Juan Wallparrimachi
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Juan Wallparrimachi fue un escritor y poéta boliviano (*Potosí, 1793- 1814 )
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[editar] Biografía
Juan Wallparrimachi es una leyenda por la lucha que protagonizó por su pueblo. Nació en Potosí en 1793. Nieto de un judío portugués, hijo de madre india y padre español, Quedó huérfano de padre y madre poco despuès de nacer. Fue criado por indios y después recogido por los guerrilleros Manuel Ascensio Padilla y Juana Azurduy de Padilla, con quienes luchó por la libertad.
Como sólo sabia el apellido de su abuelo materno, lo adoptó y así pasó a la historia. Pese a que sabía el español perfectamente solo escribió en quechua, tampoco manejó otra arma que la onda indígena.
[editar] Obra
Poco se recogió de su obra, llena siempre de nostalgia. Al parecer, sus poesías pasaron como anónimas al canto popular. Algunas de ellas son:
- Mi Madre
- Tu Pupila
- La Partida
- Despedida
- Amame
[editar] Mi Madre
I
Que‚ nube ser aquella nube
Que viene entenebrecida? Ser
el llanto de mi madre que en
lluvia se ha convertido.
II
El sol a todos alumbra
A todos, menos a mi. No
falta la dicha a nadie;
Para mi solo hay dolor.
III
Porque no conocí a mi madre,
Mas que la fuente lloro‚ Porque no
hubo quien me ampare Mi propio
llanto bebí.
IV
También al agua me echó‚
Queriendo que me arrastrara;
El agua me echó a la orilla
Diciendo: 'Sigue buscándola'.
V
Como ella desde la nube
Mi corazón también lloró.
Flotando en lago de sangre,
Enmarañado de espinas.
[editar] Tu Pupila
I
Como estrella de tu pupila
Cayó en mi noche de pena,
quise guardarla en mi pecho,
se tornó en tierna paloma.
II
Envidioso torbellino
me la quitó de las manos;
para impedir que la siga
me volvió ciego y tullido.
III
Hecho escarnio de la gente;
por lluvia y sol flagelado,
mi corazón se consume
anhelando a mi paloma.
[editar] La Partida
(Waliparrirnachi)
Paloma del alma, verdad es que dices
Que a tierras lejanas por siempre te vas,
Echando al olvido tus horas felices...
Es cierto que nunca jamas volverás?
A quien di, me dejas en esta honda pena,
Mis dulces recuerdos, a quien implorar,
Cual tu me lo dabas, hermosa morena
Ay! quien en mi pecho te puede igualar?
Te ruego me enseñes cual es el sendero
Que tienen ligeros tus pies que tomar,
Pues antes que vayas, cruzarlo lo quiero,
Con llanto de hinojos por irlo a regar.
Si el sol con sus rayos te abrasa y sofoca,
Y sombra ya buscas en donde reposar,
Tendrá en la nube, que desde mi boca,
Mi aliento amoroso llegar a formar.
Si ansiosa y sedienta, por tierras de abrojos,
A solas ya cruzas en seco arenal,
La nube que forman llorando mis ojos
Dar te paloma su fresco raudal.
Sólo responden bosques profundos
Fuentes y sierras a mi clamor;
Nadie comprende ya sobre el mundo
Ay! mi quebranto ni mi dolor
El sol a todos alumbra
A todos, menos a mi. No
falta la dicha a nadie;
Para mi solo hay dolor.
Porque no conocí a mi madre,
Mas que la fuente lloro‚ Porque no
hubo quien me ampare Mi propio
llanto bebí.
También al agua me echó‚
Queriendo que me arrastrara;
El agua me echó a la orilla
Diciendo: 'Sigue buscándola'.
Como ella desde la nube
Mi corazón también lloró.
Flotando en lago de sangre,
Enmarañado de espinas.
Como estrella de tu pupila
Cayó en mi noche de pena,
quise guardarla en mi pecho,
se tornó en tierna paloma.
Envidioso torbellino
me la quitó de las manos;
para impedir que la siga
me volvió ciego y tullido.
Hecho escarnio de la gente;
por lluvia y sol flagelado,
mi corazón se consume
anhelando a mi paloma.
Paloma del alma, verdad es que dices
Que a tierras lejanas por siempre te vas,
Echando al olvido tus horas felices...
Es cierto que nunca jamas volverás?
A quien di, me dejas en esta honda pena,
Mis dulces recuerdos, a quien implorar,
Cual tu me lo dabas, hermosa morena
Ay! quien en mi pecho te puede igualar?
Te ruego me enseñes cual es el sendero
Que tienen ligeros tus pies que tomar,
Pues antes que vayas, cruzarlo lo quiero,
Con llanto de hinojos por irlo a regar.
Si el sol con sus rayos te abrasa y sofoca,
Y sombra ya buscas en donde reposar,
Tendrá en la nube, que desde mi boca,
Mi aliento amoroso llegar a formar.
Si ansiosa y sedienta, por tierras de abrojos,
A solas ya cruzas en seco arenal,
La nube que forman llorando mis ojos
Dar te paloma su fresco raudal.
Sólo responden bosques profundos
Fuentes y sierras a mi clamor;
Nadie comprende ya sobre el mundo
Ay! mi quebranto ni mi dolor.