Meles meles
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Tejón europeo Estado de conservación: Riesgo bajo (lc)
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Clasificación científica | |||||||||||||||
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Nombre binomial | |||||||||||||||
Meles meles Linnaeus, 1758 |
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El tejón europeo o eurasiático (Meles meles) es un mustélido nativo del Viejo Mundo. Es un animal carnívoro de tamaño medio, que puede llegar a pesar unos 15 kg, con cabeza alargada y triangular, con el cuerpo también alargado de hasta 90 cm de longitud de la que solo 15 cm corresponden a la cola.
Las patas son muy cortas, aunque fuertes, con mayor desarrollo muscular en las anteriores. El hocico es prominente, móvil y musculoso, encontrándose particularmente adaptado a excavar y hozar, mientras que el cuello es corto y ancho.
El pelaje es largo y fuerte en el lomo con una característica mezcla de blanco y negro, siendo enteramente negro en el vientre y patas. La cabeza es blanca, con dos franjas negras laterales, paralelas, muy características de la especie, que abarcan los ojos, aunque no es raro ejemplos de albinismo. La piel es gruesa y muy resistente, y está cubierto de un pelo que sufre una caída anual. Precisamente el pelo del tejón tiene unas características muy especiales, en cuanto que su dureza (ni muy rígida, ni frágil) lo convierte en ideal para algunos usos tradicionales como pinceles artísticos, cepillos y particularmente brochas de afeitar, y en el Norte de China su piel se ha utilizado para hacer mantas.
- Longitud del cuerpo: Entre 65 y 80 cm
- Longitud de la cola: Unos 15 cm
- Alzada a la cruz: De 45 a 55 cm
- Peso: De 10 a 16 kg (habitualmente unos 15 kg).
- Estatus de la especie: No se encuentra en peligro, ni amenazada. Aun cuando en el Convenio de Berna (ratificado el 13 de mayo de 1986) se incluye dentro del Anejo.
El olfato y el oído lo tienen muy desarrollado, mientras que la vista la tienen más limitada, aunque por sus normales hábitos de vida (pasa la mayor parte del día en tejoneras, de modo que solo sale habitualmente de noche), está adaptado a la visión nocturna y a la oscuridad.
El tejón es un animal principalmente de hábitos nocturnos, pudiendo comenzar sus salidas al crepúsculo, siendo muy raro observarlo a plena luz del día. Puede trepar, aunque no está bien adaptado para ello, y nada bien. También puede correr con cierta rapidez. En caso de peligro o verse acorralado emite aullidos (Reinochholf, 1995). Es muy juguetón con sus congéneres, tanto de jóvenes como de adultos y participa en el aseo corporal de los compañeros de especie.
El tejón es una especie que habita nuestro planeta desde la antigüedad, estimándose por los palenteólogos, que ya tenía las características actuales hace 4 millones de años (E. Neal y C. Cheeseman, 1991), considerándose que su dentición ha sido lo que más ha evolucionado.
Así mientras que en los albores de los tiempos exclusivamente estaba adaptado al consumo de carne fresca, posteriormente se adaptó al consumo tanto de carne como de vegetales, lombrices e insectos. Sus restos óseos han aparecido en diferentes yacimientos paleontológicos de Eurasia, así se ha encontrado en la Cueva de Gabasa en Huesca (M. F. Blasco, 1995), como también se han localizado restos fósiles en la depresión de Guadix-|Baza correspondientes al periodo holoceno (Ruiz Bustos, 1995).
Aunque no está unánimemente admitido por la comunidad científica, en la Península Ibérica se localiza la subespecie M. meles marianensis, descrita en el siglo XIX por el naturalista Mariano de la Paz Graells. Su distribución es exclusivamente ibérica, alcanzando hasta los Pirineos, donde se mezcla con la nominal M. meles meles, que tiene un tamaño mayor y colores más oscuros en el pelaje del dorso y flancos.
