Conquistadores
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Conquistadores es la denominación que suele definir a los exploradores y guerreros españoles que conquistaron gran parte de América durante el siglo XVI hasta la creación de las capitanías y los virreinatos. Esta etapa de la historia que se conoce como la Época de La Conquista no superó el siglo de duración. La conquista fue abolida oficialmente en 1573 y el término reemplazado por el de pacificación.
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[editar] El paso de la conquista
Los cronistas españoles han presentado la Conquista de América como un hecho maravilloso, digno de elogio y sucedido en un espacio de tiempo que no tiene parangón con las conquistas realizadas por ningún otro pueblo. Por el contrario, los testimonios de los pueblos indígenas y algunos cronistas españoles han presentado la Conquista de América como un hecho desgraciado, moralmente cuestionable, movido por la ambición de oro, en el que destacan sobre todo la destrucción y desaparición de las culturas de los pueblos originarios como un hecho sin parangón.
Fray Bartolomé de las Casas dice [cita requerida]:
Todas las cosas que han sucedido desde el maravilloso descubrimiento de América han sido tan extraordinarias que la historia le parecería increíble a cualquiera que no haya la vivido de primera mano. En verdad, parece ensombrecer todas las acciones de la gente famosa del pasado, sin importar que tan heroicas estas hubieran sido, y silenciar toda habla de otras maravillas del mundo.
Con sentido contrario Fray Bernardino Sahagún dice:
Esto a la letra ha acontecido a estos indios, con los españoles, pues fueron tan atropellados y destruidos ellos y todas sus cosas, que ninguna apariencia les quedó de lo que eran antes.[1]
Los historiadores han destacado el corto tiempo en que sucedió la llamada conquista de América por España, poniendo acento también en la catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos, en el que las enfermedades traídas de Europa jugaron un papel decisivo, que en pocas décadas diezmaron la población indígena. Las enfermedades se movieron aún más rápido que los conquistadores e incluso llegaron muchas veces antes, como en el caso del Perú, que para cuando los conquistadores españoles llegaron ya había sido diezmada por una epidemia de viruela que además, causó la muerte del emperador y llevó el Imperio Incaº a una guerra civil.
Cuando Bartolomé de Las Casas escribía aquellas palabras, en 1542, habían pasado 50 años de la llegada de Cristóbal Colón, 20 años de la conquista de México y sólo 3 años desde la derrota del Imperio Inca en los Andes peruanos, aunque ese momento, aún Manco Inca Yupanqui controlaba un estado independiente en las selvas de Vilcabamba.
Por su parte el historiador estadounidense Charles Mann dice que España:
...no habría vencido al Imperio (Azteca) si, mientras Cortés construía las embarcaciones, Tenochtitlán no hubiera sido arrasada por la viruela en la misma pandemia que posteriormente asoló el Tahuantinsuyu... La gran ciudad perdió al menos la tercera parte de población a raíz de la epidemia, incluido Caitlahuac" [2].
El secretario del conquistador Francisco Pizarro, Francisco Xeres, en su reporte sobre el descubrimiento de Perú, elogia su propia obra y la de los demás conquistadores españoles como la más destacada de toda la historia [cita requerida]:
¿Cuándo había sucedido, ya fuese en el mundo antiguo o en los tiempos modernos, que proezas tan asombrosas se hubieran realizado? ¿En muchos climas, a través de muchos mares, sobre las distancias por tierra, para subyugar lo que no se ha visto y conocido? ¿Qué hechos se pueden comparar con aquellos de España? Ni siquiera aquellos de los antiguos griegos y romanos!.
Algo similar hace el cronista Pedro de Cieza de León en Crónica del Perú:
Cuando me dispongo a escribir para la gente de hoy y del futuro, acerca de la conquista y descubrimientos hechos aquí en Perú, no puedo más que reflexionar que estoy tratando con uno de los asuntos más grandes de los que uno posiblemente pueda escribir en toda la creación en cuanto respecta a la historia secular. ¿Dónde antes han visto los hombres las cosas que ellos han visto aquí? Y pensar que Dios ha permitido que algo tan grande permaneciese escondido del mundo por un tiempo tan largo, desconocido a los hombres, y después dejado para ser hallado, descubierto y ganado todo en nuestro tiempo!
