Diego José de Cádiz
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Fray Diego José de Cádiz o Beato Diego José de Cádiz cuyo nombre de pila era José Francisco López-Caamaño y García Pérez, (Cádiz; 30 de marzo de 1743 - Ronda (Málaga); 24 de marzo de 1801) fue un fraile capuchino español.
De familia ilustre, se quedó huérfano de madre a los 9 años. Fue admitido al noviciado de los Hermanos Menores Capuchinos de Sevilla, donde emitió la profesión religiosa el 31 de marzo de 1759, tomando el nombre con el que será conocido. Después de siete años en los cuales realizó sus estudios filosóficos y teológicos fue ordenado sacerdote en Carmona, a los 23 años de edad.
Dotado de cualidades extraordinarias para la oratoria, dio comienzo a las misiones populares en 1771. En los primeros diez años no hubo población importante de Andalucía que no escuchase su voz. Recorrió durante su vida prácticamente toda la geografía española.
En 1786, acusado de hablar en público contra los privilegios regalistas de la corona y de haber injuriado a algunos personajes, se le instruyó proceso y se le relegó a Casares, pero fue absuelto y reivindicado.
Impulsado por vocación y por temperamento al apostolado activo, trabajó intensamente con la palabra y los escritos para difundir la fe y excitar el fervor religioso del pueblo español propugnando la cruzada contra los revolucionarios franceses (1793-1795). En los últimos años del siglo, Diego José, sostuvo la reacción católica española contra las ideas y las armas de la Revolución francesa. De ello queda como testimonio su libro: El soldado católico en guerra de religión, dirigido en forma de carta a su sobrino Antonio, enrolado como voluntario.
Se distinguió en su predicación por la sencillez y dignidad. Marcelino Menéndez Pelayo hace del Beato Diego José de Cádiz la figura más representativa de la oratoria religiosa de España después de San Vicente Ferrer y San Juan de la Cruz. Se conservan unos 3.000 sermones suyos
Murió en Ronda (Málaga) el 24 de marzo de 1801, a los 58 años, víctima del vómito negro, después de 32 años de intensa vida misionera, dejando numerosos escritos y cartas espirituales.
El Papa León XIII lo beatificó en 1894.