La vida de los otros
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La vida de los otros es un película alemana dirigida por Florian Henckel Von Donnersmarck.
Oscar a la mejor película de habla no inglesa (2006)
Título | La vida de los otros |
Ficha técnica | |
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Dirección | Florian Henckel Von Donnersmarck |
Dirección artística | Silke Buhr |
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Producción | Quirin Berg Max Wiedemann |
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Guión | Florian Henckel Von Donnersmarck |
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Música | Gabriel Yared Stéphane Moucha |
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Fotografía | Hagen Bogdanski |
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Montaje | Patricia Rommel |
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Vestuario | Gabriele Binder |
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Reparto | Ulrich Mühe Martina Gedeck Sebastian Koch Ulrich Tukur |
Datos y cifras | |
País(es) | Alemania |
Año | 2006 |
Género | Espionaje |
Duración | 144 minutos |
Compañías | |
Productora | Bayerischer Rundfunk |
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Ficha en IMDb |
Tabla de contenidos |
[editar] Argumento
Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) es un capitán de la policía política de la RDA, la Stasi. 100.000 agentes y 300.000 informantes vigilan cada día la vida de sus compatriotas. En 1984 le encargan que espíe al escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland (Martina Gedeck). Su vida va a cambiar a partir de entonces...
[editar] Trama
La acción discurre en la República Democrática Alemana en 1984. El capitán de la Stasi, Gerd Wiesler, un sincero partidario de la dictadura comunista, recibe la misión de su jefe, el teniente coronel Anton Grubitz, de espiar al autor teatral Georg Dreyman, de quien Bruno Hempf, Ministro de Cultura, y miembro del Comité Central del partido comunista, sospecha que puede tener simpatías pro-occidentales. A fin de llevar a cabo la misión, un equipo de la Stasi entra en el apartamento de Wiesler sin que él lo sepa e instala aparatos de escucha en los interruptores de pared y cables en las paredes, para conectar los micrófonos a una habitación situada en la buhardilla del bloque de apartamentos, donde Wiesler y un ayudante se turnan durante todo el día para oír todo lo que se dice en el apartamento y, al tiempo, escribir un informe con todo lo que escuchan y creen relevante. El teléfono está también intervenido, así como el timbre de la puerta. Cuando una vecina curiosa observa el montaje, Wiesler la amenaza con echar a su hija de la Universidad si decía a alguien lo que había visto.
Wiesler pronto averigua que la causa real de que el ministro haya ordenado la vigilancia de Dreyman es su atracción por Christa-Maria, actriz y novia de Dreyman, de modo que si Dreyman es arrestado, tendría vía libre para seducirla. Este hecho desmotiva a Wiesler, leal funcionario del régimen, y contrario al uso del aparato represivo para los intereses personales de los dirigentes.
Por su parte, Dreyman apoya el régimen comunista, pero reprueba el modo en el que se trata a los disidentes. Ese hecho le afecta bastante, porque Albert Jerska, uno de sus amigos y director de escena con el que trabajaba, se encuentra en una lista negra, imposibilitado de trabajar por haber firmado diez años atrás un manifiesto de intelectuales en contra del régimen. Cuando Jerska se suicida, incapaz de seguir viviendo sabiendo que nunca volverá a trabajar, Dreyman escribe un artículo sobre las tasas de suicidio en la RDA con una tesis subversiva: mientras que la RDA publica estadísticas detalladas sobre casi cualquier materia, las relativas a los suicidios llevan varios años sin publicarse, probablemente porque son embarazosamente altas. Dreyman contacta con otro amigo y disidente, Paul Hauser, a fin de publicar el artículo en Occidente. Gracias a los contactos de Hauser con Gregor Hessenstein, un redactor de Der Spiegel, en la RFA, Dreyman consigue publicar el artículo. No obstante, a fin de evitar cualquier posibilidad de rastreo si la Stasi interceptara el artículo en la frontera, Hessenstein le proporciona una máquina de escribir limpia, que no pudiese ser relacionada (por el tipo de letra y marcas en los tipos) con la máquina de escribir habitual de Dreyman. Al ser extremadamente pequeña, Hessenstein sólo pudo conseguir un rollo de cinta de color rojo. Dreyman guarda la máquina bajo el pavimento en el umbral de una puerta.
Antes de que Dreyman y sus amigos disidentes ideen el modo en el que hacer pasar el artículo a la RFA para ser publicado, hacen una prueba para saber si el apartamento de Dreyman está siendo vigilado: simulan que Hauser pasará a Berlín Oeste escondido en el interior de los asientos de un coche por un paso de control determinado. Si el coche fuese interceptado, sabrían que, efectivamente, están siendo espiados. Nada pasa y concluyen que no hay vigilancia sobre el apartamento. Sin embargo, la realidad es que Wiesler, que cada vez simpatiza más por Dreyman y Christa-Maria, tras un momento de duda, había decidido no informar a la policía de fronteras.