El mismo Fray Bartolomé de las Casas que consideraba a la Conquista de América como una de las «maravillas» del mundo, la definía también como «la destrucción de las Indias» y la describía del siguiente modo:
En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad...[3]
[editar] Factores
Si bien los factores tecnológicos y culturales jugaron un importante papel en las victorias y derrotas de los conquistadores, el factor decisivo fueron las enfermedades traídas desde Europa, especialmente la viruela, que en muchos casos aniquilaron naciones enteras antes de la llegada de los españoles.
Militarmente los conquistadores poseían algunas ventajas tecnológicas sobre los pueblos originarios, especialmente las armas de fuego y el acero. Por otra parte las civilizaciones originarias tenían la ventaja del poblamiento, el espíritu de libertad y la voluntad de permanecer independientes, que en muchos casos fue factor decisivo en la derrota de los conquistadores.
En todos los casos las naciones indígenas cuya conquista pretendían los españoles superaban a estos en número: en promedio los españoles peninsulares nunca superaron el 2% de la población de América. Sin embargo era habitual que los conquistadores españoles realizaran alianzas con naciones enemigas para formar ejércitos numerosos. El ejército con el que Hernán Cortés atacó Tenochtitlán estaba integrado por 200.000 soldados, de los cuales menos del 1% eran españoles[4].
A pesar de que muchas civilizaciones americanas habían desarrollado métodos avanzados para el tratamiento y fundido de los metales (oro, plata, bronce, estaño, cobre), este conocimiento se aplicó principalmente para la elaboración de objetos religiosos, artísticos y simbólicos, así como de utensilios de uso cotidiano. Sólo los quechuas y los purépechas elaboraban armas de cobre, pero estas no alcanzaban el filo y dureza del hierro y el acero. Los cascos y armaduras de hierro que utilizaron los conquistadores constituyeron un importante factor de defensa personal. Sin embargo, la depurada tecnología textil de las civilizaciones andinas, que permitía tejidos de hasta 500 hilos por pulgada estructurados en capas sucesivas, les permitió desarrollar eficientes armaduras de tejido acolchado que fueron adoptadas finalmente por los españoles, abandonando sus cascos y corazas metálicas [5].
El arma principal de los ejércitos andinos era la honda, realizada con tejidos, con la que arrojaban piedras calentadas hasta el rojo vivo, envueltas en algodón y brea. Utilizando estas armas los quechuas arrasaron Cuzco ocupada por los españoles en 1536 [6].
En el primer momento de la conquista las armas de fuego y en especial los arcabuces causaron gran impresión debido al estruendo. Pero su efecto militar fue escaso. Las espadas de acero y de hierro, los cuchillos y las armaduras demostraron ser mucho más efectivos militarmente. Por esta razón, cuando alcanzaban el dominio de alguna nación, los españoles prohibían el acceso a las armas de hierro por parte de los pobladores sometidos.
Los animales fueron otro factor militar. Por un lado, la introducción del caballo por parte de los españoles, les permitió en algunos casos moverse con rapidez y lanzar rápidos ataques. Sin embargo en las zonas montañosas y selváticas, los españoles se mostraron menos adaptados tecnológicamente que las culturas amerindias, que utilizaban la llama y técnicas especiales para construir caminos y puentes adaptados a ese tipo de terrenos. En algunos casos los pueblos originarios, principalmente en Norteamérica, la pampa y la Patagonia, se apropiaron del caballo y desarrollaron técnicas de adiestramiento y monta superiores a las que tenían los españoles, y se volvieron un factor decisivo para rechazar a los conquistadores. Los españoles utilizaron también perros para rastrear y atacar indígenas y esclavos en la selva y en los bosques.
La forma de hacer guerra de los españoles, como la de la mayoría de los europeos era más sangrienta e involucraba más guerreros que los que los indígenas americanos estaban acostumbrados a utilizar. Las armas de hierro y acero producían lesiones más evidentes que las flechas envenenadas. Además, algunos pueblos originarios no tenían la costumbre de matar gente en el campo de batalla, sino que los capturaban y los mantenían para ocasiones de sacrificios rituales. De ahí que las prácticas europeas en la guerra adquirieran un carácter más brutal.
