Euribíades
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Euribíades (griego Εὐρυϐιάδης, Eurybiádês) fue un general espartano del siglo V adC, al mando de la armada griega durante las guerras médicas. Fue navarca de la Liga del Peloponeso y jefe de la flota de la coalición griega contra Persia. Llegó a mandar 378 naves.
Era hijo de Euricleides, y fue elegido comandante en 480 adC porque las otras ciudades-estado griegas no querían servir bajo los atenienses, a pesar de la superior destreza de éstos. Fue, sin embargo, ayudado por el estratego ateniense Temístocles, que dirigió la mayoría de los combates.
Su primera acción como comandante fue dirigir la flota a Eubea para encontrarse con la flota persa. Cuando llegaron los griegos descubrieron que los persas ya estaban ahí, y Euríbiades ordenó la retirada, aunque los eubeos le pidieron que se quedara. En vez de eso, sobornaron a Temístocles para retener la flota allí, y Temístocles usó parte del soborno para pagar a Euribíades (al menos, según Herodoto, que estaba predispuesto en contra de Temístocles). La posterior batalla de Artemisión no fue decisiva, y los griegos retiraron su flota hacia la isla de Salamina.
Dirigió, con Temístocles, la flota griega en la batalla de Salamina. Asustado al ver la importancia numérica de la flota de Jerjes I y pensó en batirse en retirada, y también para proteger su patria de origen, el Peloponeso. Sabemos que tuvo entonces un violento choque verbal con Temístocles quien deseaba librar la batalla y que la opinión de éste acabó por arrastrar a los jefes de la flota. Euribíades se enfadó hasta el punto de levantar sobre él el bastón: «Golpea, le dijo Temístocles, pero escucha.» Euribíades libra entonces batalla (septiembre de 480 adC) ganando la batalla naval más célebre de la Antigüedad. De acuerdo con Temístocles, disuadió a los griegos, después de su victoria, de cortar la retirada a las tropas de Jerjes, destruyendo el puente que este príncipe había tendido sobre el Helesponto y que Jerjes se quedara en Grecia donde reanudaría la guerra.
De vuelta en Esparta, Euribíades fue recompensado con una corona de olivo por su éxito en Salamina; Temístocles recibió una recompensa similar.
[editar] Fuentes
- Herodoto, Historia, VIII, 3.