Masonería Regular
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En un sentido lato, se denomina Masonería Regular a la que se atiene a una serie de normas y reglas tradicionales. El concepto de regularidad tiene en Masonería la importancia que tendría en cualquier institución que quisiera garantizar un funcionamiento ordenado de sus estructuras. Sin embargo hay instituciones masónicas, algunas muy antiguas, que discrepan sobre cuales deben ser los criterios de regularidad. Como, además, muchas de ellas, aún manteniendo intactos varios principios fundamentales, han modificado tales criterios en un sentido u otro, el contenido del término está sometido a un debate abierto.
Efectivamente, el artículo 39 de las regulaciones generales de 1723 determina que "la Gran Asamblea Anual tiene poder y autoridad suficiente para hacer modificaciones o nuevas regulaciones en beneficio de la Fraternidad, siempre y cuando se respeten los antiguos Linderos". Sin embargo, los escritores Masónicos no han podido nunca ponerse de acuerdo en el número ni en el texto exacto de éstos "Linderos" (en inglés Landmarks).
[editar] Breve reseña histórica
Hay un acuerdo general sobre el hecho de que la moderna Masonería, o Francmasonería Especulativa, nace en 1717, cuando cuatro logias de Londres se unen para crear una institución de mayor rango, a la que denominan Gran Logia de Londres, un tipo de masonería nueva que, basada en el modelo organizativo de los antiguos masones operativos, ya no se dedica a la construcción de edificios sino a la elevación de un "Templo Ideal", basado en la sabiduría y la moral. Rápidamente empezaron a crearse nuevas logias de este nuevo tipo, tanto en Londres como en otros lugares de Inglaterra bajo la jurisdicción de la recién nacida obediencia, lo que hizo que sus miembros pasaran a denominarla Gran Logia de Inglaterra y, en 1723, se aprueba su carta magna. Este documento, elaborado por Anderson y Desaguliers, es conocido como las Constituciones de Anderson y hay acuerdo en considerarlo el documento base de la Francmasonería Especulativa. Con un talante marcadamente deísta, con claras influencias del pensamiento científico y de las ideas liberales de Locke, Newton, y el propio Desagulier, todos ellos vinculados a la Royal Society británica, su primer artículo establece que: "Si un masón comprende bien el Arte no será nunca un estúpido ateo", afirmando por otro lado que, "si bien antiguamente se les exigía seguir la religión del país en que se encontraban, hoy sólo les exige seguir la religión en la que todos los hombres están de acuerdo, es decir, ser honestos y probos". Pronto se empezaron a crear logias en otros países bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Inglaterra y obediencias que recibían la carta patente de la obediencia británica. La primera de estas nuevas instituciones fue la Gran Logia francesa, fundada en torno a 1728.
El importante crecimiento de la nueva masonería en torno a la Gran Logia de Inglaterra, suscitó un primer conflicto con la Logia de York de masones operativos (antiguos masones del oficio) quienes para contrarrestarla comenzarán a denominarse "Gran Logia de toda Inglaterra".
En 1751, un número de masones irlandeses ubicados en Londres y afiliados a algunas logias de la Gran Logia de Inglaterra, promueven la creación de una nueva Gran Logia que, en su criterio, mantiene mayor fidelidad a la tradición cristiana que había caracterizado a los antiguos masones operativos, en contraste con la "descristianización moderna", de la que ellos acusan a la primera Gran Logia. Esta Segunda Gran Logia acabará siendo informalmente conocida como la de los "antiguos" en relación a la primera Gran Logia que, paradójicamente, acabará siendo conocida como la de los "modernos".
En 1813 ambas instituciones se unieron formando la Gran Logia Unida de Inglaterra. La constitución de la nueva obediencia, atendiendo en parte a los valores propugnados por la Gran Logia de los "antiguos", introdujo en su constitución un matiz teísta al afirmar la necesidad de la creencia en Dios y en su voluntad, revelada a través de la Biblia o Volumen de la Ley Sagrada.
Tras su fundación en 1728 por miembros de la primera Gran Logia de Inglaterra, la primera Gran Logia francesa recorrió un camino evolutivo distinto. Durante gran parte del siglo XVIII la Masonería francesa se caracterizó por la creación de una gran variedad de nuevos ritos y grados, algunos de contenido marcadamente místico frente a otras evoluciones filosóficas humanistas. Estas evoluciones llegan al término de una crisis centrífuga que afecta la masonería francesa en los años 1760, marcada por la división de la primera obediencia en varios bloques rivales, por la abundancia de grados adicionales, la estructuración progresiva de nuevos ritos y la afirmación de corrientes más místicas, paralelamente a la corriente racionalista mayoritaria. En 1773, la reestructuración que dio lugar al nacimiento del Gran Oriente de Francia, que configurado como una federación de Ritos bajo la presidencia de un Gran Maestro que por primera vez sería electo, permitió reunir a la práctica totalidad de los masones franceses, con la quizá significativa excepción de una llamadad Gran Logia de Clermont que finalmente se uniría también a la nueva Obediencia. El Gran Oriente de Francia se convirtió en el garante de la regularidad francesa y el único corresponsal con la Gran Logia de Inglaterra
En la época imperial napoleónica la Masonería francesa evolucionó hacia posiciones marcadamente sociales y positivistas, lo que contribuyó a acentuar la hostilidad entre la Francmasonería y la Iglesia. Además es en esta época que el Gran Oriente de Francia, por una decisión del Convento de 1877 y a partir de una propuesta del pastor Desmons, en virtud del principio de libertad absoluta de la conciencia, eliminó la obligación de invocar al Gran Arquitecto del Universo en sus Logias. Este principio, presente desde el siglo XVIII en las iniciaciones y las instrucciones del Rito Francés, sin embargo aparece como invocación en la apertura y el cierre de los trabajos, así como en la declaración de principios, sólo con los rituales y las Constituciones adoptadas en 1849.