Paralelamente, se va desarrollando la trama relativa a Christa-Maria. La presión del Ministro es cada vez más fuerte, con la amenaza, explícita, de no volver a actuar si no le complacía. Si bien en un primer momento Christa-Maria cede, sin decirle nada a Dreyman, pero causándole una intensa sensación de asco y angustia, ésto no vuelve a suceder. Aunque una noche decide acudir a la cita con el Ministro, antes de hacerlo para en un bar, en donde también asqueado, se encontraba Wiesler. Sin identificarse como miembro de la Stasi y simulando ser un admirador, la anima a que mantenga sus principios. Finalmente, Christa-María vuelve a casa, dejando plantado al Ministro.
Sin embargo, esta no sería el último desvío de su misión por parte de Wiesler. Su empatía por el escritor y su novia sigue creciendo. Así, cuando Dreyman y sus amigos van discutiendo el contenido del artículo, Wiesler omite el tema en sus informes, y habla en cambio de una obra teatral para conmemorar el 40 aniversario de la RDA. Además, le sugiere a su superior, Grubitz, que relaje la vigilancia de modo que él pueda ser el único que se ocupe de la operación, sin necesitar un ayudante. Al no encontrar la máquina, Grubitz cancela la operación y, oliéndose alguna implicación de Wiesler en el asunto, le asegura que su carrera en la Stasi está acabada, augurándole veinte años abriendo cartas con vapor. Al montar en el coche, el periódico que hay en el asiento del conductor anuncia la elección de Gorbachov como nuevo secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética. Efectivamente, Wiesler en transferido al Departmento M, donde mecánicamente abre cartas con vapor durante todo el día. En una elipsis de cuatro años y siete meses, Wiesler está trabajando un día cuando uno de sus compañeros le anuncia que el muro ha caído. Wiesler se levanta y se va, gesto que es seguido por sus compañeros de sala.
En una nueva elipsis de dos años, una vez que se ha producido la reunificación alemana, Dreyman asiste a un nuevo montaje de la misma obra que estrenó poco antes de comenzar su vigilancia, con Christa-Maria como protagonista. Ahí, Dreyman se encuentra al antiguo ministro de la RDA y le pregunta por qué nunca fue vigilado. El ministro le dice que sí que lo fue, y que si no lo cree, mire dentro de los interruptores de su apartamento. Como no podía ser de otra forma, Dreyman encuentra los micrófonos y los cables, dándose cuenta de que, como otros cientos de miles de compatriotas, la Stasi le vigiló. Tratando en encontrar luz sobre los acontecimientos que llevaron a la muerte de Christa-Maria, Dreyman acude a los archivos de la Stasi, abiertos para que cualquier antiguo alemán oriental pudiese consultarlos informes sobre él, y descubre la verdad: mientras Wiesler oía a Dreyman y a sus amigos disidentes ejecutar actividades contra la dictadura (como la escritura del artículo sobre las estadísticas de suicidios), Wiesler no informó de ellas en sus notas; en su lugar, escribió falsamente que Dreyman estaba escribiendo una obra sobre Lenin con motivo del cuarenta aniversario de la RDA, lo cual, sin duda, hubiese sido aprovado por el régimen. En la última página del informe, Dreyman encuentra un borrón de tinta roja, la misma que la que Dreyman usó en la cinta de la máquina de escribir secreta. Dreyman advierte que los informes están firmados con el código "HGW XX/7" y averigua la identidad real de Wiesler y su dirección. Poco después, Dreyman le localiza y le sigue en un taxi, viendo como Wiesler se gana la vida: entregando propaganda de puerta en puerta. Baja del coche con intención de hablar con él, pero cambia de opinión y vuelve al coche, alejándose.
Dos años después, Dreyman escribe un libro titulado "Sonata para un Buen Hombre", el título de una sonata cuya partitura le regaló Jerska a Dreyman por su cumpleaños, poco antes de suicidarse. Por casualidad, Wiesler ve el libro en una librería y entra a hojearlo, encontrando que está dedicado a "HGW XX/7" (el código de Wiesler en la Stasi). Cuando Wiesler compra el libro y el vendedor le pregunta si debe envolverlo para regalo, Wiesler responde: "No. Es para mí."
[editar] Lugares de filmación
La filmación se llevó a cabo en 37 días, el 26 de octubre al 17 de diciembre de 2004. Casi todo el largometraje se filmó en Berlín. Hubertus Knaabe, director del memorial de la antigua prisión de la Stasi en Berlín, afirma que no se conoce de ningún caso de un oficial que haya protegido a quienes tenía que observar. Por ello, Knaabe no permitió que fuese utilizada la prisión original para la filmación. [1]