Cerámica de figuras rojas
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[editar] La aparición de las figuras rojas
Alrededor del 530 adC, en el taller del ceramista ateniense Andócides, maduraba la innovación tecnológica que iba a imponer el estilo de cerámica de figuras rojas (reservadas de la capa de barniz que cubría enteramente las paredes del vaso), en lugar del tradicional de figuras negras. Andócides reemplazó las figuras negras, excepto en el caso de las ánforas panatenaicas.
Esta nueva técnica permitía una representación más próxima a la realidad, restituyedno a la luz de las imágenes que la antigua ténica definía antinaturalmente con la opacidad de la sombra.
Pioneros de esta ceramografía de figuras rojas en las últimas décadas del siglo VI adC fueron Eufronios, Eutímides y Fincias, asociados en el arte y en la vida, como se deduce del vivo intercambio de réplicas, como un diálogo entre colegas, que se aprecia en las numerosas leyendas de sus vasos. En tanto que las frecuentes referencias a jóvenes aristócratas sugieren contactos con el ambiente de la juventud dorada ateniense.
La trayectoria de Eufronios, cortada demasiado pronto por algún problema visula (es una hipótesis de Beazley), se caracteriza por la energía con que se enfrenta al escorzo y al análisis de la anatomía masculina, en consonancia con la evolución de la escultura contemporánea, especialmente en los bajorrelieves.
Eutímides, por el contrario, es el paradigma de una tendencia sintética, en la que la fluidez del contorno atenúa la crudeza del despiece de la musculatura.
Si los citados pioneros pintan habitualmente sobre recipientes de grandes dimensiones, que exaltan su inclinación por lo monumental, un cálculo estadístico revela que, durante el primer período de las figuras rojas, ocho de cada diez vasos pintados son de tipo kylix, es decir, tazas con dos asas cuya decoración comprende no sólo las paredes externas, sino que se extiende a la superficie circular interior (el llamado tondo).
El kylix es la fomra claramente preferida en las etapas tardoarcaica y severa. Especialistas en su decoración son, entre muchos otros, Oltos y Epicteto, el Pintor de Panaitios y Onésimos (estos dos últimos, de la escuela de Eufronios, pudieran ser tal vez una misma persona en dos fases distintas de su evolución estilística), el Pintor de Brygos y Macrón, más recientes, y dúrides, dotado de una extraordinaria longevidad artística (del 500 al 460 adC).
Una especie de grandiosa recapitulación de la realidad, cotidiana y heroica, individual y colectiva, en todos los registros posibles, desde el violento de la orgía y la guerra hasta el imperturbable de los dioses, discurre por las bandas continuas exteriores y se reinterpreta, con episodios fuertemente alusivos, en la superficie interior de los vasos.
En las representaciones de héroes, Heracles cede la primacía a Teseo, en el clima ideológico de la nueva democracia codificada por el legislador Clístenes.
El desnudo masculino, y también el femenino luego, de mano de Onésimos, asume una gran coherencia estructural, exaltada por el gesto atlétioc; y hasta expresiones propias del anciano y el joven comienzan a manifestarse en la rica gama dl Pintor de Brygos.
Pero las dos personalidades más representativas de la segunda generación de los ceramógrafos de figuras rojas, en las tres o cuatro décadas que van desde la cíada de los pisistrátidas a la doble victoria del imperialismo ateniense, son el Pintor de Cleofrades y el Pintor de Berlín, divergentes y complementarios: el priemro, quizá corintio, discípulo de Eutímides, que no se cansa de ensayar las posibilidades comunicativas de la narración pict´rica, y el de Berlín un temperamento contemplativo, que con caligrafía nítida y seguridad absoluta de trazo, dibuja en cada lado del vaso una o pocas figuras, aislada de un contexto narrativo jamás explícito pero sobreentendido siempre.
En la técnica de figuras rojas, el fondo es llenado con pintura negra y solo los detalles pequeños son pintados, permitiendo que las porciones no pintadas asuman el tono rojizo de la arcilla ateniense después de que ser quemado en presencia de oxígeno.
[editar] La técnica de figuras rojas
Crear una pieza de cerámica de figuras rojas requería la estrecha colaboración entre el alfarero y el pintor. El alfarero daría forma a la pieza de arcilla y la entregaba al pintor mientras la arcilla todavía estaba húmeda. El pintor pintaría el vaso usando un instrumento como una bolsa de pastel con una boquilla que accionaba una jeringa de hueso o madera para poner los detalles y colores de fondo.
Debido a que la pintura solamente contraía el color una vez la pieza era horneada, el pintor tenía que pintar casi completamente de memoria, incapaz de ver su trabajo previo.
[editar] Pintores de cerámica de figuras rojas
[editar] Véase también
- Cerámica griega
- Cerámica de figuras negras
[editar] Referencias
- Beazley J.D., Attic Red-figure Vase Painters, 3 vols., Oxford, 1963
- Hellenistic Pottery and Terracottas, H.A and D.B. Thompson
[editar] Enlaces externos
- (en inglés) [1] - London: Red-figured water jar
- (en inglés) [2] - Greek pottery images
- Cerámica griega - Técnicas de las inscripciones
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