Batalla de Villalar
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La Batalla de Villalar es la también conocida Batalla de la Guerra de las Comunidades entre las fuerzas imperiales de Carlos I y las de la Junta Comunera capitaneadas por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, ocurrida el 23 de abril de 1521 en la localidad de Villalar de los Comuneros provincia de Valladolid, España.
La batalla fue ganada por las fuerzas imperiales y puso fin a la Guerra de las Comunidades en el norte de Castilla, donde fueron decapitados el día 24 de abril los tres capitanes comuneros.
El recuerdo a la Batalla de Villalar se ha elegido el 23 de abril para celebrar el Día de Castilla y León.
[editar] Los días previos
El ejército comunero se encontraba acuartelado en la localidad vallisoletana de Torrelobatón, tras haberla tomado en el mes de febrero de 1521. Juan de Padilla, mantenía a sus hombres dentro del castillo a la espera de poder partir hacia Valladolid o Toro.
Mientras Padilla retenía a sus hombres en la fortaleza, el ejército de Carlos V se instalaba en Peñaflor de Hornija, esperando movimientos del ejército comunero.
[editar] El 23 de abril
El ejército comunero salió el 23 de abril de 1521 de madrugada hacia Toro, ciudad levantada en comunidad. Era un día de lluvia, el menos propicio para hacer un desplazamiento militar. Los soldados del ejército comunero habían presionado horas antes a Padilla para que realizara algún movimiento en la zona. Éste, decidió partir hacia Toro en busca de refuerzos y aprovisionamiento. El ejército fue recorriendo el camino hacia Toro, cuando, a la altura de Vega de Valdetronco, la batalla ya era inevitable. La lluvia seguía cayendo con fuerza, y Padilla se vio obligado a buscar un lugar propicio donde realizar la batalla.
La primera localidad elegida fue Vega de Valdetronco, pero el ejército no atendía a las órdenes que él le daba. La siguiente localidad en el camino hacia Toro, pasada Vega de Valdetronco, era Villalar y aquel era el lugar donde se desarrollaría la batalla.
[editar] La batalla
El ejército comunero, en clara inferioridad respecto a las tropas de Carlos V, buscó que el desarrollo de la batalla se produjera dentro del pueblo. Para ello, instalaron los cañones y demás piezas de artillería en las calles del mismo.
Muchos de los combatientes aprovecharon la incertidumbre inicial para huir a sus localidades de origen u otras cercanas a Villalar.
La contienda fue toda una masacre, y al anochecer en el pueblo, tan solo se oía el gritar de comuneros heridos que yacían en los campos mientras eran rematados. Los tres capitanes comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron apresados con vida, recluidos, y puestos en espera de ser juzgados.
Los soldados del ejército comunero que lograron huir, lo hicieron en su mayoría a Toro. La batalla, se saldó finalmente con la muerte de un número de 500 a 1.000 soldados comuneros y la captura de otros 6.000, que fueron hechos prisioneros. El resto, huyeron.