Existencialismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Se entiende por Existencialismo el movimiento filosófico y humanístico europeo, que se popularizo a partir de una crisis o crítica social y moral a raíz de los estragos y dramas socio-filosóficos ocasionadas por las grandes guerras europeas del siglo XX, especialmente, la segunda guerra mundial.
Al existencialismo se le ha atribuido un carácter realista, ligado a los dilemas, estragos, contradicciones y estupidez humanos. Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los problemas más propiamente inherentes a la condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el dilema de la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya sea física o metafísica, la relación Dios-hombre, el ateismo, la naturaleza del hombre. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el individuo (existente) para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido o encontrar una justificación a su existencia. Esta filosofía, a pesar de los ataques provenientes con mayor intensidad de la religión cristiana, busca una justificación para la existencia humana. El existencialismo, de acuerdo a Jean-Paul Sartre, indica que no hay naturaleza humana. El filósofo francés indica que la existencia precede a la esencia, lo que en efecto es un ataque a la creencia religiosa, cuyo pensamiento inició con Aristóteles y culminó en Sartre, quien indica que los seres humanos primero existimos y luego cogemos sustancia; es decir, solo existimos y mientras vivimos, vamos aprendiendo de los demás humanos que han inventado cosas abstractas desde Dios hasta la existencia de una natureleza humana previa. El existencialismo encuentra su antecedente más significativo en el filósofo danés Søren Kierkegaard (1813-1855), llamado el "padre del existencialismo," quien influyo en el filosofo francés Sartre. Ya avanzado el siglo XX, esta corriente filosófica fue desarrollada (nunca de manera sistemática, aunque su popularidad creció después de los problemas morales y éticos que trajo consigo la segunda guerra mundial, aparte del miedo provocado por la bomba atomica) -y terminó por encuadrarse dentro del llamado irracionalismo filosófico- por pensadores y novelistas de tanto renombre como los franceses Jean Paul Sartre y Albert Camus y el alemán Martin Heidegger. Albert Camus, existencialista, se dedicó a demostrar a través de sus ensayos y novelas el absurdo del mundo. Entre tanto, el alemán Heideger rechazó que su pensamiento fuera catalogado como existencialista.
La característica principal del existencialismo es la atención que presta a la existencia concreta, individual y única del hombre, por lo tanto en el rechazo de la mera especulación abstracta y universal.
El tema central de su reflexión es precisamente la existencia del ser humano, en términos de estar fuera ( a saber, en el mundo), de vivencia, y en especial de pathos o temple de ánimo. En expresión de Heidegger: «el-ser-en-el-mundo». Heidegger, en efecto, se caracteriza, según algunos, por su firme pesimismo. Considera al ser humano como yecto (arrojado) en el mundo. Sartre, siguiendo a Heidegger, también dista de caracterizarse por un estilo y discurso optimistas; plantea, al igual que Heidegger, al ser humano no tan sólo como yecto, sino como pro-yecto: un proyecto en situación. No obstante, estas posturas no tienen que comprenderse necesariamente como pesimistas.
"El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que si Dios no existe hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más espontánea que lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es yo opino que es real el motivo o causa del ser." — Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo
Con gran acierto se considera que, ya en el siglo XIX, el ruso Fedor Dostoievski y los alemanes Schopenhauer, Max Stirner y Nietzsche eran existencialistas avant la lettre. Incluso, recusablemente existencialista (aun cuando la palabra «existencialismo» no hubiera sido acuñada en su época), resulta como indicábamos el llamado pesimista,por no llamarlo realistaSøren Kierkegaard, quien inaugura lo que se denomina existencialismo cristiano (en este sentido, incluso Blaise Pascal podría considerarse un precedente).
En términos de la existencia e importancia de Dios, hay tres escuelas de pensamiento existencialista: el existencialismo ateo (representado por Sartre), el existencialismo cristiano (Kierkegaard) y el agnóstico (Camus, Heidegger) cuya propuesta es que la existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para la existencia humana: Dios puede o no existir. Y el problema, tan sólo por tener una idea firme, no soluciona los problemas metafísicos del hombre. ( Heidegger se distancia expresamente de Sartre en su Carta sobre el humanismo. Buytendijk, psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista. Merleau-Ponty es gran representante de la corriente, aunque manteniendo más nexos con la fenomenología de Husserl. Martin Buber, por su parte, representa a una corriente de existencialismo judío muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un "existencialismo cristiano".
Otros destacados pensadores adscribibles al existencialismo, en mayor o menor grado, serían: Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Edith Stein, Nicola Abbagnano, Nicolai Berdyaev, Emmanuel Levinas, Peter Wessel Zapfe, Karl Jaspers, Max Scheler, e incluso Paul Ricoeur y Hans-Georg Gadamer.