Juana de Kent
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Juana de Kent nació en el palacio de Woodstock, el 29 de septiembre de 1328, siendo la tercera de los 4 hijos de Edmundo de Inglaterra, conde de Kent, y de Margarita Wake.
Su padre pagó con la vida su lealtad a su hermano Eduardo II durante la rebelión de 1327, siendo decapitado en Winchester por órdenes de Roger Mortimer, amante de la reina Isabel de Francia, el 19 de marzo de 1330.
Juana, de sólo 18 meses de nacida, su madre embarazada, su hermano y hermana mayores son encarcelados en el castillo de Salisbury. Pero cuando el joven rey Eduardo III asume el control del reino tras ejecutar a Mortimer (1330), toma bajo su cargo a Margarita y a sus hijos, tratándolos como si fueran su propia familia. La reina Felipa de Hainault, célebre por su bondad y buen corazón, se encarga de la educación de los niños, creciendo éstos en la corte, haciendo Juana muy buena amistad con su primo Eduardo, el "Príncipe Negro".
En 1340, con sólo 12 años de edad, fue casada en secreto con Tomás Holland, y al año siguiente (1341), cuando éste marcho a pelear a Francia, sus familiares la obligaron a casarse con Guillermo Montacute, futuro conde de Salisbury, cometiendo bigamia, pues su primer matrimonio, aunque no era del conocimiento público, tenía plena validez.
Como condesa de Salisbury desde 1344, Juana se desenvuelve en la alta sociedad. Algunos años más tarde, de manera inesperada, regresa Tomas Holland como cruzado, habiendo reunido una considerable fortuna, y todo el asunto del matrimonio secreto con Juana sale a la luz.
Holland recurre al Papa exigiendo el retorno de su esposa. Juana apoya a Holland en el conflicto, y al enterarse de esto, el conde de Salisbury, enfurecido, llega a encarcelarla en su propia casa para evitar su partida.
Finalmente, en 1349, el matrimonio entre Juana y Guillermo Montacute es anulado por orden papal, y Juana retorna a lado de Holland, con el que vivirá los siguientes 11 años hasta su muerte en 1360.
El 26 de diciembre de 1352 muere el segundo hermano de Juana, y ella hereda el condado de Kent, asociada a su esposo.
De su matrimonio con Holland, Juana tuvo 4 hijos, dos hijas y dos hijos, el mayor de los cuales, Tomás Holland, heredará el condado de Kent y la baronía Wake de Liddell.
Viuda a los 32 años, y rica gracias a sus rentas de condesa de Kent, pero más aún deseada por su belleza, Juana comienza a ser cortejada por su primo Eduardo, el "Príncipe Negro", heredero del trono inglés. El príncipe había estado enamorado de Juana por años, pero sus padres, los reyes, se habían opuesto a la relación entre ellos. La reina Felipa, que había tenido a Juana como su favorita desde niña, al ver como comenzaba a hacerse mujer y despertar la pasión de su hijo, se puso en contra de ella.
El arzobispo de Canterbury advirtió al Príncipe Negro sobre las dudas que habría en cuanto a la legitimidad de los eventuales hijos que Juana le diera, pues de sus dos esposos anteriores, el conde de Salisbury aún estaba vivo, pero el impetuoso príncipe no hizo caso a ninguna advertencia. El 10 de octubre de 1361, en Old Windsor, Eduardo y Juana se casaron.
Inmediatamente parten a Francia, donde por encargo de su padre Eduardo III, se hizo cargo de la administración de los ducados de Aquitania y Guyena. Los dos hijos de la pareja nacieron allí.
En 1371, Juana y Eduardo, junto a su único hijo superviviente, Ricardo, regresan a Inglaterra, en medio de la plaga que azotaba al país, y que acabó con la vida de la madre de Juana, Margarita Wake, al año siguiente (1372), heredando entonces su título de baronesa Wake de Liddell.
El Príncipe Negro, agotado y apesadumbrado por la derrota final en Francia, muere en el palacio de Westminster, el 8 de junio de 1376, sólo una semana antes de su cumpleaños.
Al año siguiente (1377), muere el rey Eduardo III, y su nieto Ricardo II sube al trono con 10 años de edad. El carácter discolo y presuntuoso del nuevo rey provocó amargas disensiones entre madre e hijo, pero llegaría lo peor cuando uno de los hijos de su anterior matrimonio, Juan Holland, es condenado a muerte por el rey a causa de que Holland había asesinado en una justa al favorito de la reina Ana, Lord Stafford.
Juana le suplicó a su hijo durante cuatro días que perdonara la vida de su medio-hermano. Al quinto día, el 8 de agosto de 1385, murió en el castillo de Wallingford, a los 56 años de edad, siendo sepultada en Stamford, Lincolnshire. El rey Ricardo decide perdonar a Holland agobiado por la culpa.