Sociedad vikinga
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Los vikingos, un pueblo marinero escandinavo que irrumpió en la escena histórica muchos siglos antes de nuestra era, han sido objeto durante muchos años de las más fabulosas leyendas. Sin embargo, tenían una personalidad real que ya ha sido estudiada y se refleja en su ordenada sociedad.
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[editar] Cultura
Pertenecían étnicamente a la familia de los germanos y su lengua y cultura eran germánicas (como las de todos los pueblos escandinavos). Esta comunidad lingüística y cultural de toda el área escandinava ha de tenerse en cuenta a la hora de profundizar en el conocimiento del espíritu que llevaban estos pueblos.
[editar] El Mar
Su contacto casi exclusivo con el mar creó también un sentido de solidaridad entre los países escandinavos. En ese entonces no había una separación definida de estados (como en la actualidad), razón por la cual es absolutamente válido hablar de Escandinavia como un elemento unitario cuando se trata de la Era Vikinga.
Para surcar estos mares usaban dos tipos de barcos drakkars (dragones en nórdico) y knarr. Los knarres eran barcos veleros de casco corto y amplio, lento pero de gran capacidad. El desarrollo de los drakkares, barcos largos y estrechos de fácil navegación y muy útiles para desembarco y transporte de tropas, sin igual en la Europa Medieval, fue uno de los motivos que impulsó su rápida expansión.
Las diferencias en sus costumbres y en las rutas marítimas elegidas se deben sobre todo a su posición geográfica y a sus peculiares características físicas. Es muy explicable que los noruegos eligieran como área de operaciones la zona norte del Atlántico, los suecos el mar Báltico y la parte de Oriente accesible por los ríos rusos, y los daneses el Sudeste, a lo largo de las costas de Francia, España y el Mediterráneo.
Pero estas áreas de influencia no fueron exclusivas de nadie, puesto que ninguno de los tres pueblos ejerció monopolio alguno sobre las mencionadas rutas. Por lo demás, es evidente que el pueblo que habitaba las costas, rocosas y recortadas del oeste de Noruega, había de tener un sistema de vida diferente del que tenían los habitantes de los campos llanos y acogedores de Dinamarca, bordeada de abrigados fiordos.
[editar] Las guerras
Durante la Era Vikinga, Escandinavia fue escenario de numerosas guerras. Sin embargo, éstas tenían un carácter más de rencillas entre los magnates locales por dominar a sus rivales que de verdaderas luchas entre naciones.
[editar] Origen de la realeza nacional
Al menos en la primera mitad de la Era Vikinga no se puede hablar de verdaderos reyes locales, pues era muy fácil y frecuente atribuirse ese nombre. Las realezas nacionales no aparecieron hasta el final del período vikingo, es decir, unos 1000 años adC.
[editar] Estructura social
[editar] La clase media
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El núcleo de la sociedad estaba formado por campesinos y artesanos, los que constituían una clase media muy generalizada. Eran hombres libres y tenían señalados derechos, tales como:
- Uso de las armas.
- Privilegio de integrar la asamblea local (en su condición de propietarios de tierras).
En realidad, no había entre esta clase media ninguna diferencia, pero, por ejemplo, la importancia y poder de mando de quien poseía cien acres de tierra era superior al que sólo poseía diez.
[editar] Los dirigentes guerreros y el rey
Por encima de esta clase estaban los dirigentes guerreros del pueblo (y por encima de todos el rey). Los miembros de esta clase superior, elegidos por el pueblo, eran los que dirigían las grandes campañas de conquista. Si los jefes no lograban éxitos guerreros, eran destituidos por el pueblo, que inmediatamente se ponía al servicio de otro jefe en quien tuviera mayores esperanzas. Lo mismo cabe afirmar de los reyes, quienes no gozaban de plena legitimidad hasta que la asamblea de los hombres libres les había jurado fidelidad. Este juramento de fidelidad era igualmente necesario para que, a la muerte del rey, empezara a reinar su hijo, quien en principio era heredero del trono.
[editar] Vida diaria campesinal
La vida diaria de los campesinos está abundantemente descrita en algunas sagas, narraciones poéticas en prosa sobre los pueblos nórdicos, y no parece diferenciarse mucho de la vida que hacía el resto de los campesinos escandinavos. El elemento natural de la vida campesina era la granja. Éstas estaban organizadas en una estricta economía cerrada, de manera que cada una producía por sus habitantes todo lo necesario para la vida.
