El Descendimiento de la cruz
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Información | ||||
Pintor | Roger van der Weyden | |||
Año | h. 1436 | |||
Estilo artístico | Gótico | |||
Técnica pictórica | Óleo sobre tabla | |||
Longitud | 220 cm | |||
Anchura | 262 cm | |||
Localización | Museo del Prado | |||
Ciudad | Madrid | |||
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El Descendimiento de la cruz (en neerlandés, De Kruisafneming), es considerada la obra maestra del pintor flamenco Roger van der Weyden. Es un óleo sobre tabla, pintado con anterioridad al año 1443, probablemente hacia 1436. Mide 220 cm de alto y 262 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid. Es conocido, generalmente, como El Descendimiento.
[editar] Historia
Este cuadro es la sección central de un tríptico pintado por encargo de la guilda o cofradía de los arqueros de Lovaina, para la capilla que tenían en la iglesia Onze Lieve Vrouw van Ginderbuiten (Nuestra Señora Hors-les-Murs).
En la iglesia de Lovaina estuvo El Descendimiento durante más de cien años. La coleccionista de arte y regente de los Países Bajos María de Hungría, hermana de Carlos V, se lo cambió por un órgano valorado en 1.500 florines y una réplica pintada por Michiel Coxcie. Conforme está acreditado documentalmente, por Vicente Álvarez, en el año 1551 estaba en la capilla donde María de Hungría tenía su residencia. Durante un viaje realizado por los Países Bajos lo vió el príncipe Felipe de España, quien lo adquirió de su tía. En 1555 se lo llevó a España. De instrucciones posteriores a los pintores de la corte con motivo de una restauración resulta evidente que a Felipe II de España le afectaba principalmente la dolorida expresión de las figuras. Se les encargó entonces restaurar sólo las vestimentas y el fondo.
Durante un tiempo estuvo en la capilla del Pardo en las proximidades de Madrid. Tanto le gustaba al rey este cuadro que en 1567 encargó a Coxcie de nuevo una réplica. Esta debía quedarse en el Pardo, mientras que el original se llevaría a decorar el Monasterio de El Escorial. Hoy en día, esta copia de Coxcie se encuentra en el monasterio de El Escorial.
Durante la guerra civil española del siglo XX se sacó la pintura de España y llevada a Ginebra. Regresó en 1939 y fue incluida en la colección del Museo del Prado, donde permanece hoy en día. La última restauración es de 1992-1993.
Esta obra domina la pintura flamenca del siglo XV. Fue muy difundida por España y fue objeto de innumerables copias. Debió ganar fama nada más realizarse, porque ya en los años 1430 se hizo una réplica por un pintor desconocido para la capilla de una familia de Lovaina en la iglesia de San Pedro. Esta réplica está hoy en el Museo Stedelijk de Lovaina.
[editar] Análisis del cuadro
Es la tabla central del un tríptico, cuyas alas laterales han desaparecido. Se trata de una pintura al temple sobre madera. Tiene forma rectangular, con un saliente en el centro de la parte superior, en el que se encuentra la cruz y la figura de un ángel.
El tema es religioso, típico de la pintura gótica: Cristo bajado de la cruz. Los Evangelios hablan de ello: José de Arimatea pidió a Poncio Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesucristo para enterrarlo. A pesar de que el Nuevo Testamento no lo describe con detalle, la pintura, y el arte en general lo ha representado una y otra vez.
Se pueden encontrar representaciones tempranas del tema en la pintura sobre madera medieval. Las clavos ya se han quitado y el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz, recibido por los brazos de José de Arimatea. Dio lugar a composiciones de solo tres figuras: Cristo, José de Arimatea y Nicodemo. Posteriormente se añadieron personajes “auxiliares” entre ellas, la Virgen María y el apóstol Juan.
Roger van der Weyden presenta a las figuras en una zona apaisada, en forma de caja, con fondo liso, de oro, típicamente gótico. Las figuras se alojan en un reducido y corto espacio. En ausencia del paisaje, los personajes centran todo el interés. Tal como se describe en los Evangelios, José de Arimatea envuelve el cuerpo de Cristo en un paño blanco del lino, impregnado de sustancias aromáticas. Aparece un anciano de barba blanca identificado como Nicodemo. José de Arimatea y Nicodemo sostienen el cuerpo exánime de Cristo con la expresión de consternación a que obliga el fenómeno de la muerte.
Hay dos parejas de figuras que se representan paralelamente: María Magdalena y Juan en los extremos formando una especie de paréntesis, y la Virgen María y su hijo Jesucristo en el centro. Al lado derecho, María Magdalena se dobla, consternada por la muerte de Cristo. Es la figura más lograda de todo el cuadro en cuanto a la expresión del dolor. Su movimiento corporal se repite en la joven figura de Juan, vestida de rojo, en el borde izquierdo. Por su parte, la Virgen María es representada sufriendo un desfallecimiento y doblándose. Jesucristo aparece en la misma posición que su madre, lo que significa que los dos sufren el mismo dolor, ilustrando así en la Compassio Mariae, esto es, en el paralelismo entre las vidas de Cristo y la Virgen.
Las figuras se conciben como un grupo escultórico. Los diez personajes resaltan sobre el fondo liso. Su composición axial vertical y horizontal, rigurosamente estructurada y equilibrada, se inscribe en un óvalo. Las posiciones del brazo de Jesucristo y de la Virgen expresan las direcciones básicas de la tabla. Puede trazarse una diagonal de la cabeza del joven que ha liberado a Cristo hasta la Virgen y el pie derecho de San Juan. Los rostros están alineados horizontalmente, alineación que viene suavizada por la línea ondulada de las expresiones corporales de los personajes.
Los ropajes y el claroscuro proporcionan los efectos lumínicos. Los colores fríos caracterizan a los personajes más patéticos: las mujeres y el chico; los demás personajes visten colores cálidos.
Es un cuadro cargado de simbolismo religioso. El pintor desplegó en esta patética escena toda una gama de exquisitos matices y de doloridas expresiones, con una profunda emoción religiosa. El patetismo de las expresiones une a los personajes y provoca la emoción del espectador.
[editar] Referencias
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- Carrassat, P.F.R., Maestros de la pintura, Spes Editorial, S.L., 2005. ISBN 84-8332-597-7
- Monreal, L., Grandes Museos, Vol. 1, Planeta, 1975. ISBN 84-320-0460-X (obra completa)
- Olivar, M., Cien obras maestras de la pintura, Biblioteca Básica Salvat, 1971. ISBN 84-345-7215-X
- Vos, D. de, Flämische Meister; Jan van Eyck, Rogier van der Weyden, Hans Memling, Du Mont Literatur und Kunst Verlag Köln, 2002, ISBN 3-8321-7201-7 (Fuente del artículo en alemán)
- Wundram, M., "El Prerrenacimiento", en Los maestros de la pintura occidental, Taschen, 2005. ISBN 3-8228-4744-5
- Artículo en la página web del Museo del Prado