Conflicto lingüístico valenciano
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El conflicto lingüístico valenciano, también llamado Guerra de la Lengua en sus periodos más críticos, parte del ocasionalmente encarnizado debate socio-político sobre la condición última del valenciano: En la etapa más importante del conflicto, la que se produce a finales del siglo XX, algunos valencianos defienden su condición de lengua diferenciada del catalán, mientras que otros valencianos y los catalanes insisten en que es un dialecto del tronco común del catalán. Según un reciente dictamen de la Academia Valenciana de la Lengua (organismo oficial encargado desde 2001 de elaborar la normativa ortográfica y gramática del valenciano) asumido por la Generalidad Valenciana, catalán y valenciano son una misma lengua. Este dictamen sugiere que los políticos catalanes y valencianos son los que han de ponerse de acuerdo sobre la denominación de esta lengua. De este modo debemos pensar que el problema fundamental es la denominación porque el otro hecho cierto en el que se apoya la controversia es el uso de la denominación valenciano en los territorios del antiguo Reino de Valencia como tradicional ya desde el siglo XV.
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[editar] Historia del conflicto
[editar] Primera discusión: valenciano o lemosín
Hacia el siglo XVIII se realizan las primeras compilaciones y vocabularios del valenciano, así el "Diccionario Castellano-Valenciano" de Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781), el "Diccionario Castellano-Valenciano" de Anselm Dempere (1727-1799), el "Breve Diccionario Valenciano-Castellano" de 1739, y el "Diccionario Valenciano-Castellano" de 1764, ambos de Carles Ros. También en este siglo se publicarían algunas obras menores como el "Ensayo, Diccionario del Lemosín y Valenciano antiguo y moderno al Castellano", de Manuel Joaquin Sanelo (1760-1827).
Esta labor se prolongará en XIX. En el año 1828 se publica "Ensayo de un Diccionario Valenciano-Castellano", de Lluís Lamarca i Morata, que se inspira en la ortografía del castellano. En 1867 Josep Escrig i Martínez publica su "Diccionario Valenciano-Castellano", también muy castellanizado, si bien en sucesivas ediciones, las aportaciones de Constantí Llombard lo modificaron sustancialmente, al que sigue el "Novísimo Diccionario General Valenciano-Castellano", de 1891, obra de Joaquim Martí Gadea, que sigue los pasos del de Escrig-Llombard. Todas estas aportaciones, en poco ayudarán a la normalización lingüística del valenciano.
El problema de la denominación y origen de la lengua surge por esta época cuando catedráticos e intelectuales, tanto catalanes como valencianos, constatando la unidad, sin embargo reconocen ciertas diferencias entre lo que se habla en el antiguo Reino de Valencia y Cataluña.
Algunos autores catalanes preferían que se le denominara catalán y algunos de los valencianos lengua lemosina (un dialecto de la lengua occitana, emparentado lejanamente con el catalán). Hasta esas fechas la forma general de denominar la lengua entre los valencianos era valenciano, y este debate solo trasciende entre el pequeño sector de intelectuales regionalistas de Valencia.
En el año 1915 Lluís Fullana i Mira publica una "Gramàtica elemental de la llengua valenciana", en el cual, como miembro de la Acadèmia de la Llengua Catalana, adoptó una posición convergente e intermedia de las normas ortográficas del Institut d'Estudis Catalans con soluciones ortográficas dialectales; este autor por ejemplo postulaba por una denominación común que no coincidiera con un gentilicio (catalán, valenciano, balear, etc...), y su propuesta era la denominación de llemosí.
Varios fueron los factores que llevó a algunos autores valencianos a echar por tierra esa teoría, entre ellas la poca filiación filológica con el limosín auténtico.
[editar] Segunda discusión: valenciano o catalán
Al carecer de instituciones propias, no hubo normativas oficiales hasta acabada la etapa del franquismo, pero anteriormente hubo distintas propuestas algunas con más apoyo que otras. Entre ellas las de Escrig-Llombard, adoptadas por Lo Rat Penat desde 1888. Desde 1913 las propuestas del Centro de Cultura Valenciana (posteriormente RACV) fueron también meridianamente populares. Desde 1932 hasta nuestros días adquirieron gran renombre por su potencial consensuador las Normas de Castellón, que se han venido utilizando mayormente con diversas adaptaciones.
Uno de los precursores del conflicto lingüístico podría ser el poeta valenciano Josep María Bayarri, quien en el año 1948 publica "Alfavetisasió dels valensians", donde propone una normativa secesionista basada en el dialecto apitxat valenciano.
Sin embargo no fue hasta la transición cuando cobró fuerza el debate sobre el nombre y la normativa ortográfica a utilizar para la lengua: valenciano o catalán. Las peleas entre partidos políticos, intelectuales y ciudadanos valencianos fueron continuas, siendo toscamente los bandos participantes los llamados blaveros y pancatalanistas.
Las primeras declaraciones blaveristas proceden de la UCD, hacia diciembre de 1977. En 1978, el escritor Vicent Andrés i Estellés, identificado como pancatalanista por sus oponentes es despedido como redactor jefe del diario Las Provincias y en junio del mismo año se publica en el mismo diario el artículo de Manuel Broseta La paella de "Els Països Catalans", primero de una serie de colaboraciones estructuradoras de las ideas anticatalanistas.
En 1978 la UCD integra como militantes, a destacados miembros del Grupo de Acción Valencianista, fundado el año anterior.
