Masacre de Nanking
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La Masacre de Nanjing o Nankíng (chino: 南京大屠殺, pinyin: Nánjīng Dàtúshā; japonés: 南京大虐殺, Nankin Daigyakusatsu), conocida también como la Violación de Nanjing y como el Incidente de Nanjing (南京事件, Nankin Jiken), hace mención a las atrocidades cometidas por el Ejército Imperial Japonés en y alrededor de Nanjing, China, tras la caída de la capital frente a las tropas japonesas el 13 de diciembre de 1937.
El ejército japonés se trasladó hacia el norte tras capturar Shanghai en octubre de 1937, y capturaron Nanjing en la Batalla de Nanjing, el 13 de diciembre de 1937. Los comandantes del ejército nacionalista chino habían huido de la ciudad antes de la entrada del ejército nipón, dejando atrás a miles de soldados chinos atrapados en la ciudad amurallada. Muchos de ellos se quitaron sus uniformes y escaparon a la llamada Zona de Seguridad preparada por los residentes extranjeros de Nanjing. Lo que resultó después de la entrada del ejército japonés en la ciudad de Nanjing es y ha sido la base de la acalorada discusión histórica y tensión política, particularmente entre China y Japón en años recientes.
Los crímenes de guerra cometidos durante este episodio incluyen el pillaje, la violación, y la matanza de civiles y prisioneros de guerra, desde la queja del gobierno chino cifras de muertos no combatientes superior a 300.000 al reclamo del ejército japonés en el Tribunal Militar Internacional del Lejano Oriente (conocida como el Tribunal de Guerra de Tokyo) después de la Segunda Guerra Mundial, que las cifras de muertos eran todas de militares y que no hubo masacres organizadas o atrocidades cometidas a los civiles. El Tribunal de Guerra de Tokio juzgó un caso en que el número total de muertes fue de 127.000, y 200.000 en otros. En la sentencia de muerte emitida contra el comandante del ejército japonés en Nanjing, el general Matsui Iwane, la cifra fue establecida en 100.000.
En China, este hecho es un punto principal del nacionalismo chino. En Japón, la opinión del público está dividida al respecto, especialmente entre los conservadores, que la Masacre de Nanjing ha sido exagerada (si no es inventada) como un arma diplomática dirigida contra Japón. Tales opiniones son consideradas revisionismo histórico entre los chinos, y como tal, continúan generando rabia y resentimiento.