Requiem (Fauré)
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Requiem en Re menor, Op. 48 por Gabriel Fauré, es una de las más populares misas de requiem. Está considerada, además, como una de las más hermosas y es interpretada habitualmente por un coro y una orquesta. Fue escrita entre 1886 y 1888, y fue interpretada por primera vez en la Iglesia de la Madeleine a comienzos de 1888 en unos servicios fúnebres y en mayo ya como concierto. La pieza consta de siete partes, su duración suele sobrepasar ligeramente la media hora y el texto está en latín:
- I. Introit et Kyrie
- II. Offertoire
- III. Sanctus
- IV. Pie Jesu
- V. Agnus Dei et Lux Aeterna
- VI. Libera Me
- VII. In Paradisum
La obra es notablemente innovadora. Escribiéndola, Fauré ajustó el tradicional orden litúrgico, omitiendo la Sequence (que representa a "Dies irae" y a "Rex tremendae") y añadiendo "In Paradisum", que deriva del Order of Burial, antes que de la Misa de Difuntos. Desaparece, pues, el apocalíptico horror de la ira de Dios, y hay por el contrario una serena y definitiva visión confortable del cielo.
Hay tres arreglos; el primero es el original y el más corto, diseñado para coro, órgano, violines, timbales y arpa. En el segundo, diseñado en 1893, [Fauré] añadió un barítono el sexto movimiento, así como trompetas, cuernos y fagotes. En el tercer arreglo (que parece haber sido diseñada por uno de sus alumnos) se añaden más instrumentos de viento, metales y cuerdas, y es el más habitualmente interpretado.
Especialmente emotivos son el Introit and Kyrie, la poderosa aria del barítono del Offertoire: "Hostias et preces tibi", el Sanctus y el prístino solo de la soprano, "Pie Jesu". Para muchos amantes de la música, Fauré se identifica casi exclusivamente con esta obra, que se ha convertido para muchos en la quintaesencia del género romántico.
Fauré escribió sobre su requiem: "Se ha dicho que mi Requiem no expresa el miedo a la muerte y ha habido quien lo ha llamado un arrullo de la muerte. Pues bien, es que así es como veo yo la muerte: como una feliz liberación, una aspiración a un felicidad superior, antes que una penosa experiencia. La música de Gounod ha sido criticada por sus sobreinclinación hacia la ternura humana. Pero su naturaleza le predispone a sentirlo de esa manera: la emoción religiosa toma esta forma dentro de sí. ¿No es necesario aceptar la naturaleza del artista? En cuanto a mi Requiem, quizás también he querido yo escapar del pensamiento más habitual, ¡después de tantos años acompañando al órgano servicios fúnebres! Lo sé todo gracias al corazón. Yo quise escribir algo diferente."
Determinados disgustos personales pudieron influir en la composición, pues el inicio de su composición se produjo tras la muerte de su padre, y antes de terminarla su madre también murió. El Requiem puede ser visto así como una expresión de la tragedia personal de Fauré escrita tras la muerte de sus padres. No obstante, se suele indicar que Fauré dijo que su Requiem fue compuesto "por la alegría por ello", aunque pudiera no haber sido sincero al decirlo.
El Requiem es también reconocido como una fuente de inspiración para el Requiem de Maurice Duruflé.
La obra de Fauré fue interpretada en 1924 en su propio funeral.