Batalla del Puente de Calderón
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Batalla del Puente de Calderón | |
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Parte de: Independencia de México | |
Fecha: 17 de enero de 1811 | |
Lugar: Puente de Calderón, Jalisco | |
Resultado: Victoria Española | |
Beligerantes | |
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Comandantes | |
Miguel Hidalgo Ignacio Allende |
Félix María Calleja del Rey |
Fuerzas en combate | |
100.000 | 6.000 |
Bajas | |
1.200 |
La Batalla del Puente de Calderón fue librada el 17 de enero de 1811 entre los insurgentes mexicanos y el Imperio Español en las cercanías del puente sobre el riachuelo Calderón, a unos 60 km al este de Guadalajara, al final la victoria fue conseguida por el gobierno español, comandados por el General Félix María Calleja del Rey, sobre los independentistas mexicanos, dirigidos por Miguel Hidalgo. Esa Batalla, que recibió el nombre de un puente (Puente de Calderón) cuya posesión fue el objetivo de los combatientes, es uno de los episodios más sorprendentes de la guerra de la Independencia de México. En efecto, los españoles eran sólo 6 000, la mitad de caballería y diez mil municiones; a pesar de ello debemos tener en cuenta que ellos estaban muy bien disciplinados, alimentados y armados, es por ello que consiguieron derrotar a los 100 000 hombres, en su mayoría indígenas, campesinos y alzados que con piedras, machetes y demás objetos creyeron poder vencer a los españoles gracias al ingenio y confianza que les generaba el cura Miguel Hidalgo y Costilla. El ejército mexicano se dividió de la siguiente manera; La artillería quedó bajo la dirección del General José Antonio Torres, la caballería fue encargada a José Mariano de Abasolo y las reservas las dirigió Miguel Hidalgo; el General en jefe de la batalla fue Ignacio Allende. El General realista Calleja deshace a los insurrectos en el momento de esta batalla el 17 de enero de 1811. A pesar de las diferencias de parque, los rebeldes mexicanos estuvieron a punto de triunfar pero la desesperación generada por la explosión de una granada española en las municiones mexicanas hace que reine la confusión en el lado mexicano, ya que aquella explosión destruyó gran parte de la artillería mexicana, lo que en primera redujo las pocas municiones insurgentes, causó pánico entre los soldados y creó un incendio que les prohibió toda buena visibilidad sobre el enemigo. Los monárquicos españoles sacan provecho de eso y derrotan a los insurrectos. Una parte de los rebeldes mexicanos huye hacia el norte dónde esperan, obtendrán una ayuda moral y municiones por parte de los Estados Unidos. Sin embargo los principales dirigentes rebeldes mexicanos - Hidalgo, Allende, Juan Aldama, Jiménez y Abasolo – meses después fueron hechos prisioneros y encarcelados en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811. Son enviados a Chihuahua, donde, el 26 de julio de 1811 Allende, Aldama y Jiménez son fusilados a traición. Hidalgo es fusilado el 30 de julio de 1811. Abasolo es condenado a la prisión a perpetuidad y muere en Cádiz en 1816.