Ciencia ficción
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La ciencia ficción es un género de ficción especulativo donde los relatos presentan el impacto de avances científicos y tecnológicos, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos. Este género ha experimentado durante todo el siglo XX un gran éxito tanto en la literatura como en el cine.
Su nombre deriva de una traducción incorrecta del término en inglés, ya que la traducción correcta sería "ficción de/sobre la ciencia" o ficción científica(*). Si bien muchos expertos opinan que debería utilizarse éste último, la costumbre está demasiado extendida y sólo muy pocos lo utilizan. En cualquier caso, en inglés también suele escribirse con un guión de unión, como "science-fiction", cuya abreviatura mundialmente conocida es "SCI-FI", pudiendo traducirse de igual modo al español como "ciencia-ficción", y en este caso sí se considera una traducción válida.
Los cuentos o historias de ciencia ficción son aquellos que exploran los efectos de la ciencia y la tecnología sobre la sociedad. Originalmente un género literario que también ha alcanzado gran desarrollo en el cine.
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[editar] Características frecuentes
Habitualmente, las historias mezclan varios géneros, teniendo historias de terror, suspense, aventuras, románticas y pseudohistóricas.
[editar] Temas
- Futuros o alternativas temporales (diacronías), centrándose habitualmente en el desarrollo científico o social .
- Posibles inventos o descubrimientos científicos y técnicos.
- Contacto con extraterrestres (inteligentes o no) y sus consecuencias.
- Diferenciación del ser humano a partir de la comparación con robots, extraterrestres y otros seres superinteligentes .
[editar] Elementos
- Exploración y colonización del espacio.
- Robots e inteligencias sintéticas.
- Vida extraterrestre.
- Viajes en el tiempo.
- Clonación y manipulación genética.
- Futuro apocalíptico o distópico.
- Futuro utópico y también sinóptico.
- Mundo controlado por ordenadores y tecnología en general.
- Una red que conecta a todo el mundo y personas (como internet).
[editar] Estilos
[editar] Ciencia ficción Hard y Soft
Esta clasificación dicotómica, literamente Dura y Blanda, se refiere a dos tendencias opuestas a la hora de elaborar los planteamientos científicos sobre los que se basa la obra.
En el caso de la ciencia ficción hard los elementos científicos y técnicos están tratados con el máximo rigor, incluso cuando estos entran dentro de la pura especulación, y la narración se subordina a este rigor. La película de ciencia ficción hard por excelencia es 2001: Una Odisea en el Espacio. Gran parte de la ciencia ficción soviética se inscribe en esta línea.
En el caso de la ciencia ficción soft el rigor científico no cobra tanta importancia y en muchas ocasiones no es más que una fantasía con elementos científicos que cumplen una función estética. La película La Guerra de las Galaxias cae plenamente dentro de esta clasificación.
Obviamente la distinción entre ambas vertientes es difusa y podemos encontrarnos obras que comparten ambos enfoques. Pero, por lo general, los autores de ciencia ficción se pueden englobar en una categoría u otra. Una excepción es Stanislaw Lem que ha escrito obras de ambos tipos con igual maestría: La Voz de su Amo es una obra profundamente hard mientras que Fábulas de Robots es totalmente soft.
[editar] Historia de la ciencia-ficción
La expresión fue acuñada en 1926 por Hugo Gernsback cuando la incorporó a la portada de una de las revistas de narrativa especulativa más conocidas de los años 1920 en Estados Unidos: Amazing (ver más abajo). El uso más temprano del término parece datar de 1851 y es atribuido a William Wilson, pero se trata de un uso aislado y el término no se generalizó con su acepción actual, hasta que Gernsback lo utilizó de forma consistente (después de hacer un intento previo con el término scientifiction que no llegó a cuajar).
Así pues, hasta el año 1926 la ciencia ficción no existía como tal. Hasta esa fecha las narraciones que hoy día no dudamos en calificar de ciencia ficción recibían diversos nombres: viajes fantásticos, relatos de mundos perdidos, utopías, novelas científicas.
El canadiense John Clute denomina a esta época anterior a la eclosión del género proto ciencia ficción. Un nombre casi perfecto... para los que recuerden la excelente película de Donald Cammell de 1977, Engendro mecánico.
[editar] Proto ciencia ficción y ciencia ficción primitiva (1818-1937)
Para muchos la primera obra de ciencia ficción con contenidos similares a los del género, tal y como hoy se entiende, se remonta a 1818, año en que es publicado Frankenstein o El moderno Prometeo de Mary Shelley. Algunos ven elementos de ciencia ficción en leyendas y mitos muchos siglos antes. En la mitología griega, se cuenta que Dédalo, el padre de Ícaro y constructor del laberinto de Minos, construyó estatuas de madera que eran capaces de moverse solas (¿una primitiva referencia a los modernos robots?). También el viaje a la Luna fue objeto de iniciativas literarias antes de 1818; dos de las más conocidas son la de Cyrano de Bergerac, siglo XVII y la del Barón de Münchausen, siglo XVIII.