Pero el factor decisivo en la derrota de las civilizaciones americanas fue la introducción de enfermedades e infecciones inexistentes en América hasta ese momento, para las que los pueblos originarios carecían de defensas biológicas adecuadas. El investigador norteamericano H. F. Dobyns [7] ha calculado que un 95% de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón. Por su parte, Cook y Borak, de la Universidad de Berkeley, establecieron luego de décadas de investigación, que la población en México disminuyó de 25,2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623, menos del 3% de la población original [8]. En 1492 España y Portugal juntas no superaban los 10 millones de personas [9].
No cabe duda alguna que el colapso demográfico de la población original de América fue la causa esencial de su derrota militar. Steven Katz ha dicho al respecto:
Muy probablemente se trata del mayor desastre demográfico de la historia: la despoblación del Nuevo Mundo, con todo su terror, con toda su muerte. [10]
El historiador estadounidense Charles Mann dice que España "no habría vencido al Imperio (Azteca) si, mientras Cortés construía las embarcaciones, Tenochtitlán no hubiera sido arrasada por la viruela en la misma pandemia que posteriormente asoló el Tahuantinsuyu... La gran ciudad perdió al menos la tercera parte de población a raíz de la epidemia, incluido Caitlahuac" [11].
Algo similar sucedió con el Imperio Inca, derrotado por Francisco Pizarro en 1531. La primera epidemia de viruela fue en 1529 y mató entre otros al Emperador Huayna Cápac, padre de Atahualpa. Nuevas epidemias de viruela se declararon en 1533, 1535, 1558 y 1565, así como de tifus en 1546, gripe en 1558, difteria en 1614 y sarampión en 1618 [12]. Dobyns estimó que el 90% de la población del Imperio Inca murió en esas epidemias
[editar] Derrotas de los conquistadores europeos
A pesar de poseer una superior tecnología militar, no todas sus conquistas fueron existosas. Varios pueblos originarios lograron oponer eficaz resistencia a la conquista y posterior colonización. En líneas generales la mayor parte del territorio americano permaneció en manos de la culturas originarias durante los siglos XVI a XVIII. Entre las naciones indígenas que mantuvieron su autonomía y el control del territorio se destacan:
- Las naciones Mapuche, Het y Ranquel, que los conquistadores españoles nunca pudieron conquistar ni someter, lo que obligo a los conquistadores a mantener una frontera con sus territorios que se ubicaban en la zona central de Chile y al sur poniente de Argentina; y dejar estas tierras que abarcaban gran parte de la zona centrosur de Chile y casi toda la región pampeana y la Patagonia, en manos de los pueblos Mapuche, Het y Ranquel. Estas tierras pasarían a formar parte de Chile y Argentina, solo después que estos dos países lograran su independencia y decidieran tomar estos territorios.
- Las culturas indígenas del Gran Chaco (lule-vilelas, chané-guaná- arawac, chiriguano-guaraní, mataco-maccá).
- Los pueblos del Beni y el Amazonas;
- Los pueblos de Norteamérica.
[editar] Debate sobre el eventual genocidio y destrucción de las culturas originarias
Los pueblos originarios de América consideran casi unánimemente que los conquistadores y colonizadores europeos causaron uno de los genocidios más grandes de la historia y destruyeron intencionalmente cientos de culturas [13].
Ya en el siglo XVI, pensadores mexicanos como Alva Ixtlilxóchitl cuestiona la crueldad española con estas palabras:
Hiciéronse este día (cuando fue tomada la ciudad), una de las mayores crueldades que sobre los desventurados mexicanos se han hecho en esta tierra. Era tanto el llanto de las mujeres y niños que quebraban los corazones de los hombres. [14]
Otro texto mexicano del momento de la conquista dice:
Todo lo cogieron, de todo se adueñaron, todo lo arrebataron como suyo, todo se apropiaron como si fuera su suerte. Y después que le fueron quitando a todo el oro, cuando se lo hubieron quitado, todo lo demás lo juntaron, lo acumularon en la medianía del patio, a medio patio: todo era pluma fina. [15]
El debate acerca de la moralidad de los hechos de la conquista se produjo incluso en Europa. En el siglo XVI, Fray Bartolomé de las Casas defendió a los pueblos originarios contra la explotación de los conquistadores y denunció sus atrocidades. Su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias, llevó a la creación en 1542 de las Leyes Nuevas con la intención de proteger los derecho de los pobladores de América frente a conquistadores y encomenderos.
