Guerras de los tres reinos
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Las Guerras de los Tres Reinos o Guerras de las tres naciones es el nombre con el que se conoce a una serie de conflictos interconectados que tuvieron lugar en Escocia, Irlanda e Inglaterra entre 1639 y 1651, una época en que los tres países se encontraban bajo el mandato personal del mismo monarca, Carlos I Estuardo. El mejor conocido de estos conflictos es la Guerra Civil Inglesa.
Las guerras fueron el resultado de la tensión entre el rey y sus súbditos por asuntos religiosos y civiles. Las disputas religiosas se centraban en si la religión dependería del monarca o de la elección del súbdito, que tendría una relación directa con Dios. Los asuntos civiles consistían en la limitación del poder real por el parlamento, particularmente en su capacidad de aumentar los impuestos y levanter ejércitos sin su consentimiento. Además, las guerras también tuvieron un elemento de conflicto nacional, como rebelión irlandesa y escocesa contra la primacía inglesa entre los Tres Reinos. La victoria del parlamento inglés –bajo Oliver Cromwell – sobre el rey, los irlandeses y los escoceses, ayudó a determiner el futuro de lo que terminaría conformándose como el Reino Unido como una monarquía constitucional con el poder concentrado en Londres.
Las guerras de los tres reinos coinciden en el tiempo con varios conflictos similares en Europa –la Fronda en Francia y la llamada crisis de 1640 de la Monarquía Católica, con la rebelión de Cataluña, Portugal, Nápoles, Sicilia y Andalucía-; todo ello formando parte de la llamada crisis del siglo XVII que se caracterizaría, según la interpretación de algunos historiadores, por la rebelión conservadora de las sociedades contra la centralización de los reyes que pretenden construir monarquías absolutas.
Las guerras de los tres reinos incluyen las Bishops' Wars de 1639 y 1640, la Guerra civil escocesa de 1644–5; la Rebelión irlandesa de 1641, la Irlanda Confederada de 1642–9 y la Conquista de Irlanda por Cromwell de 1649 (que colectivamente se suelen llamar las Guerras de los Irlandeses Confederados); y las Guerras Civiles Inglesas (Primera 1642–6, Segunda 1648–9 y Tercera 1650–51).
La denominación de estos conflictos como Guerras de los Tres Reinos proviene del propósito de historiadores actuales por dar una visión unificada de todos ellos, en vez de considerarlos sólo como el telón de fondo de la Guerra Civil Inglesa. Algunos otros proponen el nombre de Guerras Civiles Británicas.[1], pero otros consideran que utilizar el adjetivo británico puede entenderse como algo prematuro antes del Acta de Unión de 1800.