[editar] Los artesanos
Sólo en raras ocasiones eran llamados a la granja profesionales que realizaran trabajos especializados. Estos operarios dieron origen a una nueva clase social, los artesanos, aunque de poca importancia, pues la mayoría de ellos contemporizaba el ejercicio de su oficio con el cultivo de los campos (común a todos los campesinos).
[editar] Los forjadores
Entre este conjunto de artesanos destacó pronto el de los forjadores, grupo cerrado de gran especialización, reputado como profundo conocedor de su oficio.
[editar] Los comerciantes
Los bienes de consumo que no provenían de la producción local, sobre todo los artículos de lujo, habían de ser adquiridos a los comerciantes, quienes constituían otra clase social (aunque no en pocas ocasiones eran también propietarios de tierras).
[editar] Los siervos
La mayor diferencia entre la sociedad de los vikingos y las otras sociedades escandinavas radicaba en que tenía una clase social que no existía en éstas: la clase más baja, los siervos. Éstos tenían asignados los trabajos más duros, que no requerían ninguna especialización, sino sólo la fuerza física. Desde su nacimiento, los siervos pertenecían a sus dueños. No tenían ningún tipo de derecho legal y les estaba enteramente prohibido el uso de las armas.
Si una mujer libre tenía un hijo de un siervo, quedaba degradada de su clase social y descendía al nivel del padre de la criatura. En cambio, la sierva que tenía un hijo de su dueño, aunque no ascendía en la categoría social, ganaba merecimientos, pues había incrementado el poder personal del dueño con un nuevo servidor. Por lo demás, la condición de la mujer era en todo igual a la del hombre.
[editar] El ama de casa y el papel de la mujer
Es interesante saber que el distintivo de la mujer libre, ama de casa, era un manojo de llaves que llevaba colgado del cinturón. Ella era la jefa en el interior de la casa y a menudo se hacía cargo de la marcha de la granja cuando su marido y sus hijos estaban ausentes por motivos guerreros o comerciales. Todo esto se ha sabido gracias a numerosos hallazgos arqueológicos que han venido a confirmar las leyendas de la época. Por ejemplo, las tumbas de las mujeres son en todo iguales a las de los hombres: el ajuar mortuorio de unas y otros es idéntico.
[editar] El matrimonio
Los matrimonios se hacían por acuerdos familiares. No obstante, algunas sagas narran el nacimiento de amores tumultuosos, consumados al margen de toda conveniencia social.
[editar] Los hijos
Los hijos eran el orgullo y la riqueza de la familia.
[editar] Abandono
Antiguas leyes escandinavas permitían el abandono de los niños recién nacidos, pero esto no era una práctica común. Solamente los niños que nacían con deformaciones físicas estaban condenados a sufrir esta suerte. De todas formas, el abandono de un niño era considerado un presagio de desgracias para los padres y constituía un crimen execrable si ya le habían dado un nombre y si el padre ya lo había reconocido mediante la ceremonia de ponerlo sobre sus rodillas. Cuando esta ceremonia había sido cumplida, el niño era considerado como un miembro de la familia y, por tanto, disponer de su vida era un crimen.
[editar] Normas sociales
En el Havamal, colección de máximas, leemos unos consejos que han de regular la vida de los escandinavos. Por su espontaneidad y buen sentido parecen dados por el hombre moderno:
- Lleva siempre los vestidos limpios y decentes.
- Evita la lujuria.
- Si tienes mucho trabajo que hacer, levántate temprano para que el nuevo día no te sorprenda perdiendo el tiempo.
- No des tu amistad a los enemigos de tus amigos.
- No digas mentiras, pero si alguien te engaña, puedes tú también engañarle.
- Si llegas como invitado a una casa y tienes algo interesante que decir, dilo con moderación. Si no tienes nada que decir, escucha con atención al que te ha invitado.
- No seas ambicioso.
- Bebe si te apetece, pero no te emborraches.
- Si recibes invitados en tu casa, ofréceles agua y toalla para lavarse, y siéntalos luego a tu lado a orilla del fuego.
- Sé honesto.
[editar] Véase también
[editar] Bibliografía
- Tomo I, "Los orígenes", de la Colección de Historia Universal Salvat.
[editar] Enlaces externos
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