Sebastián Castellion
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Sébastien Châteillon, latinizado Castalio, luego Castellio y finalmente Castellion. Saint-Martin-du-Fresne, Ain, 1515 - Basilea 1563. Humanista, biblista y teólogo cristiano francés. Es posible que su familia fuera valdense, ya que en el siglo XIII discípulos de Pedro Valdo procedentes de Lyón se refugiaron en la región de Bugey.
En 1535 Castellion ingresó al Colegio de la Trinidad en Lyon, donde conoció obras de los humanistas de la época y las Instituciones Cristianas de Juan Calvino y adhirió a las ideas de la Reforma Protestante.
En 1540 viajó a Estrasburgo para reunirse con Calvino y luego marchó con él a Ginebra. Allí fue designado director del Collège de Rive. Castellion se distinguió entonces por sus innovaciones pedagógicas y publicó los Dialogi Sacrés una selección de la Biblia que fue muchas veces reimpresa en toda Europa.
Sostuvo posteriormente divergencias teológicas con Calvino, debido a que Castellion sostenía que literalmente Jesucristo después de su muerte "descendió a los infiernos" (al lugra de los muertos), como dice el Credo de los Apóstoles, mientras Calvino interpretaba esto como una alegoría referida a la angustia. Por otra parte Castellion opinaba que el origen del Cantar de los Cantares era un poema erótico. Para completar, Calvino acusó a Castellion de haber denigrado la imagen del clero, por llamar a los líderes eclesiales al autoexamen. Estas divergencia le impidieron en 1544 ejercer como pastor.
Castellion debió entonces desplazarse a Basilea, donde al principio sufrió una situación de pobreza extrema y debió sostenerse atrapando listones de madera sin dueño que flotaban en el Rin tras las inundaciones. Luego consiguió un empleo como corrector de imprenta, después como lector de griego y finalmente fue nombrado profesor de la Universidad de Basilea.
[editar] Libertad de conciencia
En 1554, con el seudónimo de Martinus Bellius publicó De haerectis an sint persequendi, un ataque frontal a la tesis según la cual los herejes deben ser ejecutados, obra que lo enfrentó definitivamente con Calvino y que fue traducida al castellano por Casiodoro Reina. Castellion reaccionó contra la ejecución de Miguel Servet por los calvinistas en Ginebra el 27 de octubre de 1553: «Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un ser humano; no prueba uno su fe quemando a un hombre sino haciéndose quemar para ella», escribió. «Buscar y decir la verdad, tal y como se piensa, no puede ser nunca un delito. A nadie se le debe obligar a creer. La conciencia es libre», añadió.
De haerectis presentó una antología de textos de padres de la Iglesia como Lactancio, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo, San Ambrosio y San Agustín de Hipona, contra la ejecución de herejes. Añadió las opiniones al respecto de Erasmo y de varios protestantes.
Definió a los herejes como "aquellos que no están de acuerdo con nuestra opinión"; afirmó que los cristianos que se engañan a sí mismos hasta el punto de justificar la persecución religiosa son peores que cualquiera a quien pretendan "convertir"; reclamó la libertad de culto: "que los judiós o los turcos no condenen a los cristianos, y que tampoco los cristianos condenen a los judíos o a los turcos... y nosotros, los que nos llamamos cristianos, no nos condenemos tampoco los unos a los otros... Una cosa es cierta. que cuanto mejor conoce un humano la verdad, menos inclinado está a condenar".
Teodoro de Beza respondió al libro de Castellion, con El castigo de los herejes por los magistrados, y Calvino con la Defensa de la fe contra los errores de Miguel Servet; luego lograron que en Basilea se prohibiera la publicación de la réplica de Castellion, Contra libellum Calvini, a la vez que hicieron diversas gestiones para lograr que Castellion fuera despedido de su puesto en la universidad, donde por el contrario se consolidó un círculo académico en torno suyo, integrado por Celio Curione, Martín Celario, David Joris, Bonifacio Amerbach y los impresores Pedro Perna y Juan Oporino. Un debate público sobre la ejecución de herejes tuvo lugar en Berna en 1555.
En 1560 se desató la primera de las ocho olas sucesivas de guerras religiosas en Francia y entonces Castellion publicó Conseil à la France Désolée reclamando la tolerancia y anunciando con treinta años de anticipación la solución que daría el Edicto de Nantes, "dos religiones para un reino". Murió sin embargo cuando se le había abierto un proceso judicial por herejía, en medio de la indiferencia general; sólo Montaigne le rindió homenaje en sus ensayos.
[editar] Proyección de sus ideas
Su clara denuncia del fanatismo y su defensa de la libertad de conciencia situó a Castellion a la izquierda de la Reforma. Él abrió el camino a Pierre Bayle (1647-1706) quien le consagró una extensa nota en su Dictionnaire Historique et Critique; a Rabaut Saint-Etienne (1743-1793), quien introdujo la libertad de conciencia en la Declaración de los Derechos del Hombre; y a Ferdinand Buisson (1841-1932) uno de los fundadores del laicismo francés. Mayor fue su influencia en Holanda por medio de los seguidores de Jacobus Arminius, y en mundo anglosajón vía Locke y Milton.
Castellion es también conocido por sus trabajos bíblicos y se le considera como uno de los fundadores de la crítica moderna. Tradujo la Biblia al latín en 1551 y al idioma francés en 1555. la traducción francesa sólo fue reeditada en 2005.
En cuanto a la Filosofía, fue precursor de los grandes racionalistas clásicos, como Spinoza y Descartes.
Stefan Zweig publicó en 1936 en alemán el libro Castellio contra Calvino, que para muchos fue una voz de aliento contra el nazismo en un momento decisivo. Zweig escribió:
- Desde el punto de vista del espíritu, las palabras "victoria" y "derrota" adquieren un significado distinto. Y por eso es necesario recordar una y otra vez al mundo, un mundo que sólo ve los monumentos de los vencedores, que quienes construyen sus dominios sobre las tumbas y las existencias destrozadas de millones de seres no son los verdaderos héroes, sino aquellos otros que sin recurrir a la fuerza sucumbieron frente al poder, como Castellio frente a Calvino en su lucha por la libertad de conciencia y por el definitivo advenimiento de la humanidad a la tierra.
[editar] Referencias
- Zweig, Stefan 1936: Castellio contra Calvino. Conciencia contra Violencia. Editorial El Acantilado, Barcelona, 2002. ISBN 8495359561
- Williams, George H. 1962: La Reforma Radical: 694-698. Fondo de Cultura Económica, México, 1983. ISBN 968-16-1332-5