Pueblos indígenas de México
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
En el segundo artículo de su constitución política, México se difine a sí mismo como una nación pluricultural, en reconocimiento a los diversos pueblos indígenas que habitan en su territorio. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el país posee una población indígena que corresponde aproximadamente al 6% de la población. Otras estimaciones, por ejemplo, de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) consideran que la población indígena mexicana es de unos doce millones de personas, que corresponden aproximadamente al 13,1% de los 90 millones de mexicanos que se registraron en el I Conteo de Población (1995)[1]. Por su parte, la Agencia Estadounidense de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) estima que los amerindios corresponden al 30% de la población[2], aunque sin aclarar cual es la metodología que condujo a tal conclusión.
En contraste con otros países de América Latina, donde los pueblos indígenas corresponden en su mayoría a un solo grupo lingüístico, cuyo idioma ha sido elevado a la categoría de co-oficial en compañía del español, en México existen alrededor de 62 pueblos indios que hablan entre sesenta y dos y más de una centena de lenguas diferentes (ésto dependiento de la fuente consultada). Como parte de las leyes reglamentarias del artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las lenguas de estos pueblos son reconocidas como lenguas nacionales, en la misma categoría que el español.
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[editar] Origen del término indio
Nunca está de más recordar que Cristóbal Colón llegó a América un 12 de octubre de 1492. Habiendo desembarcado en la isla de Guanahaní, en el archipiélago de las Bahamas, creía haber llegado a alguna isla cercana a la India. El almirante llamó indios a los pobladores de la isla, aunque en realidad se trataba de taínos[3], y para ser más específicos, se trataba de lucayos[4]. Lo que no imaginaba Colón es que al bautizar a los habitantes de Guanahaní con ese nombre —y luego hacerlo general para todos los habitantes de las islas y tierra firme que fue pisando en sus viajes— también estaba bautizando a innumerables pueblos de los cuales probablemente nunca tuvo noticia. Entre estos pueblos desconocidos, están los mesoamericanos, oasisamericanos y aridoamericanos —y los descendientes de todos ellos—, pobladores del territorio que en la actualidad conocemos como México.
[editar] Representación de lo indígena
El término indio y sus derivados, como indígena, se emplean comunmente para designar a los individuos pertenecientes a los llamados pueblos originarios de América. El hecho de que también sea empleado a modo de insulto entre y por los grupos centrales de las sociedades latinoamericanas es revelador de su carácter como designación de un conjunto de personas que se ubican en la periferia de la estructura social. Llamar a una persona indio es equivalente, en ciertos contextos comunicativos, a calificar a una persona como pobre, ignorante, gente sin razón. El significado social del término tiene una dimensión histórica que comienza precisamente en el tiempo del descubrimiento de América por parte de los europeos.
La llegada y establecimiento de colonias españolas en las Antillas tuvo consecuencias muy graves para los indígenas de aquella región americana. De hecho, prácticamente fueron desaparecidos al paso de unas pocas décadas, forzados a trabajar en las encomiendas o asimilados cultural y racialmente a los recién llegados. Pero tras el descubrimiento de nuevas tierras más allá del Mar Caribe, hubo un replanteamiento de la posición que deberían tomar los españoles ante las sociedades más complejas que ocupaban el territorio continental. De entre los muchos pasajes que dejaron los cronistas españoles de la conquista de México, algunos de ellos revelan cierta sorpresa ante las ciudades de los mesoamericanos, establecimientos que poco tenían que ver con los que encontraron en las islas del Caribe. Bernal Díaz del Castillo describía en los siguientes un día de tianguis en Tlatelolco, según recordaba el día que los españoles subieron por primera vez al Templo Mayor.
Y después de bien mirado y considerado todo lo que habíamos visto, tornamos a ver la gran plaza y la multitud de la gente que en ella había, unos comprando, otros vendiendo, y el rumor y zumbido de voces y palabras que allí había sonaba más que de una legua, y entre nosotros hubos soldados que habían estado en muchas partes del mundo, y en Constantinopla, y en toda Italia y Roma, y dijeron que plaza tan bien acompasada y con tanto concierto y tamaña y llena de gente no la habían visto[5]
Pocos años depués de la Conquista, tuvo lugar un duro debate entre múltiples posiciones que pretendían un acercamiento a los habitantes de las tierras sometidas. En los polos más radicales se encontraban quienes proponían que la dominación española en América era un acto de injusticia, y que sus consecuencias para los naturales eran nefastas. Una de las plumas más típicas de esta posición es la de Bartolomé de las Casas, fraile dominico que escribió varios textos acerca de los destrozos que causaban los recién llegados en América. Por ejemplo, a propósito de la conquista de la Nueva España, Las Casas decía que durante los doce años que iban de la llegada de los europeos al suelo americano, iban cometiendo tantos hechos espantables que no podría bastar lengua ni noticia e industria humana para describirlos.
Así que, desde la entrada de la Nueva España, que fué a dieciocho de abril del dicho año de dieciocho, hasta el año de treinta, que fueron doce años enteros, duraron las matanzas y estragos que las sangrientas e crueles manos y espadas de los españoles hicieron continuamente en cuatrocientas e cincuenta leguas en torno cuasi de la ciudad de Méjico e a su alrededor, donde cabían cuatro y cinco grandes reinos, tan grandes e harto más felices que España[6].