Habrá algunos que cuestionen la calificación de estas obras como ciencia ficción (ni siquiera como proto ciencia ficción). El propio John Clute excluye la obra de Bergerac. Pero cualquiera de estos clásicos cuentos heredan gran parte del espíritu del racionalismo cartesiano del siglo XVII que sentó las bases de la ciencia moderna. Otros Mundos de Cyrano de Bergerac es auténtica ciencia ficción. Está escrito en tono de comedia, y no es ciencia moderna, pero sí recurre a los términos científicos de la época (a pesar del ridículo medio de transporte utilizado).
En cualquier caso, es difícil establecer límites: Clute, en su enciclopedia ilustrada, pone en duda la existencia del género en una etapa más temprana a los finales del siglo XVII, pero el precursor más citado es la obra de Tomás Moro, Utopía en 1516, primer relato que incorpora la descripción de una sociedad completamente imaginada y con ciertos toques que parecen acercarse a una serie de principios científicos.
Sin embargo, como se comenta más arriba, casi todos los expertos reconocen que la obra que supuso un antes y un después en la concepción de la literatura de ficción científica fue la obra de Shelley.
Los primeros años tras la aparición de Frankenstein dieron pocos frutos. Se puede destacar quizá otra de las obras de Shelley como El último hombre.
Sin embargo, en la década de 1850 aparece el que probablemente pasa por ser uno de los autores más prolíficos del siglo XIX en el campo de las aventuras de corte científico: Jules Verne quien en 1851 publica su primera obra con contenido de ficción científica: Cinco semanas en globo. La aparición de esta obra supone un hito, toda vez que a partir de su publicación este género empieza a transformar sus intenciones, y la ciencia subyacente pasa de ser un motivo de inquietud o de preocupación por lo desconocido a ser un soporte de historias de aventuras y descubrimientos.
[editar] Ciencia ficción primitiva
[editar] Europa
La rama europea de la ciencia ficción comenzó propiamente a finales del siglo XIX con los romances científicos de Julio Verne (1828-1905), cuya ciencia se centraba más bien en invenciones, así como con las novelas de crítica social con orientación científica de H. G. Wells (1866-1946).
Wells y Verne rivalizaron en la primitiva ciencia ficción. Los relatos y novelas cortas con temas fantásticos aparecieron en las publicaciones periódicas en los últimos años del siglo XIX, y muchos de ellos emplearon ideas científicas como una excusa para lanzarse a la imaginación. Aunque es más conocido por otros trabajos, Sir Arthur Conan Doyle también escribió ciencia ficción. El único libro en el que Charles Dickens se aventura en el territorio de la especulación científica y los extraños misterios de la naturaleza (en contraposición a los claramente sobrenaturales fantasmas de Navidad) fue en su novela Bleak House (1852) en la que Dickens hace que uno de sus personajes muera por «combustión humana espontánea». Dickens investigó casos registrados de tal efecto antes de escribir sobre la materia, para de esta forma ser capaz de contestar a los escépticos que se escandalizaran con su novela.
Tanto Wells como Verne tenían en todo el mundo lectores y escritores que seguían y copiaban sus estilos, especialmente en Estados Unidos. Pronto estaría floreciendo una ciencia ficción autóctona estadounidense. Los escritores europeos aumentaron sus lectores vendiendo en el mercado estadounidense y escribiendo en ese estilo.
El siguiente gran escritor británico de ciencia ficción tras H. G. Wells fue John Wyndham (1903-1969). Este autor gustaba de referirse a la ciencia ficción con el nombre de «fantasía lógica». Antes de la Segunda Guerra Mundial Wyndham escribió exclusivamente para las revistas pulp, pero tras la contienda se hizo famoso entre el público en general, más allá de la estrecha audiencia de los fans de la ciencia ficción. La fama le vino de la mano de sus novelas El día de los trífidos (1951), El kraken acecha (1953), Las crisálidas (1955) y Los cuclillos de Midwich (1957)
Fuera del ámbito anglosajón hay que destacar la figura de Karel Capek, introductor del término robot en su obra teatral R.U.R. y creador del clásico de la ciencia ficción La guerra de la salamandras en 1937.