El siguiente es un fragmento de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias (wikisource) de Bartolomé de las Casas:
Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos. Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras. La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.
En 1615, Felipe Guamán Poma de Ayala envío un relato de 1200 páginas "La primera nueva crónica y el buen gobierno" al Rey de España. Guamán era un antiguo miembro de la nobleza Incaica que se lamentaba en los años de su vejez por haber ayudado a los conquistadores y quería informar al Rey de todos los problemas. Su crónica contenía la historia de los Incas, su conquista y el maltrato a los indígenas. El libro se perdió hasta 1908 cuando apareció en la librería privada de la Casa Real de Dinamarca.
En general España reprimió ferozmente toda defensa por parte de los pueblos originarios. Caupolicán, el rey mapuche que lideró la resistencia contra la invasión española, fue ejecutado por medio del empalamiento [16]. Tupac Amaru II que lideró un levantamiento inca en 1780 fue ejecutado luego de ser obligado a presenciar la tortura y ejecución de su esposa e hijo entre otros; luego se le cortó la lengua y fue atado a cuatro caballos con la intención de descuartizarlo, tarea que finalmente fue realizada con hachas [17]
Los relatos de la conducta de los conquistadores españoles fueron aprovechados por las potencias europeas rivales de España y los utilizaron para mostrar la crueldad de los españoles. Algunos historiadores y políticos, mayormente españoles, han negado que esas crueldades hayan sucedido y sostenido que se trata en realidad de una leyenda negra.
En el verano de 1550, en Valladolid, estos temas fueron discutidos en el concejo del Rey. El humanista e ilustrado aristoteliano Juan Ginés de Sepúlveda sostuvo que los indios eran “esclavos naturales” tal como Aristóteles los había definido en la frase, “bárbaros inhumanos que pensaban que la ofrenda más grande que ellos le podían dar a Dios era su corazón humano”. Incluso sus brillantes artes, escultura y arquitectura no eran, para Sepúlveda prueba de su civilización, “por cuanto ni las abejas ni las arañas realizan obras que los humanos no puedan imitar.”
El fraile dominicano defensor de los derechos indígenas, Bartolomé de las Casas, trajo al concejo un vasto expediente, un reportaje de primera mano, una de las condenas más convincentes de la crueldad humana. Su elocuente defensa de los indígenas terminó con un noble grito al corazón: “Todo el mundo es humano”. De las Casas, sin embargo aceptaba como legítima la esclavitud de hombres y mujeres de Africa.
El rey de España no tuvo más remedio que escuchar y ordenar que la Conquista se detuviera mientras estos asuntos eran explorados con más detalle (Ver Junta de Valladolid). Finalmente el Rey de España aceptó que los indígenas eran seres humanos, pero disminuidos en sus facultades, debido a lo cual estableció que debían ser "encomendados" a los españoles, conformando un régimen de tipo servil, fundado en el trabajo forzado y el abuso sexual contra las mujeres.
En su lecho de muerte, Mansio Serra de Leguizamón, uno de los conquistadores del Perú, expresaba un lamento profundo por la injusta destrucción de la sociedad Inca: “Tengo que decir esto ahora por razones de conciencia ‘por cuanto soy el último de los conquistadores en morir’”. Otros españoles que no eran miembros del clero, como Sahagún, quién se enamoró de la cultura Náhuatl (Azteca), y aún entre los conquistadores, Bernal Díaz quien marchó con Cortés, se conmovieron hasta comparar la tragedia de México con la Caída de Troya.
