La Bayamesa
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La Bayamesa (Himno de Bayamo) es el himno nacional de Cuba.
Su melodía y su letra las compuso Pedro Figueredo (Perucho) y el arreglo para instrumentos lo hizo el maestro Manuel Muñoz Cedeño.
Es un himno de combate, surgido en el fragor de la lucha subversiva contra el poder de la metrópoli. Llama a defender la Patria en el combate y ofrendar la propia vida en busca de la ansiada libertad.
El Himno de Bayamo es el símbolo de la nación cubana, compuesto por Perucho Figueredo en agosto de 1867. Se le llamó originalmente La Bayamesa, por haber sido compuesto y tocado por primera vez en Bayamo y como referencia a la ya conocida marcha La Marsellesa de la Revolución Francesa.
El jueves 11 de junio de 1868, en la Iglesia Mayor de Bayamo, durante un solemne Te Deum con motivo de las festividades del Corpus Christi y ante la presencia de altas personalidades del gobierno colonial español y de un gran número de fieles de la localidad, se oyeron por primera vez en forma pública las notas de este himno.
El 10 de octubre de 1868, comenzó con el Grito de Yara, la Guerra de los Diez Años. El día 18 de octubre, se inició la toma de Bayamo y a las 11 de la noche del día 20, se firmó la capitulación de las fuerzas españolas. Con la toma de Bayamo se popularizó este himno y a partir de entonces el pueblo cubano lo tomó como su llamado a la lucha en busca de la libertad de la patria.
Una vez independizada Cuba, cuando se oficializó el Himno de Bayamo como el Himno Nacional de Cuba, se suprimieron las últimas estrofas a fin de evitar herir la sensibilidad del pueblo español, al cual los cubanos han permanecido siempre muy unidos por lazos de sangre y cultura. Solamente las dos primeras estrofas --en negrita-- constituyen la letra oficial del Himno Nacional.
[editar] Música
¡Al combate corred Bayameses,
que la patria os contempla orgullosa;
no temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir!
En cadenas vivir es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido;
¡a las armas, valientes, corred!
No temáis; los feroces Iberos
son cobardes cual todo tirano
no resisten al brazo Cubano;
para siempre su imperio cayó.
¡Cuba libre! Ya España murió,
su poder y su orgullo ¿do es ido?
¡Del clarín escuchad el sonido
¡¡a las armas!!, valientes, corred!
Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyen vencidos:
por valientes, supimos triunfar!
¡Cuba libre! podemos gritar
del cañón al terrible estampido.
¡Del clarín escuchad el sonido,
¡¡a las armas!!, valientes, corred!