[editar] Estados Unidos
En los Estados Unidos de Norteamérica el género puede remontarnos a Mark Twain y su novela Un yankee en la corte del Rey Arturo, una novela que exploraba términos científicos aunque fueran enmarcados en una ficción caballeresca. Mediante el recurso a la «transmigración del alma» y la «transposición de épocas y cuerpos» el yankee de Twain es transportado hacia atrás en el tiempo y arrastra consigo todo el conocimiento de la tecnología del siglo XIX. Los resultados son catastróficos, ya que la caballeresca aristocracia del Rey Arturo se ve pervertida por el notable poder de destrucción que ofrecen máquinas como las ametralladoras, los explosivos y el alambre de espino. Escrita en 1889, Un yankee parece predecir sucesos que tendrían lugar 25 años después en 1914, cuando las viejas ideas caballerescas europeas en lo tocante al arte de la guerra acabarían hechas pedazos por las armas y las tácticas de la Primera Guerra Mundial.
Otro autor que escribió algunas historias de este tipo es Jack London. El autor de las novelas de aventuras en el salvaje Yukon, Alaska, y el Klondike, también escribió historias sobre extraterrestres (The Red One), sobre el futuro (El talón de hierro) o sobre los conflictos del futuro (La invasión sin precedentes). También escribió una historia sobre la invisibilidad y otra sobre un arma de energía para la que no existía defensa alguna. Estas historias impactaron en el público americano y comenzaron a perfilar algunos de los temas clásicos de la ciencia ficción.
Pero el autor americano que mejor simboliza el nacimiento en Estados Unidos de la ciencia ficción como género de masas es Edgar Rice Burroughs quien, poco antes de la Primera Guerra Mundial, publica Bajo las lunas de Marte (1912) en varios números de una revista especializada en aventuras. Burroughs siguió publicando en este medio durante el resto de su vida, tanto fantasía científica como historias de otros géneros (misterio, horror, fantasía y cómo no, su personaje más conocido: Tarzán); pero, las historias de John Carter (ciclo de Marte) y Carson Napier (ciclo de Venus), aparecidas en aquellas páginas, hoy día se consideran joyas de la ciencia ficción más temprana.
No obstante, el desarrollo de la ciencia ficción americana como género literario específico hay que retrasarlo hasta 1926, año en el que Hugo Gernsback funda Amazing y se crea la primera revista dedicada exclusivamente a las historias de ciencia ficción. Por otra parte, dado que como es bien conocido, fue él quien eligió el término scientifiction para describir a este género incipiente, el nombre de Gernsback y el vocablo al que dio origen han quedado unidos para la posteridad. Y, aunque las historias que se publicaban en ésta y otras revistas pulp con un éxito cada vez mayor, no gozaban del aval de ser literatura seria y la mayoría las consideraban sensacionalismo literario, lo cierto es que una revista dedicada enteramente a un género como la fantasía científica (con su nuevo y flamante nombre) tuvieron un gran impacto en la percepción del público y atrajo a muchos a la lectura de las historias de especulación científica.
[editar] La Edad de Oro (1938-1950)
Con el surgir en 1938 del editor John W. Campbell y su actividad en la revista Astounding Science Fiction (fundada en 1930) y con la consagración de los nuevos maestros del género: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein, la ciencia ficción empezó a ganar estatus como género literario, especialmente con este último, que fue el primer autor que consiguió que se editaran historias del género en publicaciones más generalistas, y fue también el que le dio mayor madurez al género e influyó poderosamente en su desarrollo posterior. Las incursiones en el género de autores que no se dedicaban exclusivamente a la ciencia ficción también le dieron respetabilidad; autores como Karel Čapek, Aldous Huxley , C.S. Lewis y en castellano Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges. Las revistas mostraban llamativas portadas con monstruos de ojos de mosca y mujeres medio desnudas, dando una imagen atrayente para lo que era su público principal: los adolescentes.
Después de la Segunda Guerra Mundial se produce una transición del género. Es la época en la que los cuentos empiezan a ser desplazados por las novelas y los argumentos ganan en complejidad. Se fundan nuevas revistas: hasta 15 nuevas revistas en un sólo año; y alguna incluso salta el charco como la francesa Galaxie (prima hermana de la estadounidense Galaxy que empieza a publicarse el año 1950), pero ahora el género empieza a salir del terreno exclusivo del pulp.
[editar] La Edad de Plata (1951-1965)
Posiblemente, el que puede tal vez considerarse como primer título notable de la posguerra no fue escrito por un autor habitualmente catalogado como escritor de ciencia ficción y, de hecho, el libro ni siquiera fue catalogado como tal por su editor; pero sin duda lo es, y le dio a su autor fama mundial; nos referimos a 1984 (1948) de George Orwell. Pero la mejor tarjeta de visita del período de los 50 es su interminable lista de escritores que han sido la columna vertebral del género hasta casi finales de siglo: Heinlein, Asimov, Clifford D. Simak, Clarke, Poul Anderson, Philip K. Dick, Bradbury, Frank Herbert y muchos otros. En cuanto a los títulos, de esta época son libros que hoy son considerados clásicos: Crónicas marcianas o Fahrenheit 451 de Bradbury, Mercaderes del espacio de Pohl y Kornbluth, Más que humano de Sturgeon; sin olvidar El fin de la eternidad de Asimov, y Lotería solar o El hombre en el castillo de Dick. Algunas de ellas serían adaptadas al cine o la televisión; La naranja mecánica de Anthony Burgess es un ejemplo de esto. Y también es en esta época cuando empiezan a otorgarse los premios Hugo, cuya primera edición fue en 1953. En realidad, pese a que desde el punto de vista académico se ha venido en calificar como «edad de oro» a la etapa comprendida entre los años 1938 y 1950, para muchos, esta época debería extenderse unos quince años. La última novela digna de mención de este período es Dune de Herbert. No hay que pensar que tras su publicación, en 1965, hubiese una revolución que cambiase el panorama de forma drástica, pero un nuevo estilo empezaba a ganar el crédito de los aficionados.
