Mesías
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El Mesías (del hebreo מָשִׁיחַ, moshiaj, "ungido"), es para los judíos creyentes, un varón lleno del espiritu de Dios. A lo largo de la historia existieron muchos ungidos por Dios, pero se concede este nombre en particular al enviado divino de la dinastía del rey David que traerá la paz a la humanidad restaurando el reino davídico. Para los cristianos, Jesús de Nazaret fue el Mesías; esperan su segunda venida — la parusía —, que marcará el comienzo del tiempo de salvación. Los musulmanes consideran también como Mesías, es decir, Ungido, a Jesús, acogiendolo como profeta; de acuerdo a la doctrina del Islam, en su segunda venida lo acompañará el Mahdi.
Dentro del judaísmo, la creencia en el Mesías se fundamentó en la revelación de Dios, hecha a través de la Torah o Ley de Dios. Desde el Génesis se registraron muchas profecias mesianicas dentro de la ley, que permitirían reconocerlo cuando llegase. Posteriormente, cobró auge durante el cautiverio de Babilonia. Ya el profeta Isaías había hablado de un misterioso Siervo de Dios, que nacería de una virgen, como consta en Isaias 7:14 " Pues el Señor mismo les va a dar una señal: la virgen esta en cinta y va a dar a luz un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel", y en Isaias 9:6-8 "Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo al cual se le ha concedido el poder de gobernar, y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno y Principe de Paz, se sentará en el trono de David, extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará". Durante la ocupación romana, surgieron numerosos denominados Mesías que predicaban la inminente llegada del Reino, pero todos fueron exterminados unos después de otros.
Cabe anotar que la Torah hace referencia a varias facetas del Mesías, una como rey, gobernante y restaurador, y otra como siervo sufriente, razón por la cual muchos judíos llegaron a pensar que en realidad serían dos los Mesías por venir. Otro grupo numeroso de judíos y mayor de no judíos, por el contrario, reconocieron que sería uno solo el Ungido de Dios que vendría dos veces, y aprobaron el cumplimiento histórico de todas y cada una de las profecías mesianicas previamente reveladas en la Torah o ley de Dios, en la persona de 'Yehsúa haNatzrati' o Jesús de Nazareth, entendiendo que sería el mismo Mesías el que cumpliría ambos roles, primero el de siervo sufriente, para dar la vida por la humanidad, como el cordero sin mancha de 'Pesaj' o Pascua, tal como está revelado en Isaías 53, en donde se lee "El Señor quizo que su siervo creciera como planta tierna ... su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban ...y sin embargo estaba cargando nuestro sufirmiento y estaba soportando nuestros propios dolores...fue traspasado a causa de nuestra rebeldía...como cordero fue llevado al matadero y ni siquiera abrió su boca...", y así mismo el rol de Rey y restaurador, en su segunda venida, como se encuentra escrito en Zacarías 12:10 en donde se lee " ...entonces miraran a quien traspasaron y harán duelo por El...".
Si bien muchos judíos a lo largo de la historia, aceptaron a Jesus de Nazareth como el Mesías enviado por Adonai, tal como los denominados 12 apóstoles, entre quienes estaba Pablo de Tarsos, quien nació y creció como judió, fariseo hijo de fariseos y quien posteriormente murío por hacer defensa de Jesús, actualmente, la mayoría de los judíos no le reconoce como tal: hay quienes esperan su venida inicial pero hay quienes consideran que en realidad no va a venir Mesías alguno.
Actualmente, la mayoría de la población mundial denomina Mesías a Jesús de Nazaret; su título griego χριστος, jristós, "Cristo", es una traducción literal del hebreo. Según la Torah, o ley de Dios la promesa de la venida del Mesías se extiende a toda la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob, de quién surgieron las 12 tribus de Israel de las cuales aproximadamente 10 de ellas se esparcieron por toda la tierra y se mezclaron con los demás pueblos. Por ello la promesa hecha a Israel en realidad debe entenderse realizada a todos los hombres, razón por la que Jesús es el Mesías y el redentor de la humanidad y quienes le acepten como tal.
Sin embargo, la promesa cristiana de la segunda venida de Cristo ha llevado a que muchos pretendidos iluminados hayan reclamado para sí la condición de Mesías, fundando diversas sectas a lo largo de la Historia, cosas sobre las cuales el mismo Jesús advirtió que sucedería cerca a su segunda venida, como consta en Mateo 24:4 a cuyo tenor "...tengan cuidado de que nadie los engañe porque vendrán muchos haciendose pasar por mi y dirán 'yo soy el Mesías' engañando a mucha gente...".