuanto a los hombres, aunque sus tareas de pastoreo del ganado seguían siendo importantes, también empezaron a serlo en igual medida sus tareas militares.
[editar] La construcción del Imperio.
Una vez reorganizado su ejército, Shaka empezó a probar sus ideas en un enfrentamiento con un pueblo con el que los zulúes ya tenían viejas rivalidades, el clan Bhutelezi. El nuevo Ejército zulú demostró ser tan eficiente contra los Buthelezi que les derrotó estrepitosamente en los primeros combates y puso en fuga a su ejército hasta culminar la campaña con la destrucción del clan.
Ésta fue la primera de varias campañas militares que Shaka realizó con su ejército en una época conocida como el Mfecane, un período de la historia africana de muchos desórdenes y anarquía en el que varios líderes utilizaron el terror y la violencia para someter a sus adversarios.
Después Shaka tendría que enfrentarse a una gran amenaza cuando la tribu Ndwandwe, al mando del jefe Zwide, derrotó a los Mthethwa y mató al jefe Dingiswayo. Empezó a buscar alianzas con otras tribus para enfrentarse a Zwide y durante estas negociaciones Shaka fue despreciado por el jefe de una tribu vecina con la que estuvo durante su exilio, ante lo cual Shaka envió a uno de sus Impi (ejército de guerreros zulúes), sometió a la tribu y mató a su jefe; después de lo cual el sucesor del antiguo jefe se hizo aliado de los zulúes y le ayudo a controlar toda la zona, con lo que la fama de Shaka como hombre poderoso y mágico se extendió rápidamente.
En 1818, Shaka libró su primera batalla contra Zwide en la que el Ejército zulú sufrió numerosas bajas que a partir de entonces empezaron a cubrirse con guerreros aliados y endurecería aún más la disciplina del ejército. Más tarde, en 1819 los exploradores zulúes informaron a Shaka que el ejército de Zwide estaba preparando un ataque ante el que decidió abandonar muchos de los asentamientos zulúes al norte de KwaBulawayo y llamar a filas a todos los hombres disponibles para reforzar sus escudos (regimientos) retirando gradualmente sus tropas a medida que el enemigo avanzaba, lo cual hizo que al cabo de algunos dias el ejército de Zwide se quedara sin provisiones.
Para aumentar el temor en las filas enemigas, los guerreros zulúes se infiltraban en el campamento de Zwide minando la moral de sus guerreros, lo cual facilitó su derrota cuando entraron en batalla. Después del combate, Zwide fue ejecutado, los supervivientes perseguidos, la capital del enemigo arrasada y todos sus habitantes ejecutados.
Como resultado, los dominios de Shaka se extendieron por un territorio comprendido entre el macizo de Drakensberg hasta el mar, con un área costera que abarcaba desde Puerto Natal hasta la bahía de Delagoa.
[editar] El apogeo
La consolidación del poder zulú provocó una gran convulsión en los territorios circundantes; algunos jefes condujeron a sus tribus hacia el norte, hasta los actuales Mozambique y Zimbabwe, otros huyeron hacia el oeste por las montañas de Drakensberg y los que se quedaron fueron asimilados en el nuevo Imperio zulú como sus vasallos y debían rendir tributo. En la misma época hubo también una gran sequía que fue motivo de luchas por agua y comida provocando la desaparición de muchas tribus menores, y dejando extensas zonas al sur de la Nación zulú convertidas en desiertos desolados habitados por caníbales. Después de este acontecimiento, en 1824 Shaka se convirtió en el gobernante absoluto de casi toda la región de Natal.
El poder del Imperio zulú se basaba en la riqueza proporcionada por el ganado y la supremacía militar del ejército bajo el control directo de Shaka, que vivía como soberano absoluto en un kraal ubicado cerca del río Tugela y que abarcaba un radio de tres kilómetros protegidos por una empalizada de tres metros de altura, compuesto por un complejo de estancias para la corte y la clase guerrera, y un recinto cercado para el ganado.