[editar] La Nueva Ola
Véase también: Nueva Ola
Los años transcurridos entre 1965 y 1972 son el período de mayor experimentación literaria de la historia del género. En Gran Bretaña, se puede asociar con la llegada de Michael Moorcock a la dirección de la revista New Worlds. Moorcock, entonces un joven de 24 años, dio espacio a las nuevas técnicas ejemplificadas en la literatura de William Burroughs y J.G. Ballard. Los temas empezaron a distanciarse de los tan manidos robots e imperios galácticos de las edades de oro y plata de la ciencia ficción, centrándose en temas hasta entonces inexplorados: la consciencia, los mundos interiores, relativización de los valores morales, etcétera.
En Estados Unidos, los ecos de los cambios experimentados en el panorama británico tuvieron su reflejo. Autores como Samuel Ray Delany, Judy Merrill, Fritz Leiber, Philip K. Dick, Philip José Farmer y Robert Silverberg, representan la esencia de las nuevas vías de este género literario.
Durante un tiempo, los nuevos temas y estilos parecieron eclosionar y llegaron a copar la mayor parte de los galardones más importantes. Y, aunque los grandes maestros consagrados del género seguían teniendo sus lectores, parecía que las nuevas vías habrían de imponerse. Y de repente, los lectores empezaron a retornar a los antiguos temas: tanta relativización de valores, tanto estilo experimental en realidad les desconcertaba. Aunque el panorama literario ya no era el mismo... había crecido y madurado; los lectores ahora entendían que el género podía ser mucho más que leyes de la robótica y psicohistoria.
[editar] El Cyberpunk
En la década de 1980 las cada vez más ubicuas computadoras y la aparición de las primeras redes informáticas globales dispararon la imaginación de jóvenes autores, convencidos de que tales prodigios producirían profundas transformaciones en la sociedad. Este germen cristalizó principalmente a través del llamado movimiento Cyberpunk, un término que aglutinaba una visión pesimista y desencantada de un futuro dominado por la tecnología y el capitalismo salvaje con un ideario "punk" rebelde y subversivo, frecuentemente anarquista. Una nueva generación de escritores surgió bajo esta etiqueta, encabezados por William Gibson.
[editar] Obras y autores destacados
[editar] Autores destacados
Es una empresa arriesgada señalar los autores más destacados de cualquier género literario (los grandes maestros). Siempre hay gustos, preferencias y opiniones. Y en un género literario joven como el de la CF, hay muchos autores noveles, que son grandes promesas, pero que no entrarían en la lista de los más importantes de los expertos y aficionados. También hay incursiones de autores muy conocidos practicantes habituales de otros géneros, pero cuyas obras maestras no se encuentran en el campo de la ciencia ficción.
La preeminencia de los autores estadounidenses y británicos en este género es evidente, lo que no necesariamente implica que en español no existan escritores reconocidos.
- Douglas Adams: Guía del autoestopista galáctico
- Brian W. Aldiss: La nave estelar, Invernáculo, Heliconia, ...
- Poul Anderson: La patrulla del tiempo, La gran cruzada, Tau Cero, La nave de un millón de años
- Isaac Asimov: La saga de la Fundación, Yo, Robot, El fin de la Eternidad, Los propios dioses...
- J.G. Ballard
- Iain M. Banks: La saga de la Cultura
- Greg Bear: Música en la sangre
- Edward Bellamy: Looking Backward
- Gregory Benford: Cronopaisaje
- Alfred Bester: El hombre demolido, Las estrellas, mi destino
- Ray Bradbury: Crónicas marcianas, Fahrenheit 451
- David Brin: La saga de la elevación (Marea estelar,...)
- Fredric Brown: Marciano, ¡vete a casa!, Universo de locos
- John Brunner: Todos sobre Zanzíbar, El rebaño ciego, El jinete de la onda de choque
- Algis Budrys: El laberinto de las lunas, Quién
- Lois McMaster Bujold: La serie de Miles Vorkosigan
- Edgar Rice Burroughs: La princesa de Marte, Piratas de Venus,...
- Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (ciencia ficción primitiva)
- Karel Čapek: La guerra de las salamandras
- Orson Scott Card: La saga de Ender (El juego de Ender, La voz de los muertos,...), Maestro cantor
- C. J. Cherryh: El Orgullo de Chanur y el resto de la saga de Chanur
- Arthur C. Clarke: 2001: Una odisea espacial, Cita con Rama, Fuentes del paraíso, El fin de la infancia, La ciudad y las estrellas
- Hal Clement: Misión de gravedad
- John Crowley: El verano del pequeño San John
- Samuel R. Delany: Babel 17, Nova
- Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, El hombre en el castillo, Ubik, El informe de la minoría, Ojo en el cielo, ...
- Gordon R. Dickson: La saga de Dorsai (Soldado, no preguntes, ...)
- Thomas M. Disch: Campo de concentración, Los genocidas
- Greg Egan: Cuarentena, Ciudad Permutación, El instante Aleph
- Philip José Farmer: A vuestros cuerpos dispersos y el resto de la saga del Mundo del Río
- William Gibson: Neuromante, Conde Cero, Mona Lisa Acelerada, Quemando Cromo (antología)
- Joe Haldeman: La guerra interminable
- Harry Harrison: Bill, el héroe galáctico, ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!
- Robert A. Heinlein: Amos de Títeres, Puerta al verano, Tropas del espacio, Forastero en tierra extraña, La luna es una cruel amante
- Frank Herbert: Dune y su saga
- L. Ronald Hubbard: "Miedo", "Misión Tierra", "Final Black Out", "Campo de Batalla la Tierra"
- Aldous Huxley: Un mundo feliz
- Damon Knight
- Ursula K. Le Guin: La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos
- Fritz Leiber: El planeta errante, Los que pecan, El gran tiempo
- Stanislaw Lem: Solaris, Diarios de las estrellas, El invencible, Congreso de futurología, Ciberiada
- Mario Levrero: La Ciudad,El Lugar,Paris
- H.P. Lovecraft: La sombra más allá del Tiempo
- George R. R. Martin: Los viajes de Tuf
- Richard Matheson: Soy leyenda
- Walter M. Miller: Cántico por Leibowitz
- Michael Moorcock: He aquí el hombre, StormBringer
- Larry Niven: Mundo Anillo, La paja en el ojo de Dios
- William F. Nolan y George Clyton Johnson: La fuga de Logan
- Kevin O'Donnell: ORA:CLE
- George Orwell: 1984
- Frederik Pohl: Mercaderes del espacio, Pórtico, Homo Plus
- Ayn Rand: ¡Vivir! (Anthem) y La Rebelión de Atlas
- Kim Stanley Robinson: La trilogía marciana (Marte Rojo, Marte Verde y Marte Azul)
- Mary Shelley: Frankenstein
- Robert Silverberg: Alas nocturnas, El hombre en el laberinto, Muero por dentro, Tiempo de cambios, El castillo de Lord Valentine
- Clifford D. Simak: Estación de tránsito, Ciudad
- Dan Simmons: Hyperion, La caída de Hyperion
- Norman Spinrad: Incordie a Jack Barron, El sueño de hierro
- Brian Stableford: The Walking Shadow
- Olaf Stapledon: La primera y última humanidad, Hacedor de estrellas, Sirio, Juan Raro
- Neal Stephenson: Snow Crash, La Era del Diamante
- Bruce Sterling: Mirrorshades: una antología cyberpunk
- Arkadi y Boris Strugatski: Picnic junto al camino
- Cordwainer Smith: Los señores de la instrumentalidad
- Theodore Sturgeon: Más que humano
- James Tiptree, Jr: Houston, Houston ¿me recibe?
- A. E. van Vogt: El viaje del Beagle Espacial, Slan, El mundo de los no-A
- Jack Vance: La Saga de la Tierra Moribunda, Los Príncipes Demonio, el Ciclo del Planeta de la Aventura, ...
- John Varley: La persistencia de la visión, Playa de acero
- Julio Verne: Viaje al centro de la tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino, La isla misteriosa, ...
- Vernor Vinge: Un fuego sobre el abismo
- H. G. Wells: La guerra de los mundos, La máquina del tiempo, El hombre invisible, La isla del Dr. Moureau, ...
- Jack Williamson: Legion del espacio, Los humanoides
- Connie Willis: Oveja mansa, El libro del Día del Juicio Final
- Gene Wolfe: La quinta cabeza de Cerbero, El libro del Sol Nuevo, ...