A partir de 1882 las mujeres comienzan a ser aceptadas, y en 1893 se crea la primera obediencia mixta internacional, que tomará el nombre de El Derecho Humano.
[editar] La situación actual
Como consecuencia de los hechos históricos esbozados, la Masonería actual está dividida en dos corrientes principales, una liderada por la Gran Logia Unida de Inglaterra y, la otra, por el Gran Oriente de Francia. Puede decirse que todos están de acuerdo en que la legitimidad de origen es esencial para que una obediencia sea considerada regular. Esta legitimidad de origen implica que cualquier nueva obediencia deba recibir el certificado o transmisión de regularidad de otra obediencia regular, considerándose a la antigua Gran Logia de Londres como la obediencia de la que emana en principio tal regularidad. Sin embargo, tanto el Gran Oriente de Francia como la Gran Logia Unida de Inglaterra, teniendo su origen ambas en esta fuente legítima, expresan de forma distinta los principios de la regularidad masónica.
La Gran Logia Unida de Inglaterra estableció en 1929 los siguientes criterios, vigentes en la actualidad, que deben cumplir las obediencias que deseen obtener su reconocimiento:
*La obediencia debe haber sido legalmente establecida por una Gran Logia regular o por tres o más logias bajo los auspicios de una Gran Logia regular.
- Ha de ser realmente independiente y tener autogobierno, con autoridad no discutida sobre los grados simbólicos de la Francmasonería (es decir, aprendiz, compañero y maestro) bajo su jurisdicción y no ha de estar sometida de ninguna otra manera ni compartir soberanía con ningún otro cuerpo masónico.
- Los francmasones bajo su jurisdicción han de ser hombres y ni ella ni sus logias han de tener contacto masónico con logias que admitan la membresía de mujeres.
- Los francmasones bajo su jurisdicción han de creer en un Ser Supremo.
- Todos los francmasones bajo su jurisdicción han de asumir sus compromisos sobre el volumen de la ley sagrada (la Biblia) o a la vista de él o del libro considerado sagrado por el que realiza el compromiso.
- Las tres "Grandes Luces" de la Francmasonería (es decir, el volumen de la ley sagrada, la escuadra y el compás) han de estar expuestas cuando la Gran Logia o sus logias subordinadas estén abiertas.
- La discusión sobre religión o política en sus logias ha de estar prohibida.
- Debe adherirse a los principios establecidos (los antiguos "landmarks" o "marcas de referencia") y las costumbres de la Francmasonería y debe insistir en que sean observados en sus logias.[cita requerida]
En aplicación de estos principios, la Gran Logia Unida de Inglaterra y las obediencias de su línea aplican el criterio de reconocer una sola obediencia en cada país o estado. A pesar de que hay algunas excepciones, esto implica que algunas obediencias que cumplen por completo el resto de los principios de regularidad de la Gran Logia Unida de Inglaterra, no tengan su reconocimiento por haber ya otra obediencia reconocida en el mismo país e interpretarse entonces que falla el principio de "autoridad no discutida" sobre el territorio de su jurisdicción.
Por su parte, el Gran Oriente de Francia, no acepta estos criterios por considerar que se contraponen al artículo primero de su Constitución que reza:
La Francmasonería institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad; trabaja por el mejoramiento material y moral, y el perfeccionamiento intelectual y social de la Humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respecto a los otros y a sí mismo, la libertad absoluta de conciencia. Considerando las concepciones metafísicas como del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, rechaza toda afirmación dogmática. Tiene por divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.[cita requerida]
El enfoque del Gran Oriente de Francia respecto a las relaciones masónicas es distinto, puesto que no ha considerado necesario establecer ninguna condición "a priori", a aquellas Obediencias a las que otorga su reconocimiento, basándose sólo en su regularidad de origen, y en la autoridad de sus Grandes Asambleas anuales, reconocida por el artículo 39 de las Constituciones de 1723, para establecer sus propias regulaciones. Se basa, por tanto, más en la coincidencia de principios y objetivos que en la adecuación a un marco preestablecido para establecer sus relaciones.
El asunto de la regularidad, no obstante, no queda cerrado con lo que se ha expuesto hasta aquí. En primer lugar, a veces se confunden regularidad y reconocimiento. No existe en el mundo una cúpula directiva de la Masonería, siendo todas las obediencias libres de establecer relaciones de mutuo reconocimiento con cualesquiera otras. Tanto la Gran Logia Unida de Inglaterra como el Gran Oriente de Francia lo único que hacen es establecer los criterios en que se basan para reconocer a otras obediencias y establecer relaciones con ellas. De ningún modo obligan a las demás, por más que la universalidad y el establecimiento de relaciones y acuerdos internacionales sea un apreciado valor de la Masonería. No faltan, por otra parte, masones de la opinión de que la Masonería es un sentimiento y que no es necesario el reconocimiento de ninguna de las grandes corrientes para ser regular.