Ometéotl
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Ometecuhtli (El Señor Dos) y Omecihuatl, La Señora Dos, formaban la dualidad creadora en la religión mexica. Eruditos como Miguel León-Portilla traducen a Ometeótl/Omecihuatl como Señor/Señora de la Dualidad, implicando un solo dios de carácter dual.
Ometecuhtli representa la esencia masculina de la creación. Es esposo de Omecihuatl y padre de Tezcatlipoca rojo (Xipe o Camaxtle), Tezcatlipoca negro (Tezcatlipoca), Tezcatlipoca blanco Quetzalcóatl, y Tezcatlipoca azul (Huitzilopochtli). También se le llama Tonacatecuhtli [tonaka'tekutli], "Señor de nuestra carne".
En ningún lugar puede ser la casa del sumo árbitro; |
"Cantares Mexicanos" / Moyocoyatzin |
Este es un dios antiguo, que no tenía templos, y era casi desconocido por el pueblo, pero muy nombrado en los poemas de las clases altas. Debido a que se le menciona de una manera que parece ignorar el resto de la cosmogonía azteca, Leon Portilla sugiere que tal vez los sabios aztecas estaban en un proceso de aglutinar a los demás dioses en esta deidad.
Omecihuatl (Mujer dos, Señora de la Dualidad), diosa que representa la esencia femenina de la creación en la religión mexica. Esposa de Ometecuhtli. También se le conoce como tonacacihuatl, Señora de nuestra carne.
Ometeótl es también llamado "in Tonan, in Tota, Huehueteotl", "Madre nuestra, Padre nuestro, Viejo Dios". Como dualidad y unidad masculino-femenina, reside en Omeyocann, "el Sitio de la Dualidad", que, a su vez, ocupa el más alto lugar de los cielos. El/ella es padre/madre del Universo y cuanto hay en él. Como "Señor y Señora de Nuestra Carne y Sustento", suministra la energía cósmica universal de la que todas las cosas derivan, así como la continuidad de su existencia y sustento. Provee y mantiene el ritmo oscilante del universo, y le confiere a cada cosa su naturaleza particular. Es en virtud de estos atributos que se lo/la llama "el Uno Mediante Quien Todos Vivimos" y el/la que "es el verdadero ser de todas las cosas, preservándolas y nutriéndolas". Por ser metafísicamente inmanente, Ometeótl es llamado/a Tloque Nahuaque, amo de lo cercano y lo lejano o el/la que está cerca de todas las cosas y de quien todas las cosas están cerca. En tanto epistemológicamente trascendente, se lo/la llama Yohualli-ehecátl, Uno que es Invisible (como la noche) e Intangible (como el viento). Recibe también los nombres de Moyocoyatzin, "el inventor de sí mismo" e Ipalnemohua, "el dador de vida".
La existencia de Ometeótl es sostenida y defendida por Caso, León-Portilla y López Austin (ver Bibliografía)
Véase también: Téotl Religión en la civilización azteca
[editar] Bibliografía
- Caso, Alfonso. La religión de los aztecas, Enciclopedia Ilustrada Mexicana: México D.F., Imprenta Mundial, 1936.
- León-Portilla, Miguel. La filosofía nahuatl, estudiada en sus fuentes, 2ª ed.. México D.F.: UNAM, 1959.
- López Austin, Alfredo. Cuerpo humano e Ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas. México D.F.: UNAM, 1980, 2 vols.