Lictor
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Lictor (plural lictores). Los lictores eran oficiales públicos que durante el periodo republicano de la Roma clásica se encargaban de escoltar a los magistrados curules, marchando delante de ellos, e incluso de garantizar el orden público y custodia de prisioneros, desempeñando funciones que hoy podríamos identificar con la "policía local". Los lictores debían ser ciudadanos romanos de pleno derecho, aunque el sueldo y la condición social del cargo debieron ser más bien escasos.
Fuera de Roma, los líctores vestían túnica escarlata ceñida por un ancho cinturón de cuero negro claveteado con latón, y portaban sobre el hombro izquierdo un haz de ramas (fasces), en el que se encontraba inserta una o dos hachas, lo que simbolizaba la capacidad del magistrado cum imperium para castigar y ejecutar.
En cambio, cuando se encontraban dentro del pomerium (la frontera sagrada de la ciudad de Roma), los lictores vestían toga blanca y fasces sin hachas, simbolizando la limitación del poder, no pudiendo ejecutar a ningún ciudadano (aunque sí azotar).
Si bien su número total se desconoce, muy posiblemente fueran dos o tres centenares. Se hallaban agrupados y organizados en un Colegio o agrupación, dentro de la cual se organizaban en decurias con un prefecto al mando de cada una y varios presidentes por encima de los prefectos.
El número de lictores indicaba el grado del imperium: el dictador tenía 12 (24 a partir de Sila) y la potestad para llevar hachas dentro del pomerium; los cónsules y procónsules, 12; lugartenientes, pretores y propretores, 6; los ediles, curules, 2. El último lictor de la fila que acompañaba al magistrado en cuestión era el proximus lictor, y solía ser un hombre de confianza.