Aunque afamados por su vívida ferocidad cuando confrontados al peligro, los tejones son muy sociables y suelen vivir en grupos de 2 a 12 individuos, con un promedio de 4 a 6 adultos, aun cuando se han llegado a citar grupos de hasta 23 individuos, que habitan en grutas subterráneas excavadas por ellos mismos, llamadas tejoneras (aunque también son conocidas como cados, huras y setts, en terminología inglesa. Estos sistemas de túneles pueden tener una longitud muy grande.
La excavación de un sett en Inglaterra, que es citado de forma habitual por la literatura científica, reveló que contaba con 879 metros de túneles, 50 compartimientos, y 178 entradas. Los investigadores estimaban que su construcción requirió extraer ¡70 toneladas de tierra y empleó varios siglos de trabajo! Ello evidenció que se trataba de una tejonera heredada por generaciones (E. Neal, 1977).
Las tejoneras o setts han sido muy estudiadas por los naturalistas desde la antigüedad, que se han sentido atraídos por estas catedrales subterráneas, asignándole una serie de denominaciones a las diferentes partes del habitáculo. Así se denominan:
- Cámara principal: e aposento de alojamiento y cría de la especie. En algunas tejoneras puede haber varias. Puede tener hasta 3 ó 4 metros de altura y suele aparecer acolchada con restos vegetales.
- Conductos principales: los utilizados habitualmente para acceder a la cámara principal.
- Conductos de ventilación: los que sirven para llevar aire puro verticalmente al interior de la guarida. También penetra la luz a través de ellos por su construcción vertical, siendo esta última una importante función de la luminosidad de la guarida y regulación de la actividad del animal, a la que no se ha prestado mucha atención en los estudios de setts.
- Conductos de escape: vías accidentalmente utilizadas para salir de la tejonera en caso de peligro o inundación.
- Letrina o retrete: cámara secundaria que se habilita junto a la cámara principal para defecar.
- Litera o cuna: cámara secundaria en la que se agrupan los ejemplares jóvenes, para continuar recibiendo los cuidados maternos.
La sociabilidad del tejón ha sido también muy estudiada y algunos análisis genéticos han demostrado las relaciones de los miembros de la tejonera.
Seguimientos con radiotransmisores han puesto igualmente de manifiesto que las hembras se quedan con más frecuencia que los machos en la tejonera en que han nacido. Al frente de la tejonera suele haber un varón dominante, una hembra dominante, y sus descendientes subordinados (Hainard, 2001). El par dominante es generalmente los únicos individuos que producen con éxito crías, aunque todas las hembras se acoplen con el varón dominante. Las hembras subordinadas aun cuando pueden quedar embarazadas no suelen completar la cría de los nacidos.
Los clanes de tejones son territoriales, defendiendo, especialmente los varones, agresivamente sus territorios contra la presencia de tejones extraños, pudiendo infligirse graves heridas, mientras que es inusual la lucha dentro del grupo social (Cresswell, 1990).
Un área de 50 a 150 hectáreas, es el territorio habitual en el que se localiza una tejonera, la que además cuenta con varias áreas de campeo, que pueden solaparse con la de otros ejemplares. Territorialmente marcan su territorio con heces que a diferencia de las colocadas en letrinas, en las proximidades de la tejonera, suelen colocar en piedras o arbustos en los que igualmente imprimen las secreciones odoríferas de las glándulas supracaudales.
En España los tejones no hibernan, o mejor dicho, la hibernación como tal no existe y lo único que se ha observado es que puede existir un estado de mínima actividad, en los largos inviernos de zonas situadas en el extremo norte de su área de distribución, cayendo considerablemente el peso del ejemplar en esta época.
[editar] El tejón en las culturas
En algunas naciones nativas o tribus indígenas de norteamérica, las cualidades del tejón han sido reconocidas como virtuosas. Ha llegando a ser incluido en la mitología o creencias, como en el totemismo pues se le denomina como un ser bendecido por la noche y el día, ésto reflejado en su característico físico bicolor.
[editar] Enlaces externos
- SierraDeBaza.org (amplia información de la especie ibérica; imágenes y consejos para detectar la presencia del animal en la naturaleza).