James George Frazer
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James George Frazer (Glasgow, 1 de enero de 1854 – Cambridge, 7 de mayo de 1941), antropólogo escocés.
Sus obras comprenden Totemism (1887), en la que se basó el famoso estudio de Sigmund Freud titulado Tótem y tabú; Totemism and Exogamy (1910), The Scapegoat (1913), The Fear of the Dead in Primitive Religion (El temor a la muerte en la religión primitiva, 3 vols., 1933–36) y Antología antropológica (4 vols., 1938–39). Su obra principal fue The Golden Bough (La rama dorada), publicada en dos volúmenes en 1890 y que se incrementó hasta alcanzar doce volúmenes, que su propio autor redujo a uno, como síntesis, en 1922. Cuestionada y alabada, esta obra es un hito de los estudios sobre magia y religión e influyó en las obras de importantes escritores, como T. S. Eliot, W. B. Yeats y James Joyce.
Frazer llevó una vida aislada y tranquila, y pese a la ceguera que padeció desde 1930, esa rutina le permitió escribir una impresionante cantidad de estudios, mientras ejercía la docencia. Recibió el título de sir y fue miembro de la Royal Society.
El mayor cuestionamiento a La rama dorada es que su tesis no está suficientemente probada, pese a lo cual impresiona la capacidad de Frazer de relacionar distintos mitos y rituales de diversas culturas que parecen abonar muy seriamente la idea de que magia, ciencia y religión no marchan por caminos distintos.
Desde un pequeño problema, cual era el de explicar la norma que regulaba la sucesión del sacerdocio de la diosa Diana en Aricia, Italia, la obra se multiplicó y ramificó, abarcando los mitos y dioses agrícolas, los mitos de la vegetación, las víctimas propiciatorias, la magia, los alucinógenos, los ritos de fertilidad, el temor a los muertos en el nacimiento de las religiones, y la religión misma.
Su tesis de que las fallas de la magia condujeron a las religiones, y que la ciencia no procede de modo muy distinto en sus ideas generales, fueron el centro de la controversia, que no invalida la idea de que percepciones y temores parecidos crearon parecidos mitos en todas las culturas; y que todas las culturas encerraron en sus mitos una similar intuición sobre el universo y un mismo sentimiento sobre su carácter sagrado, más allá del entendimiento.
Pese a todo la obra de Frazer adolece de los inconvenientes típicos del pensamiento decimonónico. La idea darwiniana de evolución que tanto influyó a todos los pensadores de su época iba siempre emparejada a la idea de progreso. Por ello Frazer toma por evidentes dos supuestos indemostrados, a saber: que la historia de la humanidad refleja dicha evolución y progresión; que la sociedad occidental es la cúspide de dicho proceso de desarrollo.
Influenciado por estas ideas Frazer traza un reducido esquema evolutivo del pensamiento a lo largo de la Historia de la humanidad según el cual en los estadios primeros de civilización se daría la Magia, que progresivamente sería sustituida por la Religión. Ésta por último sería reemplazada por la Ciencia, que es un conocimiento más verdadero, en un estadio superior de desarrollo del pensamiento y el conocimiento humanos. Noténse todas las connotaciones etnocéntricas e ideológicas que esto implica.