- John C. Wright: La trilogía de la edad de oro
- John Wyndham: El día de los trífidos
- Eugene Zamiatin: Nosotros
- Roger Zelazny: El Señor de la Luz, Tú, el inmortal
[editar] Revistas
La ciencia ficción está ineludiblemente ligada a las revistas. La propia expresión ciencia ficción apareció en una de ellas. Probablemente, la primera revista periódica con algunos cuentos de este género (todavía sin nombre oficial) se podría considerar The Argosy 1896. No obstante, The Argosy no era una revista exclusivamente dedicada a las historias fantásticas con contenido científico. Otra revista temprana fue All Story, que comenzó a publicarse en 1911; en ella aparecieron la mayoría de los cuentos de Edgar R. Burroughs de fantasía científica.
Sin embargo, las dos revistas precursoras más famosas no llegarían hasta la década de 1920; en 1923 empezó a publicarse Weird Tales (cuya versión española se llamó Narraciones Terroríficas), y 1926, año en el que Hugo Gernsback acuñó el término con el que definitivamente se conocería el género para la otra de las dos «precursoras oficiales»: Amazing Stories. Amazing fue la primera de todas ellas en dedicarse de forma exclusiva a la ficción de corte científico y tuvo una larga trayectoria. Sus primeras historias eran principalmente reimpresiones de obras de Poe, Wells y Verne; pero también se publicaron relatos inéditos de gente como Burroughs y Merrit. Amazing se puede considerar como la revista más influyente durante muchos años y un punto de referencia durante todo el curso de su existencia. En 1980, tras su última etapa bajo la edición de Kim Mohan, la revista dejó de publicarse y, aunque varios editores han intentado resucitarla desde entonces, actualmente se puede considerar fuera de circulación.
En 1930 surgió otra de las revistas clásicas que todos los historiadores incluyen en su relación de publicaciones de la «edad de oro», Astounding Stories, la que más tarde sería reeditada por John W. Campbell como Astounding Science Fiction (1938) y que finalmente derivaría en la actual Analog Science Fiction and Fact (1960) y en la que escribieron los grandes escritores del género de aquellos días, entre los que se incluyen a Isaac Asimov, Robert A. Heinlein y Poul Anderson. Astounding/Analog (también conocida por sus siglas ASF) es considerada una revista de corte más cientificista que otras, siendo una de las publicaciones esenciales desde sus inicios hasta el presente. En 1971, tras la muerte de Campbell, Analog pasó a ser editada por Ben Bova, también conocido por ser el valedor de Orson Scott Card y aquél que lo lanzó a la fama. Desde 1978 la edita Stanley Schmidt.
En 1949 empezó a publicarse otra revista que tiene en su haber la mayor serie de colaboraciones (en este caso ensayos científicos) de Isaac Asimov, un total de 399 colaboraciones mensuales a lo largo de 33 años. Se trata de The Magazine of Fantasy & Science Fiction. Esta revista fue primeramente editada por Antony Boucher, y su editor actual, Gordon van Gelder, mantiene una revista de gran calidad literaria. En sus páginas se han publicado clásicos como Flores para Algernon de Daniel Keyes.
Otra de las revistas que no podíamos dejar de mencionar es Galaxy (1950). Inicialmente editada por Horace Leonard Gold tiene en su haber las mejores críticas literarias gracias a la aceptación del público de un género que empezaba a consagrarse fuera de los círculos del pulp. Con ver la lista de autores que publicaron en su primer número podemos hacernos una idea de su calidad y empuje: Clifford D. Simak, Theodore Sturgeon, Fritz Leiber o Isaac Asimov. Esta revista llegó a publicarse en Europa (en Francia y Alemania), tuvo cierto éxito durante casi treinta años hasta que en 1980 dejó de publicarse. A principio de los años 1990 el hijo de su fundador retomó la publicación de Galaxy, pero finalmente la empresa terminó de forma infructuosa en 1995.
El género está en alza. Todos los años aparecen nuevas revistas. Algunas intentan aprovechar el tirón publicitario de un nombre conocido para entrar en un mercado muy competitivo. Es, por ejemplo, el caso de Asimov's Science Fiction que empezó a publicarse en 1977 bajo la dirección del propio Isaac Asimov y con George H. Scithers como editor. Este hecho, no obstante, no tiene porqué restar calidad a estas empresas y, por ejemplo, las historias publicadas en Asimov's han sido galardonadas con frecuencia con premios Hugo y Nébula.
También en español, llegaron a publicarse algunas revistas clásicas, como la anteriormente mencionada Narraciones. Aunque también hubo iniciativas puramente autóctonas. De ellas, la más conocida comenzó su vida en 1968. Se trata de Nueva Dimensión (ND), fundada por Domingo Santos, y estuvo en circulación hasta 1983, habiendo obtenido durante esos años varios premios internacionales. Otra revista, esta mucho más moderna, con cierto renombre es Gigamesh, que empezó a publicarse en 1991; no obstante, nunca ha llegado a tener la repercusión literaria de ND. Algunas han tenido una historia parecida al Guadiana, con sucesivas resucitaciones y desapariciones, hecho que ha impedido que lleguen a ser conocidas de forma extensa. Últimamente ha vuelto a la línea editorial una de ésta últimas: nos referimos a Asimov Ciencia Ficción (versión española de su homónima estadounidense) y que, tras dos intentos fallidos en los últimos años, parece que ahora tiene un poco más de estabilidad.