Por parte del blaverismo participará en el conflicto principalmente la Real Academia de Cultura Valenciana (fundada en 1915, denominada Centro de Cultura Valenciana hasta 1978 en el que cambia su nombre al de Academia de Cultura Valenciana, al que se añade posteriormente la categoría de "Real"), que aunque en sus orígenes abogaba por la unidad de lengua desde finales del franquismo proclama la diferenciación entre valenciano y catalán, y promueve una normativa seccesionista, las Normas del Puig. Esta entidad, fuertemente vinculada al Ayuntamiento de la ciudad, es no obstante una fundación de carácter privado. También el partído político Unió Valenciana participará activamente en el lado blavero así como numerosos grupos menores, como el Grupo de Acción Valencianista, del que parece surgir una pequeña rama más integrista llamada Colectiu Vinatea, al que se responsabiliza de la mayor parte de las acciones violentas vinculadas al blaverismo.
En 1978 se crea al objeto de dirigir los primeros esfuerzos por normalizar la lengua el Institut Universitari de Filología Valenciana como organismo científico de la Universitat de València; la iniciativa de creación partió del profesor Manuel Sanchis Guarner.
Durante estos primeros años, la tensión aumentó de manera paulatina, pero considerable desde actos simbólicos hasta atentados políticos. En octubre de 1979 se quemó la señera oficial del Consell Preautonómico (sin la franja azul coronada) en el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Por otro lado, Manuel Sanchis Guarner y Joan Fuster, ambos identificados como pancatalanistas por sus adversarios, sufrieron sendos atentados con bomba en 1978 y 1981, respectivamente.
Como consecuencia de la tensión social subsiguiente y aunque la filiación del valenciano a la lengua catalana no es por aquel entonces discutida en ningún ámbito académico, en la Ley 4/1983, del 23 de noviembre, de uso y enseñanza del valenciano, se declara que «el valenciano y el castellano son lenguas cooficiales en la Comunidad Valenciana».
Acordada la transformación del IUFV, que permanecía semiactivo, en el Institut Interuniversitari de Filología Valenciana [IIFV] (1987), se crea como tal por Orden de la Generalidad Valenciana del 22 de noviembre del año 1994, reactivando de esta manera brevemente las tensiones en el blaverismo, que por aquel entonces se encuentra en retroceso ante la particular debacle que sufre su partido político más representativo, Unió Valenciana.
Por estos años se produce una leve reactivación del conflicto, como ejemplifica la agresión a miembros del Consell Valencià de Cultura en la primavera de 1998, atribuida a miembros del Colectiu Vinatea.
En 2001 la Generalidad Valenciana aprobó una ley que permitía crear la Academia Valenciana de la Lengua (en adelante AVL), según el preámbulo de la Ley de creación de la cual (7/1998), del 16 de septiembre: «El valenciano, idioma histórico y propio de la Comunidad Valenciana, forma parte del sistema lingüístico que los correspondientes estatutos de autonomía de los territorios hispánicos de la antigua Corona de Aragón reconocen como lengua propia».
La teoría dialectal argumenta que el valenciano proviene principalmente de los habitantes del condado de Urgel que repoblaron las tierras valencianas en los tiempos de la Reconquista. Es la teoría aceptada por la AVL y el Instituto de Estudios Catalanes.
La segunda teoría, desestimada en el ámbito científico, dice que el valenciano proviene del mozárabe que se hablaba en Valencia, de ahí su diferenciación, actualmente sólo apoyada por la Real Academia de Cultura Valenciana.
Los actuales títulos universitarios de filología que se otorgan en las universidades de la Comunidad Valenciana para el valenciano reciben la denominación de «Filología Catalana» (otorgados por el IIFV).
La AVL intentó refrendar la unidad del catalán y el valenciano en su pleno del 23 de diciembre de 2004, pero el Consejero de Educación y Cultura de la Generalidad Valenciana amenazó con emprender acciones legales contra los académicos. Finalmente se llegó al consenso en febrero de 2005 con un nuevo dictamen que fue asumido por prácticamente todos los miembros de la AVL y por la Generalidad Valenciana.
Las últimas ediciones del DRAE, se refieren al valenciano como::
- 5. m. Variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia.
Durante buena parte del franquismo (Boletín de la Real Academia Española, Tomo XXXIX.-Cuaderno CLVIII, septiembre-diciembre 1959, pag. 494), según la RAE la definición de valenciano era:
- De Valencia. || Lengua hablada en la mayor parte del antiguo Reino de Valencia.
Lo que tampoco entra en contradicción con la definición de la AVL.
Por su parte, el diccionario del IEC dice del valenciano:
- m. Dialecto occidental del catalán hablado en el País Valenciano. | adj. Relativo o perteneciente a este dialecto. | m. En el País Valenciano, lengua catalana.
La ortografía adoptada por la AVL parte de las Normes de Castelló suscritas en 1932, también adoptadas por el Instituto de Estudios Catalanes. No obstante, a pesar de reconocer mutuamente la unidad lingüística, existe un pequeño matiz de diferencia entre ambas instituciones académicas: mientras que el IEC lo denomina lengua catalana, en la AVL se promueve la denominación de sistema lingüístico valenciano-catalán.
[editar] Enlaces externos
- Llengua Valenciana Si. Página web bilingüe (En valenciano y castellano) dedicada a promocionar las llamadas Normes del Puig. Las Normas del Puig son secesionistas en lo ortográfico y lo léxico con respecto al catalán y se basan en la consideración del valenciano como un idioma independiente.
- Climent-Ferrando, Vicent: "El origen y la evolución argumentativa del secesionismo lingüístico valenciano. Un análisis desde la transición hasta la actualidad." - en valenciano en inglés.