Pequeña propiedad (anarquismo)
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El respaldo concreto a la pequeña propiedad es la doctrina o postura que defiende que cada persona debe tener su propiedad particular como forma de ejercer y asegurar su autonomía, siempre y cuando sea equivalente a su esfuerzo individual. Esta defensa de la propiedad particular está ligada a ideas antiautoritarias, puesto que su origen es la defensa de la libertad, y la libertad política no está completa sin la libertad económica. La idea es que el individuo sea propietario de sus recursos y de sus productos. En el anarquismo se fomenta o tolera (según el caso) la existencia de propiedad individual e incluso familiar condicionada a ser consecuente con la posesión y el usufructo de la misma (e.g. la existencia de microempresas autogestivas o pequeños negocios sin explotación), como el mínimo natural que brinda el equilibrio de seguridad económica a la persona sin por eso acaparar propiedades que puedan servir a otras personas.
La pequeña propiedad se opone a la propiedad privada lockeana y se basa en la ocupación personal o lo que pueda ser trabajado por el individuo que es el propietario por él mismo. El término es complicado de usar, en inglés a esta forma de pensar es llamada por algunas personas privatism (ya que se puede entender como una propiedad privada mínima y equilibrada) y por otras propertarianism (en este caso un "propietarismo ligero"), pero genera muchas confusiones con las filosofía lockeana de la propiedad por la falta de una diferenciación terminológica más clara y específica.
No es una escuela definida, ni un movimiento, sino es un pensamiento o doctrina presente totalmente o en parte en los razonamientos de pensadores y movimientos de varias corrientes especialmente prolibertarias. Se suele relacionar la pequeña propiedad con el anarquismo individualista y el mutualismo, aunque también se puede encontrar en el anarquismo colectivista y el cooperativismo, por su principio de retribución según el mérito, ahí donde para efectuar una labor se ha necesitado más de uno, la propiedad se vuelve cooperativa. El liberalismo agrario y el georgismo tienen igualmente ideas próximas a la de la pequeña propiedad.
Se puede encontrar este tipo de posturas en el tiempo de los fueros, en los gremios, y en lo referente a la forma de pensamiento de la cultura y formas de producción propia de los artesanos o las de los pequeños propietarios. Varios anticapitalistas como Mark Twain, G.K. Chesterton, Thomas Hodgskin, Thomas Jefferson o Emiliano Zapata llegaron a serlo a partir de una defensa de la propiedad individual, algunos partiendo del liberalismo como Henry George.
Autores como Émile Armand, defendían la postura de que los medios de producción debían ser de propiedad individual para productores individuales; otros sostienen que allí donde se asocien las personas con fines económicos también asocian su propiedad teniendo por ejemplo cada uno un porcentaje igualitario de una empresa. Esto es diferente de la propiedad en común que proponen otras corrientes del anarquismo, aunque es de notar que en la práctica la diferencia entre estos dos tipos de propiedad es mucho menor.
Desde el modo de ver de algunos se puede decir que la propuesta de una economía basada en la pequeña propiedad es una idea pequeñoburguesa, lo cuál no constituye en realidad ni un halago ni una ofensa para los anarquistas en general.