El Espectador (Colombia)
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El Espectador es un periódico fundado por Fidel Cano el 22 de marzo de 1887 en la ciudad de Medellín, Colombia. Desde su primer número a hoy su lema ha sido "El Espectador trabajará en bien de la patria con criterio liberal y en bien de los principios liberales con criterio patriótico". Circulaba dos veces por semana, en una edición inicial de 500 ejemplares.
Desde su aparición fue un vocero de la oposición liberal a los gobiernos de La Regeneración. Fue clausurado por las autoridades en varias ocasiones: del 8 de julio de 1887 al 10 de enero de 1888, del 8 de agosto de 1893 al 14 de marzo de 1896; del 27 de junio de 1896 al 24 de abril de 1897; del 20 de octubre de 1899 al 16 de octubre de 1903 y a partir del 17 de diciembre de 1904. El periódico reapareció como diario vespertino el 2 de enero de 1913.
A partir del 10 de febrero de 1915 se publicó simultáneamente en Medellin y Bogotá, y desde el 20 de julio de 1923 se suspendió su edición de Medellín.
A lo largo del siglo XX fue, con El Tiempo, el principal periódico liberal, con una gran influencia política. Tuvo entre sus colaboradores a algunos de los periodistas más importantes de Colombia en este siglo, como Luis Eduardo Nieto Caballero, Alberto Lleras Camargo, Eduardo Zalamea Borda, Gabriel García Márquez, Eduardo Caballero Calderón, Klim, Antonio Panesso Robledo, Inés de Montaña, Alfonso Castillo Gómez, José Salgar y los caricaturistas Hernán Merino, Pepón, Consuelo Lago y Osuna.
Después del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán en 1948, el diario debió someterse en varias ocasiones a la censura del gobierno conservador. El 9 de noviembre de 1949 el director, Luis Cano Villegas, se retiró en protesta por el decomiso de la edición por parte del gobierno, y fue reemplazado por Gabriel Cano Villegas. El 6 de septiembre de 1952, las instalaciones del diario, situadas en el centro de la ciudad, fueron saqueadas y parcialmente destruidas, junto con las instalaciones de El Tiempo y las casas de los dirigentes liberales Eduardo Santos y Carlos Lleras Restrepo, con la tolerancia del gobierno de Bogotá.
En 1955 el periódico asumió una actitud de oposición frontal al gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla, y publicó varios artículos de Alberto Lleras Camargo que tuvieron un gran efecto sobre la opinión. El gobierno, en diciembre, acusó al periódico de irregularidades contables y tributarias. Los directores del periódico, a los que se prohibió responder a las acusaciones en el mismo, suspendieron su publicación a partir del 6 de enero de 1956.
Para reemplazarlo, comenzó a circular, desde el 22 de enero, El Independiente, bajo la dirección de Alberto Lleras Camargo, quien se retiró en abril, cuando el periódico fue clausurado por unos meses. Reapareció en 1957 y circuló hasta mayo de 1958, un año después de la caída de la dictadura militar: el 1 de junio de 1958 fue reemplazado por El Espectador.
En 1964 sus instalaciones se trasladaron al occidente de la ciudad, sobre la avenida 68, que en ese sector es conocida como Avenida El Espectador.
A comienzos de la década de 1980 publicó una serie de denuncias sobre préstamos ilegales y otras irregularidades en contra del Grupo Grancolombiano. En represalia, algunas grandes empresas suspendieron la publicidad en el periódico, que enfrentaba ya algunas dificultades económicas.
El Espectador mantuvo una actitud muy firme en contra del narcotráfico, y publicó con frecuencia informaciones sobre sus delitos. El 17 de diciembre de 1986 pistoleros a órdenes del narcotraficante Pablo Escobar asesinaron frente a la sede del diario a su director Guillermo Cano Isaza. En su honor, la UNESCO instituyó el Premio Mundial a la Libertad de Expresión Guillermo Cano. Tres años más tarde, el 2 de septiembre de 1989, un carro bomba destruyó buena parte de las instalaciones del diario.
El Espectador estuvo durante la primera mitad del siglo a la vanguardia de las innovaciones tecnológicas destinadas a la información.
A pesar de que El Espectador había sido durante casi todo el siglo, después de El Tiempo, el diario de mayor circulación en Colombia, las dificultades económicas se fueron agravando y en 1997 la familia Cano vendió la mayoría de sus acciones en la empresa Comunican S.A. al industrial Julio Mario Santo Domingo, dueño en ese momento de otros medios de comunicación como Cromos, Caracol Radio y Caracol Televisión, y de empresas como Bavaria y Avianca.
Desde entonces, sus sucesivos directores, Rodrigo Pardo, Carlos Lleras de la Fuente y Fidel Cano Correa han tratado de recuperar el equilibro económico y la circulación del periódico. En el 2000 se decidió convertirlo en semanario, que circula los sábados, aunque con fecha dominical. Contando con el mayor tiempo disponible de los lectores durante el fin de semana, El Espectador se ha orientado hacia artículos de análisis, de investigación y de opinión, lo que le ha permitido una gran recuperación en circulación, influencia e ingresos.
Ha recibido los premios María Moors Cabot y Merghenthaler. Sus directores Gabriel Cano Villegas, Alberto Lleras Camargo; su subdirector José Salgar (1990) y su columnista Antonio Panesso Robledo (1993) recibieron el Premio Simón Bolívar de Periodismo a la vida y obra. En el año 2006 su director Fidel Cano Correa recibió el premio Simón Bolivar al periodista del año.
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