La última en añadirse a éstas es el magazine online Scifiworld Magazine que dedicado principalmente al género fantástico en el medio audiovisual informa cada mes de las novedades del género junto a interesantes artículos de diversa índole. A partir de Julio de 2006, la revista pasa a formar parte de la cadena de televisión scifi y pasa a llamarse scifi.es
[editar] En el cine y televisión
El cine y la televisión han sido grandes valedores del género de la ciencia ficción. Bien mediante la adaptación de cuentos y novelas, bien mediante la producción de películas con guiones especialmente creados para la gran y la pequeña pantalla. De nuevo, hacer aquí una selección, es harto atrevido. Sin embargo, sí que hay una serie de títulos que todos los aficionados al género (y la mayoría de los profanos) conoce:
- Viaje a la Luna (1902), de George Méliès
- Aelita (1924), de J. Protozanov
- Metrópolis (1926), de Fritz Lang
- La mujer en la Luna (1929), de Fritz Lang
- El doctor Frankenstein (1931), de James Whale
- La vida futura (1936), de W. C. Menzies
- Ultimátum a la Tierra (1951), de Robert Wise
- Cuando los mundos chocan (1951), de Rudolph Maté
- La guerra de los mundos (1953), de Byron Haskin
- El planeta prohibido (1956), de Fred M. Wilcox
- La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), de Don Siegel
- Fahrenheit 451 (1966), de François Truffaut
- Viaje alucinante (1966), de Richard Fleischer
- Star Trek (1966-1968), de Gene Roddenberry
- 2001: Una odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick
- Invasión (1969), de Hugo Santiago Muchnik
- La amenaza de Andrómeda (1971), de Robert Wise
- Solaris (1972), de Andrei Tarkovsky
- La fuga de Logan (1976), de Michael Anderson
- Encuentros en la tercera fase (1977), de Steven Spielberg
- La Guerra de las Galaxias (1977), de George Lucas.
- Superman (1978), de Richard Donner
- Alien, el octavo pasajero (1979), de Ridley Scott
- Cromosoma 3 (1979), de David Cronemberg
- Crónicas marcianas (1980), de Michael Anderson
- E.T.: El extraterrestre (1982), de Steven Spielberg
- Blade Runner (1982), de Ridley Scott
- Terminator (1984), de James Cameron
- Dune (1984), de David Lynch
- Regreso al futuro (1985), de Robert Zemeckis
- La mosca (1986), de David Cronenberg
- RoboCop (1987), de Paul Verhoeven
- Star Trek, The Next Generation (1987-1993), de Gene Roddenberry
- Akira (1989), de Katsuhiro Otomo
- Desafío Total (1990), de Paul Verhoeven
- Neon Genesis Evangelion (1995-1996) de Hideaki Anno
- Ghost in the Shell (1995), de Mamoru Oshii
- Dark City (1998), de Alex Proyas
- Nivel 13 (1999), de Josef Rusnak
- The Matrix (1999), de los hermanos Larry y Andy Wachowski.
- Inteligencia Artificial (2001), de Steven Spielberg, co-guionista Stanley Kubrik
- Minority Report (2002), de Steven Spielberg
- Solaris (2003), de Steven Soderbergh
- Paycheck (2003), de John Woo
- La guerra de los mundos (2005), de Steven Spielberg
- Una mirada en la oscuridad (2006), de Richard Linklater
- Next (2007), de Lee Tamahori
[editar] Premios
[editar] Literarios
Los dos premios más importantes del género son los premios Hugo y los premios Nébula.
Los premios Hugo, llamados así en memoria del pionero de la ciencia ficción Hugo Gernsback, son concedidos en diversas categorías por la Sociedad mundial de ciencia ficción (WSFS) durante la celebración anual de la Worldcon. Durante la misma se entrega además el premio John W. Campbell al mejor autor novel del año.
Los Nébula son concedidos anualmente también en varias categorías por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA). Esta asociación además concede los cotizados premios Gran Maestro a los más importantes escritores del género por la labor de toda una vida.
Algunos otros premios también tienen nombres de otros insignes autores y editores del ramo: John W. Campbell Memorial (no confundir con el del mismo nombre al mejor autor novel) y los premios Clarke, Sturgeon y Philip K. Dick Memorial.
También las publicaciones especializadas otorgan algunos premios de relevancia como es el caso de la revista estadounidense Locus Magazine, que anualmente otorga los premios Locus.
