Navarco
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El navarco o navarca (en griego ναύαρχος / nauarkhos, de ναῦς / naus, « el barco » y ἀρχή / arkhê, « el mando »), literalmente el « capitán del navío », es el título militar dado a los capitanes de naves de guerra en la Grecia Antigua. En Esparta, es una magistratura importante que se da al capitán de la flota. Aunque también hay navarcos en Atenas.
En Macedonia y en los reinos helenísticos, en tiempo de los Seléucidas como en tiempos de los Lágidas el navarco es el almirante de la flota. Así Alejandro Magno es navarco de la flota macedonia en el asedio de Tiro.
En Roma, el navarco es el capitán de un escuadrón de la flota.
Sin relación con estas funciones militares, el navarco es el responsable de una liturgia específica en Eretria y en otras ciudades, en el ámbito de las fiestas de la navegación en honor de Isis y de otras divinidades egipcias.
[editar] Esparta
En Esparta, la magistratura del navarco fue instituida para paliar el problema del mando: según la Gran Retra, los reyes quienes mandan las tropas, pero no bastan para el trabajo. Ciertas expediciones podían estar comandadas por jefes que no eran reyes, pero se trata habitualmente de pequeñas campañas, que movilizan pocos hombres.
A partir de 430 adC, durante la guerra del Peloponeso, la ciudad nombra sistemáticamente a los navarcos. Son elegidos probablemente por la Apella a propuesta de los éforos, pero no por los reyes mismos. La magistratura es anual, y no renovable: en 405 adC, Lisandro es enviado solamente como segundo capitán, el navarco titular era Araco. Al navarco se le agrega un secretario (ἐπιστολεύς / epistoleus), que es su segundo de a bordo, y un epíbata (ἐπιϐάτης / epibatês), tercer capitán.
Bajo control directo de los éforos pero no de los reyes, el navarco puede ser destituido en todo momento, contrariamente a los reyes. Esta situación creó a menudo tensiones entre reyes y navarcos, como entre Antálcidas y Agesilao II. Aristóteles, en la Política, apunta que la navarquía era « casi otra monarquía » (II, 9, 1271a 37-41).