Religión en España
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
En el Artículo 16 de la Constitución española, se dice que:
- Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
- Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
- Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
El estado, en la práctica, subvenciona en parte (cerca de un 40%) a la iglesia católica, por una serie de razones: por ser mayoritaria, como forma de conservar el patrimonio histórico (catedrales, basílicas...), etc.
La mayor parte de la población en España (un 80,4%) se declara católica aunque el porcentaje de practicantes es muy inferior. Existen también minorías protestantes e islámicas, de acuerdo a las inmigraciones, constituyendo en total un 2,3% los creyentes en alguna religión distinta de la católica; también se han conservado las creencias y costumbres propias de los gitanos que viven en España. Existe una importante minoría de personas (17,4%) que no reconocen ninguna religión (autodefiniéndose como ateos o no creyentes) [1].
Sin embargo, la población española es actualmente poco practicante en su conjunto: siguiendo la misma encuesta, el 49,0% dice no ir a misa o a otros oficios religiosos nunca o casi nunca y el 18,1% dice ir varias veces al año, mientras que sólo el 18,1% dice acudir a oficios religiosos casi todos los domingos y días festivos, con un 3,0% yendo varias veces por semana.