[editar] Pueblos
Pueblos indígenas de México | ||||
Grupo | Nombre nativo | Población étnica[7] | Territorio étnico | |
---|---|---|---|---|
Nahua | Náhuatl | 2.445.969 | Centro de México | |
Maya | Maya | 1.475.575 | Península de Yucatán | |
Zapoteco | Binizaa | 777,253 | Valles, Sierra e Istmo | |
Mixteco | Ñuu sávi | 726.601 | Región Mixteca | |
Otomí | Hñähñü | 646.875 | Centro de México | |
Totonaca | Tachihuiin | 411.266 | Sierra Madre Oriental | |
Tzotzil | Batsil winik | 406.962 | Chiapas | |
Tzeltal | Winik atel | 384.074 | Chiapas | |
Mazahua | Jñatio | 326.660 | Valle de Toluca | |
Mazateco | Ha shuta enima | 305.836 | Región de Tuxtepec (Oaxaca) | |
Huasteco | Téenek | 226.447 | Región Huasteca | |
Chol | Winik | 220.978 | Chiapas | |
Purépecha | P'urhépechas | 202.884 | Meseta Tarasca | |
Chinanteco | Tsa jujmí | 201.201 | Región de Tuxtepec | |
Mixe | Ayüük | 168.935 | Sierra de Juárez | |
Tlapaneco | Me'phaa | 140.254 | Montaña Guerrerense | |
Tarahumara | Rarámuri | 121.835 | Sierra Tarahumara | |
Mayo | Yoreme | 91.261 | Valle del río Mayo | |
Zoque | O'de püt | 86.589 | Istmo de Tehuantepec | |
Chontal de Tabasco | Yokot | 79.438 | Chontalpa (Tabasco) | |
Popoluca | Tuncápxe | 62.306 | Istmo de Tehuantepec | |
Chatino | Cha'cña | 60.003 | Costa de Oaxaca | |
Amuzgo | Tzañcue | 57.666 | Montaña Guerrerense | |
Tojolabal | Tojolwinik | 54.505 | Chiapas | |
Huichol | Wixárika | 43.929 | ||
Tepehuano | O'dami | 37.548 | ||
Triqui | Tinujéi | 29.018 | ||
Popoloca | 26.249 | |||
Cora | Nayeeri | 24.390 | ||
Mame | Qyool | 23.812 | ||
Yaqui | Yoémem | 23.411 | ||
Cuicateco | Nduudu yu | 22.984 | ||
Huave | Ikööds | 20.528 | ||
Tepehua | Hamasipini | 16.051 | ||
Kanjobal | K'anjobal | 12.974 | ||
Chontal de Oaxaca | Slijuala sihanuk | 12.663 | ||
Pame | Xigüe | 12.572 | ||
Chichimeca jonaz | Ézar | 3.169 | ||
Matlatzinca | Botuná | 3.005 | ||
Guarijío | Makurawe | 2.844 | ||
Chuj | Chuj | 2.719 | ||
Chocho | Runixa ngiigua | 2.592 | ||
Tacuate | 2.379 | |||
Ocuilteco | Pijejak | 1.759 | ||
Pima | Tohono o'odham | 1.540 | ||
Jacalteco | Abxubal | 1.478 | ||
Kekchí | K'ekchí | 987 | ||
Lacandón | Hach t'an | 896 | ||
Ixcateco | 816 | |||
Seri | Concaac | 716 | ||
Motocintleco | Qatok | 692 | ||
Quiché | Q'iché | 524 | ||
Kakchiquel | K'akchikel | 675 | ||
Paipai | Akwa'ala | 418 | ||
Pápago | Tohono o'odam | 363 | ||
Cucapá | Es péi | 344 | ||
Kumiai | Ti'pai | 328 | ||
Kikapú | Kikapooa | 251 | ||
Cochimí | Laymón, mti'pá | 226 | ||
Ixil | Ixil | 224 | ||
Kiliwa | Ko'lew | 107 | ||
Aguacateco | 59 | |||
Otros pueblos1 | 728 | |||
No especificado | 202.597 | |||
1 Incluye ópata, solteco y papabuco |
[editar] Civilizaciones Precolombinas
[editar] Artículos relacionados
[editar] Libros célebres sobre los indios actuales
- La Familia Otomí-Pame del México Central, Jacques Soustelle.
- Las Enseñanzas de Don Juan, Carlos Castañeda
- Los Indios de México, Fernando Benítez
- Viaje al País de los Tarahumaras, Antonin Artaud
[editar] Notas
[editar] Fuentes
- Agencia Central de Inteligencia (CIA, 2007): "México", en The World Factbook, consultado el 9 de marzo de 2007.
- Díaz del Castillo, Bernal (1998): Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Porrúa, México.
- Instituto Nacional Indigenista (INI: 1998): "Lenguas indígenas de México", en el sitio en internet de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), consultado el 9 de marzo de 2007.
- De las Casas, Bartolomé (2007) [1552]: Brevísima relación de la destrucción de las Indias, en el espacio en internet Ciudad Seva, consultado el 9 de marzo de 2007.