[editar] Conquistadores famosos
- Hernán Cortés (México, 1518-1522, Honduras, 1524, Baja California, 1532-1536)
- Francisco Pizarro (Perú, 1509-1535)
- Francisco Vázquez de Coronado (Estados Unidos, 1540-1542)
- Diego de Almagro (Perú, 1524-1535, Chile, 1535-1537)
- Vasco Núñez de Balboa (Panamá, 1510-1519)
- Juan Ponce de León (Puerto Rico, 1508, Florida, 1513 y 1521)
- Pedro de Alvarado (México, 1519-1521, Guatemala 1523 -1527, Perú, 1533-1535, México, 1540-1541)
- Álvar Núñez Cabeza de Vaca (Estados Unidos, 1527-1536, , 1540-1542)
- Lucas Vázquez de Ayllón (Estados Unidos, 1524-1527)
- Sebastián de Belalcázar (Ecuador y Colombia, 1533-1536)
- Gonzalo Pizarro (Perú, 1532-1542)
- Juan Pizarro, (Perú, 1532-1536)
- Francisco Hernández de Córdoba (Yucatán, 1517)
- Martín de Goiti, (Manila, Filipinas, 1570-1571)
- Hernando Pizarro, (Perú, 1532-1560)
- Juan de Grijalva (Yucatán, 1518)
- Gonzalo Jiménez de Quesada (Colombia, 1536-1537, Venezuela, 1569-1572)
- Miguel López de Legazpi, (Filipinas, 1565-1571)
- Francisco de Montejo (Yucatán, 1527-1546)
- Juan de Salcedo, (Norte de Filipinas, 1570-1576)
- Nicolás de Federmann (Venezuela y Colombia, 1537-1539).
- Pánfilo de Narváez (La Florida, 1527-1528)
- Diego de Nicuesa (Panamá, 1506-1511)
- Cristóbal de Olid (Honduras, 1523-1524)
- Francisco de Orellana (Río Amazonas, 1541-1543)
- Alonso del Castillo Maldonado
- Hernando de Soto (Estados Unidos, 1539-1542)
- Inés Suárez, (Chile, 1541)
- Martín de Ursúa, (Petén, región de Guatemala, 1696-1697)
- Pedro de Valdivia (Chile, 1540-1552)
- Diego Velázquez de Cuéllar (Cuba, 1511-1519)
- Pedro Menéndez de Avilés (La Florida, 1565 - 1567)
- Alonso Dávila (México, 1520-1533)
- Domingo Martínez de Irala
[editar] Véase también
- Junta de Valladolid
- Colonización europea de América
- Conquista de América
- Descubrimiento de América
- Reconquista (Hispanoamérica)
- Conquista de Colombia
- Conquista de México
[editar] Referencias
- ↑ Sahagún, Fray Bernardino de, Historia general de las cosas de Nueva España, T I, pag. 29
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 179-180
- ↑ De las Casas, Bartolomé. Brevísima relación de la destrucción de las Indias. (ver texto)
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 178
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 123
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 123
- ↑ Dobyns, H. F. (1983). Their number become thined: Native American population dynamics in Eastern North America, Knoxville (Tenn.), University of Tennesee Press.
- ↑ Cook, S. F. y W. W. Borah (1963), The indian population of Central Mexico, Berkeley (Cal.), University of California Press
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 136
- ↑ Katz, S. T. (1994-2003). The Holocaust in Historical Context, (2 vols.), Nueva York, Oxford Universtity Press
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 179-180
- ↑ Mann, Charles (2006). 1491; Madrid:Taurus, pag. 133
- ↑ Ribeiro, Darcy (1976). Las Américas y la civilización. Buenos Aires:CEAL
- ↑ XIII relación de Alva Ixtlilxóchitl
- ↑ Los españoles funden los presentes de oro, Códice Florentino
- ↑ Ercilla y Zúñiga, Alonso de (1575). La Araucana.
- ↑ Lewin, Boleslao (2004). La Rebelion de Tupac Amaru y los Orígenes de la Independencia de Hispanoamerica. Buenos Aires:SELA
[editar] Bibliografía
- Conquistadores, Michael Wood (BBC Books, 2000).
- Los Conquistadores, Hammond Innes (Penguin, 2002).
[editar] Enlaces externos
- Commons alberga contenido multimedia sobre Conquistadores.Commons
- Los conquistadores españoles (sitio web), por David Nievas.