En lo político Shaka empezó a incrementar su poder limitando los privilegios de los jefes menores en la tribu, incluido el importante papel de ser intermediarios de los espíritus ancestrales y nombró como jefes regionales a aquellos que le inspiraban mayor confianza. Impuso normas cada vez más duras hasta llegar a separar completamente a los guerreros de las mujeres y existen versiones que afirman su tendencia a ordenar ejecuciones de muerte de forma caprichosa y arbitraria como las de un europeo, de nacionalidad desconocida, que estuvo en su corte y que lo describió como un hombre de gran habilidad pero cruel, caprichoso, despiadado y agresivo; también existe otro testimonio que le describe como un tirano salvaje e inhumano, con una mezcla de perversidad y ferocidad cuyo tema de conversación preferido era la guerra.
En cuanto a aspectos de su vida personal como la sexualidad, existen muchas leyendas contradictorias pero parece ser que no era promiscuo a pesar de que la poligamia era practica común entre los zulúes y que tenía cientos de mujeres en su corte.
Fue entonces cuando en 1824 empezaron a llegar a la zona expedicionarios holandeses y británicos como un factor que iba a alterar la situación general en el sureste de Africa.
[editar] Ultimos años
Hasta principios del siglo XIX la invasión europea de la zona se había limitado a las regiones costeras tales como el asentamiento portugués de Maputo, en la bahía de Delagoa, que se encontraba al norte del territorio zulú y desde el cual los portugueses comerciaban principalmente con marfil y esporádicamente también con esclavos. Pero a partir de la década de 1820, los holandeses y los británicos empezaron a instalarse en el cabo de Buena Esperanza y comenzaron a penetrar en el interior de Africa, allí tuvieron su primer enfrentamiento con la tribu Xhosa.
Años después del mencionado enfrentamiento, un destacado miembro xhosa llamado Jakot se presentó en la corte de Shaka informándole de la presencia de los europeos en la zona y sus costumbres, se trataba de un hombre inteligente que después de haber trabajado como esclavo para británicos y holandeses logró aprender sus lenguas y se convirtió en interprete. Shaka lo tomaría a su servicio después de hacerle un exhaustivo interrogatorio, cuando llegó hasta su territorio durante el naufragio de una expedición de la Armada británica en la que viajaba y después del cual Jakot permaneció muchos años en la Corte zulú como consejero y confidente de Shaka.
En 1824, un grupo de jóvenes británicos y holandeses llegaron a KwaBulawayo y presenciaron un intento de Shaka de impresionarles con regalos de marfil y una especie de ceremonia compuesta por una danza interpretada por mujeres jóvenes, un desfile de tropas zulúes y una demostración de enormes rebaños de ganado con la intención de demostrarles la riqueza y el poder de la Nación zulú.
Durante esta visita, Shaka sufrió un intento de asesinato en el que resultó gravemente herido y recibió cuidados médicos de uno de los visitantes europeos, Henry Finn, que logró curarle y obtener un gran prestigio entre los zulúes por ello. Este acontecimiento hizo que Shaka empezara a intuir el poder potencial de los europeos y comenzara a interesarse por obtener la medicina practicada por éstos.
Shaka empezó a hacer planes para formar una alianza con los británicos y conseguir su apoyo intentando establecer relaciones comerciales importantes con éstos. Para ello logró el compromiso de varios personajes de Port Natal (actual Durban) para llegar a un acuerdo con los británicos mediante una propuesta pública en Ciudad del Cabo (Sudafrica) para mantener una entrevista, ante lo que el rey Jorge IV propuso a Shaka que enviase una representación a Ciudad del Cabo para mantener la entrevista solicitada.
En realidad, había varios hombres importantes además de Henry Finn y un jefe nativo local en Ciudad del Cabo que querían aprovechar las circunstancias para lograr derechos comerciales ilimitados; el jefe nativo había pretendido negociar con Shaka en nombre de Gran Bretaña pero la verdad era que este no tenía ninguna autoridad para realizar ningún acuerdo en nombre de este país.
