Lengua aglutinante
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Una lengua aglutinante es una lengua en la que las palabras se forman uniendo morfemas, esto es, las palabras están constituidas por masas de afijos. Este término fue creado por Wilhelm von Humboldt en 1836 para clasificar las lenguas teniendo en cuenta su morfología. La palabra procede del verbo latino agglutinare, que significa «pegar una cosa con otra».
Además, a diferencia de las lenguas fusionales, en una lengua aglutinante los afijos no se fusionan los unos con los otros, y su forma no varía dependiendo de los otros morfemas.
En resumen, se trata de un tipo de lengua en el que, a una raíz fija, normalmente monosilábica, pero no necesariamente, se aglutinan sufijos que modifican o precisan su sentido. El japonés, el coreano, las lenguas urálicas, el turco, el vasco, las lenguas dravídicas, el quechua, el aymara o el swahili son ejemplos de lenguas aglutinantes habladas actualmente. En el pasado, en gran parte de Irán y de Oriente próximo se hablaban lenguas aglutinantes, como era el caso del sumerio, el elamita, el urartiano o el hurriano.
Ejemplos :
- En finlandés, la forma taloissani "en mis casas" puede segmentarse de la siguiente forma: talo "casa" + i marca de plural + ssa marca del inesivo ("dentro de") + ni sufijo que indica al posesor de primera persona del singular ("mi, mis"); la forma uidessani "mientras que nado" se construye sobre uida "nadar" y ssa y ni como anteriormente.
- En turco, la construcción es muy similar: a partir de ev "casa" se forma: evler "las casas", evlerim "mis casas", y luego evlerimde "en mis casas".
- En japonés, samukunakattadeshôka "No hacía tanto frío, ¿no?" se descompone en: samui "frío" + kunai para el negativo + katta para el pasado + deshô un tipo de condicional que suaviza el ka, que es una marca del interrogativo.