Primo Carnera
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Primo Carnera fue un boxeador italiano, campeón mundial de los pesos pesados.
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[editar] Primeros pasos
Nace en Sequals, cerca de Venecia en 1906. Ya desde su nacimiento pudo observarse que no iba a ser un personaje normal, ya que pesó al nacer nada menos que 8 kg. Abandonó pronto la escuela y adquirió el oficio de carpintero. En 1924, con 14 años, medía 2,01 m y pesaba más de 130 kg. En esa fecha emigra a Francia donde trabaja en un circo en el papel de forzudo, donde un veterano púgil llamado Paul Journée lo descubrió y le propuso que fuera boxeador. Una vez convencido, se lo presentó a Leon See, un promotor parisino, de cuya mano comenzó a boxear. Su estilo era tosco y carente de toda técnica, pero su demoledora pegada le hizo pronto ganar fama. Peleó en las principales capitales europeas.
[editar] Primera etapa en Estados Unidos
Con la fama adquirida en sus combates europeos, saltó el charco. Apenas llegado, la mafia que controlaba el boxeo en Estados Unidos en aquella época, vió en Carnera una mina de oro. Con una adecuada propaganda, celebró casi 30 combates en un solo año; todos ellos ante púgiles de segunda fila o sobornados para dejarse perder. Pronto comenzó a hablarse de tongos, pero la fama de Carnera iba a verse truncada por un boxeador llamado Jim Maloney. Maloney era un buen púgil que no pudo llegar alto por tener mandíbula frágil, pero su buen conocimiento del boxeo le bastó para infligir a Carnera una derrota humillante.
[editar] Vuelta a Europa
La derrota ante Maloney supuso un desengaño serio para el propio Carnera, a quien sus triunfos amañados habían hecho creer que era un gran púgil. Abatido, volvió a Europa, donde se dedicó a tomar clases de boxeo. En esa fase, boxeó en Barcelona con Paulino Uzcudun, a quien venció por puntos. En Europa no había muchos púgiles de clase, y se le quedó pequeña pronto.
[editar] Segunda etapa en Estados Unidos
En esta segunda etapa, Carnera era ya un boxeador más pulido. Sin llegar a ser exquisito, al menos boxeaba con sentido, y sus golpes no eran puñetazos lanzados a diestro y siniestro, sino golpes que buscaban siempre hacer daño. En 1931 empezaron a considerarle seriamente para el asalto del título mundial. No obstante, el campeón en aquel momento era Max Schmeling, y no se consideró oportuno, en el periodo de entreguerras enfrentar a dos púgiles de naciones enemigas.
En 1933 la carrera de Carnera se tiñe de tragedia. En febrero se enfrenta en el Madison Square Garden con Ernie Schaaf, campeón de la Armada americana. Schaaf se había enfrentado previamente con el entonces campeón mundial Jack Sharkey, que le propinó una tremenda paliza. Todavía no recuperado de ella, subió al ring ante Carnera. El combate no tuvo color; Schaaf rehuyó constantemente a Carnera, y el público comenzó a chillar tongo. En un golpe no muy fuerte, Schaaf se desplomó. A los tres días fallecía. La prensa enseguida encontró carnada, llamando a Carnera el gigante asesino, y esto le catapultó hacía la pelea por el título mundial.
El choque con Sharkey llenó Long Island el 29 de junio de 1933. Carnera tumbó a su adversario en el sexto asalto y se proclamó campeón. Fueron meses de gloria para Carnera hasta que el 15 de junio de 1934 Max Baer le derrotó en un combate épico, que terminó en el asalto 11 con los dos púgiles tendidos en la lona. Carnera acabó en el rincón, derrotado. Aquí comenzó el declive. A Joe Louis le duró apenas seis asaltos. Se retiró del boxeo y practicó la lucha libre americana e intervino en breves papeles de forzudo en películas de Hollywood. Falleció el 29 de junio de 1967 de un cáncer.
En el cortejo fúnebre todo Sequals estaba presente. Se había ido un hombre bueno. No en vano sus compatriotas le llamaban "el gigante bueno".
Cincuenta años más tarde, la película Más dura será la caída, protagonizada por Humphrey Bogart se inspiró en la historia pugilística de Carnera.