En Europa, la Sociedad Europea de Ciencia Ficción (ESFS) se creó en 1972 y reúne a diversos profesionales del sector. Inicialmente programaba una convención bianual que a partir de 1982 se convirtió en anual, durante la cual se otorgan los premios europeos de ciencia ficción en los que se nomina al mejor: autor, traductor, promotor, publicación periódica, editorial, artista y revista.
Otros países también tienen sus premios nacionales, los premios Ignotus en España, los premios Seiun en Japón, los BSFA británicos, los Ditmar australianos, etcétera.
[editar] Cine
En Estados Unidos, cuna del género, se otorgan los Saturno por la Academia de cine de ciencia ficción, fantasía y horror, siendo, probablemente, los premios más importantes del género.
En Europa los premios están más relacionados con festivales concretos, en los que se exhiben diferentes películas: El Festival de Sitges de Cine Fantástico junto al Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas son dos de las citas más importantes europeas del género.
En latinoamérica existen pocos festivales especializados, uno de ellos es el Buenos Aires Rojo Sangre.
[editar] Aportaciones de la ciencia ficción a la ciencia
De igual manera que la ciencia ficción ha tomado muchos de sus argumentos y elementos de ambientación de conceptos o creaciones de la Ciencia, ésta ha tomado en ocasiones elementos de la literatura de CF para convertirlos en conceptos reales o hipótesis de trabajo de cara al futuro científico o tecnológico.
Los casos más conocidos de esta transferencia son los del término robot empleado por primera vez por el escritor checo Karel Čapek en su obra R.U.R. (Robots Universales de Rossum), el término derivado robótica, creado en las novelas de robots de Isaac Asimov o el ascensor espacial imaginado independientemente por Arthur C. Clarke y Charles Sheffield.
Otros conceptos, aunque creados por eminentes científicos, han sido profusamente desarrollados por la ciencia ficción antes incluso de ser tenidos en cuenta por la ciencia. Son ejemplos de ello la utilización de antimateria, los agujeros de gusano o la nanotecnología.
Algunos conceptos han tenido una notable influencia, a pesar de no ser en la actualidad mas que meras invenciones de la imaginación. Por ejemplo, la psicohistoria (ficción) de Asimov ha influido levemente en la forma de ver la sociología desde un punto de vista matemático.
Finalmente, y de modo sorprendente, algunas invenciones de la ciencia ficción han inspirado alguna de las líneas de investigación actual, como la comunicación instantánea (ansible taquiones), o, en La vuelta al mundo en 80 días, el autor describió el globo aeroestático y el teléfono, que en ese tiempo aun no existían.
[editar] Terminología
Dentro de la ciencia ficción la terminología, la jerga fanta-científica, palabras comunes para los lectores asiduos del género, pero no para los nuevos lectores, es pan de cada día.
Sin embargo, no están creadas como una forma de lenguaje identificativo, sino que la mayor parte de las veces son ideas y conceptos interesantes que se han convertido en dominio público, dentro del género e incluso fuera de él, en el mundo de la ciencia.
Estos términos son muy usados dentro de los relatos y novelas de ciencia ficción. Como ejemplo tenemos al Hiperespacio, que es una especie de «espacio alternativo» por el que se puede viajar de un punto a otro; las Sociedades o Mentes Colmena, que son inteligencias gestalt compuestas por la mente de muchos seres y no solo de uno, etcétera.
[editar] Bibliografía
- Brian W. Aldiss con David Wingrove, Trillion Year Spree: The History of Science Fiction (Atheneum, 1986) ISBN 0-689-11839-2
- John Clute, Peter Nicholls, eds., The Encyclopedia of Science Fiction (St. Martin's Press, 1995) ISBN 0-312-13486-X
- Thomas M. Disch, The Dreams Our Stuff Is Made Of (Touchstone, 1998) ISBN 0-864-82405-1
- Edward James, The Cambridge companion to science fiction (Cambridge: Cambridge University Press, 2003) ISBN 0-521-01657-6
- Jutta Weldes, ed., To Seek Out New Worlds: Science Fiction and Politics (Palgrave Macmillan, 2003) ISBN 0-312-29557-X
[editar] Véase también
- Corrientes dentro de la ciencia ficción:
- Ciencia ficción hispana:
- Ciencia ficción argentina
- Ciencia ficción chilena
- Ciencia ficción colombiana
- Ciencia ficción cubana
- Ciencia ficción española
- Ciencia ficción mexicana
- Ciencia ficción peruana
- Ciencia ficción venezolana
[editar] Enlaces externos
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- Asociación Peruana de Ciencia Ficción, Terror y Fantasía
- Asociación Venezolana de Ciencia Ficción y Fantasía
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- Golwen. Enciclopedia literaria de Ciencia Ficción y Fantasía
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