Juego de persecución
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Los juegos de persecución son juegos infantiles que gozan de alta popularidad entre los niños de todo el mundo, especialmente durante el recreo escolar.
Los juegos de persecución tienen muchos nombres. Algunos son Pillar, la pilladita, peste, la roña, encantados, Juan la lleva, tu las traes, tu eres la erre, la pido, la tiña, la mancha y "te toqué, ¡corre!".
[editar] Variantes
Existen muchas variantes del juego, principalmente cambiando lo que el perseguider le hace al jugador al que toque. Según la variante, puede tener que quedarse en sitio hasta que otro jugador lo toque, tener que correr con el perseguidor sujetando su mano, o salir del juego. Es importante notar que en la mayoría de estas variantes, al tocar a otro jugador, el perseguidor no deja de ser perseguidor.
A algunas variantes se le añaden pelotas u otro equipo para deportes.
[editar] Policías y ladrones
Una de las variantes más conocidas. Consiste en dividir a los jugadores en dos grupos iguales. Uno de perseguidores (denomindado "policías") y el otro que huye (denominado "ladrones"). Al ser atrapado un "ladrón", es llevado a un lado del campo de juego en un lugar que se haya designado previamente como la "cárcel". De ésta a su vez existen variantes donde los ladrones pueden también atrapar a los policías, o donde el jugador atrapado debe hacerse el muerto hasta que todos los de un grupo hayan sido atrpados.
- Curiosidad: el título de la película Policías y Ratones, la cual fue publicada por Walt Disney Pictures en cines en 1986 y 1992, hace referencia a ésta variante del juego.
[editar] La erre de televisión
Esta versión es casi idéntica a la original descrita anteriormente, sólo que cuando el perseguidor está por tocarle el badajo a otro jugador, el otro jugador puede evitarlo diciendo el nombre de un programa de televisión. Esto le da una inmunidad temporal, obligando al perseguidor a buscar otro objetivo. Si el jugador dice un programa que ya haya sido nombrado por otro en el mismo juego, no adquiere la inmunidad y el perseguidor puede tocarlo sin problemas.