José Marchena
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José Marchena Ruiz de Cueto, más conocido como Abate Marchena, (Utrera, 18 de noviembre de 1768 - Madrid, 1821), periodista, poeta, humanista, crítico literario, traductor y revolucionario español.
[editar] Biografía
Hijo de un fiscal del Consejo de Castilla, se opuso tenazmente a seguir la carrera eclesiástica a la que le había destinado su familia, por lo que no hay que llamarlo «abate», como se suele hacer. Estudió en los Reales Estudios de San Isidro en Madrid y luego se matriculó en leyes en Salamanca, donde se graduó de bachiller en 1788. En esta época entró en contacto con el pensamiento de Rousseau y Adam Smith por medio de su profesor Ramón de Salas; Juan Meléndez Valdés le despertó su vocación literaria y le animó a componer poesía. En 1787 la Inquisición le encausó por poseer libros prohibidos y por proposiciones escandalosas. A fines de ese mismo año editó un interesante periódico, El Observador, que acredita ya a su autor como un ardiente afrancesado en cultura y más en concreto como un entusiasta casi fanático de Voltaire. Eso motivó la suspensión de ese periódico y su condena posterior. De allí pasó a Madrid, donde escribe su Oda a la Revolución Francesa en 1789.
En 1792 parte al exilio a Francia, rechazado por los tradicionalistas españoles, y permanece un año en Bayona, entregado a sus labores de traductor; publica en agosto de ese año, con Miguel Rubín de Celis, la Gaceta de la libertad y de la igualdad, que introducen clandestinamente en España. En octubre redacta la proclama A la nación española. Entabla amistad y correspondencia con el diputado girondino Brissot, y se afilia al grupo de los girondinos en París en 1793, poniéndose al servicio del ministro Lebrun, que pretende usarle como libelista contra los países enemigos de la República; pero al caer el partido girondino en junio sufrió la persecución de Robespierre y fue encarcelado en Burdeos y conducido a la capital. Sus polémicas actitudes y rebeldías le hicieron un individuo incómodo para el poder, y tras salir de la cárcel fue desterrado a Suiza en 1796; publica el periódico Le Spectateur Français y el opúsculo Essai de Théologie en 1797; de nuevo es encarcelado en París en 1798. En 1799 traduce por primera vez al español El contrato social de Rousseau, que se imprime en París con falsa portada de Londres. Obtuvo un puesto de inspector de contribucioines del ejército en 1800 y publica en Basilea su Fragmentum Petronii, en realidad, no escrito por él. Entre 1801 y 1808 vive en París entregado al estudio y a la escritura. Colabora en la Décade Philosophique de París, en el Correo de Sevilla y en las Variedades de ciencias, artes y literatura que dirige Quintana en Madrid; también sigue su incansable labor de traductor. En 1806 trata de hacer pasar como verdadero también unos falsos poemas de Catulo, sin tanta suerte como tuvo con el fragmento de Petronio.
Regresó a España como secretario del general Murat, con quien estuvo en España durante la Guerra de la Independencia, desempeñando también diversos cargos en la administración josefina, fundamentalmente como ideólogo y panfletista del régimen afrancesado. Fue director durante un breve periodo de 1810 del Correo político y militar de Córdoba. Abandonó el país con la corte del rey José Bonaparte, residiendo sucesivamente en Perpignan, Nîmes y Montpellier. En este segundo exilio tradujo el Emilio de Rousseau (Burdeos, 1817), las Cartas persas de Montesquieu (Nîmes, 1818) y las Novelas de Voltaire (Burdeos, 1819), entre otros muchos textos ilustrados y liberales.
Regresó a Sevilla en 1820 con el triunfo de la revolución liberal de Rafael de Riego, aunque murió al año siguiente en Madrid en casa de su admirador y albacea testamentario Juan MacCrohon. De estos últimos dos años es su Discurso sobre la ley de monacales que le vincula a los liberales exaltados del llamado Trienio Liberal. Era de talante exaltado y un auténtico enemigo del tradicionalismo clerical español, a cuya alianza con el poder político acusaba de la decadencia de su país. Como experto latinista, logró engañar a los expertos con una falsificación suya de un texto supuestamente atribuido a Petronio, el autor del Satyricon, aunque no hizo colar como auténtica una imitación suya de Catulo. Tradujo las Cartas persas de Montesquieu, varias comedias de Molière, las Novelas de Voltaire, el poema materialista y ateo De rerum natura o Sobre la naturaleza de las cosas de Lucrecio en endecasílabos blancos, los cantos que el escocés James Macpherson compuso e hizo pasar bajo el nombre del bardo céltico Ossian y, anónimamente y desde Francia, un sinnúmero de obras de enciclopedistas y de la llamada segunda generación de enciclopedistas o ideólogos, con el deseo de modernizar el arcaico pensamiento español, obras que procuraba introducir en España de contrabando desde Francia, donde se imprimían.
Como crítico se le deben unas interesantes Lecciones de filosofía moral y elocuencia, especie de antología de la literatura clásica española, precedida de un importante Discurso sobre la literatura española de muy interesantes puntos de vista y que, aunque rigurosamente clasicista y abominador de la intolerancia ideológica del clero y el desarreglo de la tradición literaria española, admite del movimiento romántico el postulado de que la literatura es emanación y reflejo del espíritu y costumbres de un pueblo. Como poeta, un poema sobre Eloísa y Abelardo y diversas composiciones en que ataca la intolerancia española. Como autor dramático, la tragedia Polixena, así como numerosos opúsculos y panfletos de tema político dictados por las circunstancias.
[editar] Bibliografía
- Wikisource en español contiene obras originales de José Marchena.
- Gil Novales, Alberto (dir.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal.