La Cebada
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Cebada es una comunidad agropecuaria ubicada en la IV Región de Chile, específicamente en el Km 338 de la Panamericana, hoy Ruta 5 Norte.
Esta comunidad existe desde el año 1820 aproximadamente cuando estas tierras conformaban la Hacienda de La Cebada, cuyos dueños eran el capitán español Agustín Carvajal y María Campos.
La hacienda de La Cebada se dedicaba al cultivo de cebada, trigo y frutales y sus descendientes se disperdigaron por los confines de la hacienda por sucesiones y herencias hasta conformar una comunidad de campesinos dedicados a la crianza de caprinos y la pequeña minería.
Esta comunidad como muchas otras aun vive en estado de subdesarrollo y con un estilo de vida similar a los de sus antepasados, incluso el vocabulario usado es un español con modismos antiguos.
Tabla de contenidos |
[editar] Características físicas:
[editar] Paisaje
El paisaje que presenta la comunidad es del tipo desértico con grados de erosión media, sectores de cárcavas y afectado fuertemente por Erosión eólica y erosión por pastura desmedida de los caprinos de la zona. El paisaje y el regimen de lluvías(pluviometría) estan intimamente ligados a las variaciones de la Corriente del Niño o Corriente de la Niña, cuya influencia es marcadamente notoria en el sector. Es esta zona tan demarcada por las corrientes antes mencionadas que su influencia no abarca más alla de 60 kms de costa, haciendo muy particular el paisaje erosionado de la zona. Los vientos aliseos del sur pueden alcanzar los 50 kms a la hora durante la tarde y en la mañana puede sentir su efecto un viento norte más suave. Ocurre ocasionalmente varias jornadas de viento sur que ocasionan la sequedad del paisaje al transportar arena, secar los retoños vegetales y hacer díficil el desplazamiento. Estos vientos alcanzan su apogéo en febrero a mayo.
Cada 20 a 25 años ocurre un periódo de sequía que agrava la situación de los lugareños al terminarse las pasturas y fenecer sus crianzas de caprinos.
El regimén de lluvias apenas bordea los 25-50 mm de agua caida al año.
Esta presentación al parecer logró mantenerse hasta entrado el siglo XVIII, ya que se recuerda como el Norte Verde, en alusión a épocas´de mayor vegetación que la actual.
La quebrada de El Teniente causa que en los años lluviosos transporte grandes masas de agua provenientes de las mesetas y arrastren grandes cantidades de residuos sólidos que se acumulan en la desembocadura. Estos residuos forman túmulos que ocasionan acumulaciones de arena que es transportada al interior por el fuerte viento llamado surazo.
[editar] Geología
La conformación geológica del sector sugiere que esta zona no se ha visto afectada desde su formación primigénica y los estratos y afloramientos son de data más antigua que la formación de la cordillera andina. Hay claras señales visibles de que remotamente el nivel del már o borde costero llegó a 30-50 mts más al interior que el actual y que el nivel del mar era 10-15 mts superior al actual.
Al analizar las diferentes capas edafológicas se puede deducir que la zona tuvo un clima más benigno y lluvioso y fué una zona de mucho más cubierta de bosques nativos y menos erosionada que la presentación actual.
En los cerros y borde costero es posible hallarse casi toda forma de clastos y muestras geológicas de data muy antigua, tales como granitos degradados, andesita degradada y basaltos antiguos. Los fósiles están ausentes. La zona además presenta yacimientos de cobre, oro, cuarzo en abundancia y además afloraciones de carbonatos.
[editar] Presencia humana
La zona antes de la llegada de los españoles era ocupada desde hacia siglos por indios de la cultura diaguita que establecieron asentamientos y fueron recolectores que dejaron grandes conchales en la zona costera. Incluso, en los años 60, se hallaron tumbas y evidencias de asentamientos en el sector costero. Hay abundante presencia de puntas de flechas, restos de cerámicas similares a los hallados en la zona de Barraza, en el valle del Limarí.
Como detalle histórico Francisco de Villagra, capitán de Pedro de Valdivia, realizó una batida por la zona del Limarí para someter a los indios que poblaban la zona despúes de la destrucción de La Serena en 1545.
El camino del Inca cuyo trazado pasa más al interior era usado como ruta hacia Santiago, sin embargo, los viajeros coloniales que venían desde La Serena usaban el sector de La Cebada como parada antes de seguir hacia Petorca y tomar el antiguo camino incaico.
Los primeros asentamientos humanos hispano-criollos datan de fines del siglo XVII, proviniendo sus habitantes de los poblados de Barraza y Ovalle. La construcción de la carretera Panamericana a fines de los años 50, sacó a la zona del aislamiento.
[editar] Comunidad y sociología.
El conjunto de habitantes y casas del sector puede ser clasificado como villorrío, poseyendo escuela, iglesia y algún local comercial con telefonía. La principal vía de comunicación es la carretera Ruta 5 Norte Panamericana. La cantidad de habitantes es de 250 personas aproximadamente. No poseen energía eléctrica ni agua potable, teniendo que extraer el agua desde pozos o bien por medio de camiones aljíbes. Algunas casas poseen paneles solares que le brindan algunas horas de energía eléctrica. La fuerza del viento (energía eólica) no es aprovechada más que por algunas viviendas. Los cebadinos viven principalmente de la crianza de cabras y ovejas, la crianza de vacunos se dejó de practicar por los años 40, cuando la zona adquirió definitivamente el carácter semidesértico. Algunas personas complementan esta actividad recolectando algas tales como cochayuyos y algas flotantes para ser vendidas a terceros que a su vez la venden a empresas cosmetiqueras. La accesiblidad a la extracción de mariscos es poco explotada debido a que se abusó de este recurso en las décadas de los 50 y 60.
La educación máxima a que puede optar un escolar de la zona es hasta octavo básico, teniendo que continuar sus estudios en internados en Ovalle, donde adquieren alguna especialización técnica.
[editar] Turismo.
El turismo no está desarrollado en La Cebada, ni tampoco se le considera como atractivo en los programas de la IV Región, principalmente a la falta de infraestructura, caminos y consensos entre los lugareños. No obstante, se han considerado proyectos de loteamiento para casas de veraneos.
La Cebada consta de dos pequeñas pero agradables playas de arena suave que son visitadas regularmente por ovallinos y santiaguinos. Una de las principales atracciones alguna vez la constituyó el Naufragio del Napo que dio algún realce turístico y económico a la zona, en los años 60. Otra de las atracciones de la zona son las caminatas por las zonas interiores, la quebrada de Locayo y las dunas de arena de la zona. Cuando ocurren lluvías despúes de algún periódo de sequías, el sector se ve afectado por una fuerte floración de las semillas acumuladas, produciendo paisajes semejantes al desierto florido.