Ésta fue una época en la que la tierra fue el factor clave del conflicto entre los colonos europeos y los nativos africanos que se extendió hasta el siglo XX, la mayoría de los africanos no tenía el concepto de propiedad de los europeos y por ello fueron víctimas de un descarado fraude por parte de colonos sin escrúpulos que consistía en usar impresiones dactilares del dedo pulgar como firma para realizar documentos legales de propiedad de forma fraudulenta para después presentarlos ante las autoridades coloniales y reclamar las tierras, esto se hacía usando armas o ginebra como obsequio a los nativos. Lamentablemente, Shaka también fue objeto de este engaño, con el que le indujeron a entregar algunas de las tierras zulúes en Port Natal (actual Durban).
Simultaneamente a las negociaciones con los británicos, Shaka también inició una campaña militar en su frontera norte con un ejército muy potente contra los Ndwandwe, a los que ya había derrotado antes en 1818. Henry Finn acompañó a la expedición en calidad de aliado y rehén, por lo que fue testigo presencial de muchos acontecimientos durante la misma.
La organización militar de Shaka alcanzó su máximo nivel durante esta campaña. El Ejército zulú avanzó en una formación de columna utilizando jóvenes adolescentes para conducir el ganado y las jovencitas para transportar comida y bebida a la vez que los niños merodeaban por los territorios asegurados por el ejército para cazar y aumentar el suministro de comida. Por delante del grueso del ejército, Shaka envió una avanzadilla de exploradores y espías entrenados para actuar como señuelos y descubrir la ubicación del enemigo.
Una vez conocida la ubicación del Ejército ndwande, en las colinas Dololwane los niños regresaron al territorio zulú por razones de seguridad. Al entrar en batalla, Shaka ordenó a sus tropas utilizar la táctica habitual dividiéndose en cuatro formaciones a medida que los guerreros avanzaban desde lo alto de una ladera, con muchas mujeres y niños en su retaguardia. La batalla se desarrolló en tres choques frontales durante los que el Ejército zulú rechazó el ataque ndwandwe e hizo al enemigo batirse en retirada hostigándolo en una persecución en la que mataron a los guerreros supervivientes junto con las mujeres y los niños de la retaguardia, y se apoderaron de su ganado.
Esta victoria fue decisiva sobre los Ndwandwe y colocó a Shaka en la cima de su poder, aseguró su frontera norte y provocó la huida de otras tribus recelosas del poder zulú, llegando algunos hasta el lago Tanganika; y su sistema social quedó consolidado bajo la eficacia de su ejército durante el resto de su reinado. Fue entonces cuando ocurrieron una serie de acontecimientos que afectaron a Shaka psicológicamente , haciendo su comportamiento más errático e impredecible.
Shaka creyó necesario trasladar la capital fuera de KwaBulawayo pero no logró decidirse de forma definitiva al respecto; una de las razones para hacerlo era su interés en establecer relaciones con los británicos de Port Natal para acceder al creciente mercado de armas de fuego que empezaron a llegar a la zona pero entonces ocurrió un hecho que le afectó profundamente, la muerte de su madre, Nandi.
Las circunstancias de su muerte han sido recontruidas mediante las descripciones de Henry Finn y las recopilaciones de la tradición oral zulú. Debido al gran respeto que inspiraba como madre de Shaka, Nandi gobernaba su propio kraal y ejercía un poder considerable. Finn cuenta en sus crónicas que la vio una horas antes de morir supuestamente enferma de disentería, pero la tradición oral zulú sugiere que Nandi engañó a su hijo para tener un nieto de una de sus esposas ya que por lo visto, Shaka siempre se mostró paranoico respecto a la posibilidad de que un hijo le quitara el trono y siempre obligaba a sus esposas a abortar o a sacrificar a sus hijos en cuanto nacían; pero cuando descubrió el engaño de Nandi, Shaka le apuñaló en un arranque de ira del que después se arrepintió e intentó salvarle la vida sin lograrlo.
