Proletariado
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El proletariado (del latín proles, linaje o descendencia) es un término específicamente marxista utilizado para identificar una clase social más pobre. Un miembro de tal clase es llamado un proletario. Originalmente se identificaba como aquellas personas que no tienen otra riqueza que sus hijos. El término se utilizó inicialmente en un sentido despectivo, hasta que Karl Marx lo utilizó en un sentido positivo para identificar lo que él llamó la clase obrera, diferenciando proletariado y lumpenproletariado y colocándolo como un grupo antagónico a la clase dominante. Este giro cambió radicalmente la historia.
[editar] El proletariado en la teoría marxista
En la teoría marxista, el proletariado es aquella clase de la sociedad que no tiene la propiedad de los medios de producción. Por lo tanto, la única fuente de ingresos para proletarios es la venta de su fuerza de trabajo.
El marxismo ve el proletariado y la burguesía (la clase propietaria) como inherentemente hostiles, dado que, por ejemplo, los trabajadores de fábrica desean que los sueldos sean tan altos como sea posible, mientras que los dueños desean que los costes, y por tanto los sueldos, sean tan bajos como sea posible. Por eso, para Marx la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.
Según la teoría marxista, el proletariado es una de las clases fundamentales en la sociedad capitalista; que carece de propiedad sobre los medios de producción y se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para proporcionarse los medios de subsistencia. El proletariado surgió en el seno de la sociedad feudal. El desarrollo del capitalismo está acompañado de la descomposición de la pequeña producción mercantil, del empobrecimiento de los campesinos y artesanos, que engrosan las filas del proletariado; su explotación aumenta en grado inconmensurable con el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo. La conciencia de clase del proletariado madura en el proceso de la lucha de clases. A través de este proceso, se lograría detener el proyecto de dominación capitalista para llegar, en el pensamiento de Marx, a una verdadera historia de la humanidad.
[editar] Proletariado y tiempos de producción
El proyecto socialista y la gran crisis de 1929 lograron detener el plan de dominación capitalista cual era lograr apropiarse totalmente de los tiempos de producción del proletariado. Desde Marx esa discusión ha atravesado toda la historia de la lucha de clases: la gran batalla del capitalismo contra quienes están en la vereda opuesta a la élite es la batalla por el tiempo. Para Marx ese "robo" correspondía a una teoría de la enajenación pero pronto la discusión se complejizó. La producción en cadena promovió que el obrero perdiera el control que tenía sobre los tiempos de producción.
Haciendo una cronología breve; el artesanado pre-industrial tenía total control del tiempo sobre su trabajo. Posteriormente, la aparición del reloj y la producción industrial primitiva configuraron un modelo de producción determinado por "fechas" en la cual se comienza a promover una visión "productiva" que promovía la cultura capitalista. En ese tiempo, quien no trabajaba era condenado a muerte. Fue la primera fase de la creación de un ejército de reserva. Luego, la máquina determinó un "mínimo" productivo más alto el cual se traducía en control del tiempo del obrero sobre su trabajo; y fue ahí donde Marx denunció explotación. La producción en cadena definitivamente llevó al proletariado a convertirse en un engranaje (como magistralmente muestra Chaplin en Tiempos Modernos) en un proceso que diferencialmente también empezaría a comprometer al campesinado y artesanado marginal. La aparición de una clase media sin inscripción de clase hizo que sólo una fracción privilegiada del proletariado pudiera negociar un estándar mínimo de vida a través del modelo económico keynesiano, que se creó para salvar al capitalismo de su ruina tras la gran crisis de 1929.
En los socialismos reales, el modelo de producción era también capitalista, pero con la diferencia de ser controlado desde el Estado y no el sector privado. El proletariado se organizaba a través de relaciones políticas representativas lo que significaba que al igual que en el capitalismo liberal hubiese una fracción proletaria pobre, marginada y sin participación.
La crisis económica mundial de 1973 prepara una profundización del proyecto de control de tiempo capitalista sobre el proletario. Aquí se promueven las bases del reemplazo del fordismo bajo un nuevo sistema de producción llamado toyotismo, cual es la base del sistema neoliberal. Conceptos clave de este modelo son flexibilidad laboral, organización industrial multidimensional y nueva relación concepción-ejecución en el tiempo de trabajo. En Chile, en 1975-1978 se realiza por primera vez, de modo experimental, un modelo completo de este perfil industrial; pero será universalmente expandido desde 1980 bajo los gobiernos de Thatcher (Inglaterra) y Reagan (EE UU) bajo un programa integral, político, socio-cultural y económico, llamado neoliberalismo que es la radicalización de las doctrinas liberales clásicas. Acá los tiempos de producción del obrero son llevados al mínimo histórico, teniendo la estructura de producción total control y dominio sobre la labor del proletariado. El hecho de que esté acompañado de un mecanismo legal que impide la huelga y la hace inútil en su estrategia de paralización productiva y la profundización del esquema de ejércitos de reserva (desempleo estructural) exige repensar una teoría contemporánea de la liberación del proletariado y revertir el proceso histórico del control del capital sobre su tiempo de trabajo y vida.