Sinfonía

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Para otros usos de este término, véase Sinfonía (desambiguación).

Las características principales de la sinfonía clásica, tal y como existía al final del siglo XVIII en el mundo alemán eran:

4 movimientos, de los cuáles el primero usualmente era un movimiento rápido en forma de sonata, el segundo un movimiento lento, el tercero ya un minueto y trío o un movimiento ternario similar a una danza (scherzo) en métrica "triple sencilla", finalizando con un cuarto movimiento rápido en rondo y/o forma de sonata.
Instrumental, a ser tocado por una orquesta de tamaño relativamente moderado, como se acostumbraba en la época.

Después de que Beethoven comenzó a experimentar con la estructura del movimiento y con las características programáticas en su Sexta Sinfonía, y despues añadió cantantes al último movimiento de su Novena Sinfonía, las posibilidades para moldear el formato de la sinfonía parecieron ilimitadas a partir de la era romántica, por ejemplo:

Más variación en la estructura del moviemiento: Más movimientos y/o estructura de movimiento de varias capas (Berlioz, Roméo et Juliette; Mahler, Sinfonías Segunda y Octava); la Turangalila-Synphonie de Olivier Messiaen. Estructura de movimiento sencillo y/o movomientos sucesivos sin interrupción (Arnold Schoenberg, Sinfonía de Cámara No. 1; Sibelius, Séptima Sinfonía; Richard Strauss, Eine Alpensinfonie; Carl Nielsen; Cuarta Sinfonía)
Híbridos con otras formas: con el concierto en Harold en Italia, de Berlioz y la Sinfonía en Cello de Benjamin Britten; con la suite opera en las Sinfonías No. 3 y 4 de Sergei Prokofiev (de sus óperas El Angel de Fuego y El Hijo Pródigo, respectivamente)
Más variación en la instrumentación: Orquestas románticas completas pequeñas (Berlioz, Mahler, Bruckner); Solo y/o canto coral extendido a varios o todos los movimeintos de una sinfonía (Mendelssohn, Segunda Sinfonía; Berlioz, Roméo et Julliette; Benjamin Britten, Sinfonía de Primavera; Igor Stravinsky, Sinfonía de los Psalmos; Shostakovich, Sinfonía 14; Mahler, Sinfonía No. 8)
Instrumentos inusuales o nuevos (martillo en la Sinfonía Sexta de Mahler y cencerros, guitarra y mandolina en su Séptima; oboe bajo, clarinete bajo, clarinete contrabajo, klopotec, máquina de trueno, y cadenas pequeñas en la Sinfonía Gótica de Havergal Brian; Ondas Martenot en la Turangalîla-Symphonie de Oliver Messiaen)
Sinfonías hechas no para una orquesta de sinfonías (sinfonías para ser tocadas en un órgano sencillo por Charles-Marie Widor y Louis Vierne y también la Sinfonía para Piano Solo de Charles-Valentin Alkan; la Sinfonía para Voces de Malcom Williamson; la Sinfonía de Percusión de Charles Wuorinen)
Extensión de la capa programática: aún despues de que el poema de tono se habia separado del género de la sinfonía como tal, se publicaban sinfonías con programas extendidos, explícitamente (como en Roméo et Juliette de Berlioz, basada en Shakespeare, así como en su Symphonie Fantastique) con referencia a elementos literarios, poéticos y del folklore (como en la Sinfonía de Fausto, de Liszt, la Sinfonía No. 13 de Shostakovich ("Babi Yar"), Las Sinfonías No. 6 ("Gettysburg") y No. 8 ("San Francisco") de Roy Harris), o la Sinfonía No. 8 de Hans Werner Henze (basado en Sueño de una Noche de Verano, de Shakespeare); o más implícitamente, como una sucesión de sentimientos (como en la Sexta Sinfonía de Tchaikovsky o Los Cuatro Temperamentos de Carl Nielsen)