Después de la muerte de Nandi, Henry Finn estimó que una 7000 personas murieron ejecutadas por no mostrar la suficiente pena que demostrara su inocencia en lo que parecía ser una especie de complot para asesinar a Nandi y durante un año, Shaka prohibió a los zulúes beber leche, plantar cultivos y las relaciones sexuales por lo que cualquier mujer que quedó embarazada entonces, fue ejecutada junto con su marido.
Mientras tanto, Shaka había escogido a un jefe para viajar por mar con una delegación hasta Ciudad del Cabo y establecer un acuerdo con los británicos, enviándole con ochenta colmillos de elefante como regalo para el rey Jorge IV; esta delegación zarpó en mayo de 1828 pero nunca llegó a Ciudad del Cabo, fue detenida en Port Elizabeth durante varias semanas y después se presentó ante ellos un enviado del Gobernador británico en Ciudad del Cabo diciéndoles de modo terminante que esa delegación no le inspiraba confianza, que su rey no ostentaba estatus alguno en la zona y que por supuesto no había ido hasta alli para negociar on ellos. Después de esto, la delegación regresó a la corte de Shaka sin lograr ningún acuerdo.
A pesar de estar bajo una intensa presión psicológica, Shaka reaccionó con paciencia ante el fracaso de la delegación, pero empezó a ser consciente de que estaba entrando en un período de dominación agresiva por parte de los europeos y que sus gobernantes tenían escaso control sobre su población e intereses contrarios a los suyos.
Simultáneamente a estos acontecimientos, Shaka organizó una expedición militar contra la tribu Mpondo para asegurar su frontera sur y capturar grandes rebaños de ganado para recompensar a sus aliados, culminando la campaña con una rápida victoria pero que tendría resultados contraproducentes a largo plazo.
Algunas tribus derrotadas por Shaka huyeron al sur y en Ciudad del Cabo, los británicos empezaron a oír noticias sobre la brutalidad de Shaka; también muchos de sus enemigos zulúes se habían refugiado en Port Natal esperando encontrar un régimen más liberal que socavara el poder de Shaka y ya, durante las negociaciones que intentó celebrar con los británicos, había sentido un aire de conspiración en su contra que le llevó a sospechar de sus dos hermanastros supervivientes.
En agosto de 1828, Shaka estaba inmerso en una profunda crisis política como consecuencia del fracaso de sus negociaciones con los británicos, de los que sospechaba que habían envenenado al jefe de su delegación porque éste murió enfermo al poco de volver y además, los británicos habían enviado un poderoso contingente de tropas hasta las fronteras zulúes para imponer la voluntad del Gobernador británico cuando apenás había acabado el conflicto con los Mpondo. Todo esto exacerbó sus temores respecto al futuro y le volvieron más inestable.
Antes de que su ejército volviera de la campaña contra los Mpondo, ordenó ejecutar a las esposas de 400 de sus guerreros por supuestas practicas de brujería y decidió enviar a su ejército hasta la bahía Delagoa, disponiendo que sus hermanastros acompañaran al ejército para mantenerlos alejados de la Corte.
Dingane y Mhlangana fingieron estar enfermos para poder regresar a KwaBulawayo sin que Shaka se enterase, y planearon un atentado con la complicidad del sirviente personal de Shaka. Esperaron hasta el momento en que Shaka se sentó ante la entrada de su choza para recibir a una delegación, durante la noche del 23 de septiembre de 1828, y lo apuñalaron hasta la muerte.
[editar] Referencias
Los zorros de la guerra. Rooney, David. Salvat editores S.A., 2001, España
Africa: Desde la prehistoria hasta los años sesenta. Bertaux, Pierre. Coed. Siglo XXI de España editores S.A., Siglo XXI editores S.A., 1994, Madrid-España