Guerra civil finlandesa
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La Guerra Civil en Finlandia se libró desde enero hasta mayo de 1918, entre los "rojos" (punaiset), socialdemócratas junto con comunistas, y los "blancos" (valkoiset), fuerzas comandadas por el Senado Conservador que en el anterior otoño había sucedido al Senado de Unidad Nacional, intentando mantener el status quo (retener la independencia y la monarquía constitucional sin parlamentarismo).
Los fineses tienen muchos nombres para este conflicto: vapaussota (Guerra de Libertad), kansalaissota or sisällissota (Guerra Civil), luokkasota (Guerra de Clases), punakapina (Rebelión Roja), torpparikapina (Rebelión de los Crofters), veljessota (la guerra entre hermanos) incluso vallankumous (Revolución). Los historiadores actuales señalan que todos estos nombres diferentes tienen sus méritos, aunque difieren sus cargas propagandísticas.
La Guerra Civil y la Guerra de Continuación han sido los dos hechos más controversiales y cargados emocionalmente en la historia de la Finlandia moderna. Son vistas a menudo como las bisagras o pivotes del destino de Finlandia; ambas han tenido una gran influencia en las relaciones exteriores de este país.
[editar] Antecedentes
El trasfondo de la Guerra Civil se puede rastrear hasta la polarización política causada por el principal conflicto entre la Rusia imperial y el autónomo Gran Ducado de Finlandia, el cual comenzó en 1889 como resultado del paneslavismo ruso, y se intensificó en 1899 con la intentona de rusificación de Finlandia. Como consecuencia, el ejército de Finlandia fue abolido.
Hasta entonces, el senado de Finlandia había seguido una política conservadora-lealista hacia Rusia, apuntando a asegurar los intereses nacionales vitales de Finlandia a través de la autonomía doméstica. Fue reconocido ampliamente que "el pueblo" debe ser divertida de los arranques radicales, lo cual podría molestar a la corte imperial en San Petersburgo. Como esta política colapsó, la Izquierda y la Derecha comenzaron a radicalizarse.
La radicalización derechista fue en respuesta a las tentativas en la hegemonía cultural y constitucional rusa, y a la larga llevarían a la colaboración abierta con la Alemania imperial, la cual había emergido como una gran potencia en la región báltica tras su unificación de 1871.
La radicalización izquierdista era principalmente una reacción a la emergencia y crecimiento de un campesinado sin propiedad, sin tierra propia para cultivar (Torpparit). Los fineses no tenían una experiencia tradicional en esto, como ellos eran usados para ser un pueblo de granjeros pobres pero independientes, sin amos más que el rey y sus sirvientes civiles. Además, la Revolución Industrial había empezado a afectar al sur de Finlandia. Era un buen momento para comerciar, y la grieta entre ricos y pobres se extendió.
La opinión pública era dominada por las clases educadas, y se había vuelto a usar para ver los problemas de Finlandia en términos de cultura, idioma, educación y la Constitución. La amenaza del enemigo común, Rusia, veló la profunda grieta entre las clases, pero cuando la opresión rusa fue mitigada, surgió un espantoso conflicto.