Maltravieso
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Cueva situada en las afueras de la ciudad de Cáceres, concretamente en la Avenida de Cervantes, y curiosamente hoy integrada en el casco urbano de esta localidad cacereña. Fue ocupada por el hombre en distintos momentos de la Prehistoria. Se encuentra en el área caliza del sur de la capital cacereña, conocida popularmente como El Calerizo. Otras cuevas próximas son las de El Conejar y Santa Ana.
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[editar] Historia del descubrimiento y la investigación.
El descubrimiento de la cueva fue fortuito: se debió a una voladura en una cantera el 13 de agosto de 1951. Nada más abrirse la cueva quedaron al descubierto un conjunto de restos antropológicos, faunísticos y cerámicos, que nos hablan de distintos periodos de uso de la cavidad. Las pinturas fueron descubiertas más tarde en 1956 por Carlos Callejo.
Muchos investigadores de cierto renombre han estudiado la cueva, aunque la importancia de su descubrimiento y su divulgación debe centrarse en la figura de Carlos Callejo Serrano, amateur en Arqueología aunque ejerció una importante labor en la salvaguarda de la cueva. Científicos como Martín Almagro Basch, Francisco Jordá Cerdá o Eduardo Ripoll, representantes de la primera generación de arqueólogos españoles, visitaron la cueva durante las décadas de 1950 y 1960, publicando los trabajos más importantes que habrían de culminarse con la monografía publicada por Sergio Ripoll, Eduardo Ripoll e Hipólito Collado en 1999. Callejo atrajo la atención de otros investigadores sobre Maltravieso, entre ellos Henri Breuil. Aún así, el primer libro se debe a Carlos Callejo, quien publica en 1958 los resultados de su catalogación de arte rupestre y el estudio de algunas cerámicas de la Edad del Bronce que habían sido descubiertas junto a una necrópolis formada por varios individuos. En esta monografía destaca el estudio de los restos de fauna pleistocénica que identificara Eduardo Hernández Pacheco.
[editar] Fases de ocupación.
Según estos datos existen tres momentos de uso de la cavidad: Paleolítico Inferior, Paleolítico Superior y Edad del Bronce.
El reciente desarrollo del proyecto de investigación Primeros Pobladores de Extremadura, codirigido por Eudald Carbonell, Antoni Canals y Sauceda, ha añadido algunos datos a nuestro conocimiento sobre Maltravieso, donde se ha recogido el fruto de los trabajos de investigación en forma de una industria lítica de tipo Achelense asociada a restos óseos de una fauna propiamente pleistocénica ya en parte conocida (gamo, oso, uro, caballo, rinoceronte, lince, hiena, ...) que ha permitido fechar el conjunto entre 350.000 y 120.000 B.P.
Las pinturas de Maltravieso, descubiertas en 1956 por Carlos Callejo, son de las pocas manifestaciones rupestres en el interior peninsular, y las únicas pictóricas de Extremadura. Las pinturas son de varios tipos:
- puntiformes.
- elementos lineales.
- zoomorfos (cérvidos, cápridos y un bóvido).
- manos (con y sin meñique).
El motivo más recurrente y conocido de la cueva de Maltravieso son las manos en negativo, de las que se han contado más de setenta; junto a ellas, hay también un gran número de ideomorfos; pero las investigaciones más recientes han permitido documentar representaciones pintadas parciales de un équido, un cáprido, un cérvido y un bóvido, así como otros animales grabados más difíciles de interpretar, al menos dos cápridos, un cérvido y un bóvido. Estas improntas de manos, tanto en positivo, como en negativo o mixtas, son aún de díficil interpretación para los arqueólogos. Muchas de las improntas de manos no representan el dedo meñique, aunque está descartada la teoría de las mutilaciones rituales. Los artistas las realizaron plasmando sus manos, algunas de ellas sobrescribieron el dedo meñique con pintura, según ha demostrado la fotografía mediante infrarrojos. Estos motivos parecen tener una amplia cronología que abarca desde el Auriñaciense al Magdaleniense. Hoy son conocidos otros hallazgos de arte rupestre en zonas aledañas a Extremadura, como Escoural, Vale do Côa o Mazouco en Portugal, y Siega Verde en Salamanca, sigue siendo Maltravieso una referencia imprescindible en el arte prehistórico peninsular.
En cuanto a la necrópolis de la Edad del Bronce hay que decir que siempre ha sido díficil situarla dentro de una cronología precisa. Algunos autores hablaron de Neolítico por los motivos decorativos de la cerámica que apareció junto a los cráneos, y otros de Edad del Bronce. De los cráneos destaca uno de ellos por presentar una trepanación en el parietal izquierdo, a la que parece ser que sobrevivió.
[editar] Visita.
Está cerrada al público y hay un centro de interpretación, dependiente del Museo de Cáceres, en sus inmediaciones que explica la historia de la cueva y los elementos hallados en ella. Existe una pequeña reproducción de la cueva. También se proyecta un vídeo de unos 8 minutos en el que la cueva explica la historia de su vida. Las cerámicas, cráneos y una punta de lanza se encuentran en las vitrinas de las salas de Prehistoria del Museo de Cáceres.