Bárbara mártir
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Santa Bárbara es una virgen y mártir cristiana, cuya existencia real es muy dudosa. Es la patrona de los mineros y, en general, de todas las profesiones donde se manejan explosivos.
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[editar] Leyenda
[editar] Origen
Según la leyenda habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un sátrapa de nombre Dióscuro, que la encierra en una torre; según una leyenda, esto es para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, según otra para evitar el proselitismo cristiano.
[editar] Huida
En ausencia de su padre, Bárbara es convertida al catolicismo, y manda constuir tres ventanas en su torre simbolizando la Trinidad; su padre se entera del significado de estas ventanas, se enfada y quiere matarla, por lo que ella huye y se refugia en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.
[editar] Martirio
Su martirio es copia del de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes, quemada con hierros al fuego... Cada versión distinta cambia, añade o quita torturas. Finalmente, el mismo Dióscuro la habría decapitado en la cima de una montaña, por lo que un rayo le alcanza a él, muriendo.
También existe la versión de que su padre la habría enviado al juez, quien la mandó decapitar, versión que no incluye el rayo; por ello la primera versión es más explicativa de los patronatos que ejerce.
[editar] Simbología
Se la considera patrona de las tormentas por el episodio de la muerte de su padre. Desde el siglo XV es patrona de los artilleros, de los mineros, de los canteros y de otros oficios.
Su patronato fue introducido en España, al parecer, por Juan de Terramonda, natural de Lille, que vino a España como asentador de Felipe I el Hermoso.
Igualmente tiene un papel importante en la Santería, representada como Shangó (o Xangó), deidad de la fuerza.
[editar] Iconografía
La más antigua representación conocida data del siglo VIII (Santa María la Antigua, de Roma), aparece ya desde entonces asociada al pavo real (símbolo de resurrección e inmortalidad).
El tema de la torre en que fue encerrada también aparece en otras obras.
Los atributos iconográficos por los que se la reconoce son la corona de mártir, la custodia coronada por una hostia (por ser garante de buena muerte) y la torre con tres ventanas.