Monarquía británica
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Monarquía Británica es una monarquía compartida. El artículo describe a la monarquía desde la perspectiva del Reino Unido. En otros países de la Monarquía en la Mancomunidad Británica de Naciones, el papel constitucional de la monarquía es similar pero el significado histórico y cultural puede diferir. Para información sobre la Monarquía en los otros reinos, véase otros reinos en la parte inferior del artículo.
El Monarca Británico o Soberano es el Jefe de Estado del Reino Unido y de los territorios de ultramar. Las raíces del actual monarca se encuentran en el periodo Anglosajón, aunque la rama principal proviene de los reyes de Escocia. Durante el siglo IX, Wessex dominó sobre los demás reinos de Inglaterra, debido en gran medida a la extinción de las líneas sucesorias de los demás reinos durante la primera Era Vikinga, y durante el siglo X se consolidó como un único reino. El Reino de Inglaterra y el de Escocia se unieron bajo un mismo soberano cuando Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra accedió al trono de Inglaterra. Los reinos se unieron de iure con el Acta de Unión (1707), formando el Reino de Gran Bretaña.
Los poderes del monarca, conocidos como prerrogativas reales, siguen siendo muy amplios. La mayoría de poderes no los ejerce el monarca personalmente, lo hace a través de ministros que actúan siguiendo su mandato: por ejemplo, el poder para regular el servicio civil y el poder para emitir pasaportes. Algunos poderes importantes los ejerce el monarca de forma personal, siguiendo las directrices del Primer Ministro y del Consejo de Ministros, siempre bajo las competencias constitucionales que tiene atribuidas. Un ejemplo de ello es el poder del monarca para disolver el Parlamento.[1]
