Tauromaquia
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La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, toro, y μάχομαι, luchar), en un sentido restringido, se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros; siendo su expresión más elaborada la corrida de toros, un espectáculo practicado en España, Portugal, sur de Francia, y en algunos países de América Latina como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia; así como espectáculo de exhibición en China, Filipinas, Estados Unidos y Cuba.
Sin embargo, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.
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[editar] Historia
Esta actividad tiene antecedentes que se remontan a la Edad de Bronce, y se ha desarrollado a lo largo de siglos como una forma de demostración de valentía, al estilo de algunas tribus que aún practican ritos de paso de la niñez a la edad adulta.
En la antigua Roma se presentaban espectáculos con Uros (especie bovina extinta) que eran arrojados a la arena del circo para su captura y muerte por parte de algunos representantes de familias nobles, quienes mostraban así sus dotes de cazadores. También se arrojaban en manadas a los cristianos durante las ejecuciones públicas efectuadas en la época de la persecución; y además, se utilizaba a estos animales durante los enfrentamientos de gladiadores como entretenimiento adicional.
En época medieval comienza la práctica taurina del lanceo de toros, a la que se sabe eran aficionados Carlomagno y Alfonso X El Sabio entre otros. Hay registros de la afición por esta práctica que El Cid tenía. Según crónica de la época, en 1124 "...en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros." Estos espectáculos se presentaban en plazas públicas y lugares abiertos como parte de celebraciones de victorias bélicas, patronímicos y fiestas, con el consecuente riesgo que esto suponía para los espectadores (Goya ha retratado una de estas tragedias en su obra sobre la muerte del alcalde de Torrejón arrollado y corneado por un toro).
Se cree que los moros de España fueron los primeros en utilizar sus capas como instrumento de distracción durante la práctica de alancear a las reses. Durante el siglo XVI evoluciona la tauromaquia hacia los encierros de varas (predecesora de las actuales corridas de rejones) en la que participaba la realeza, incluso Carlos I de Inglaterra y su lugarteniente Lord Buckingham participaron en este evento durante su estancia en España, tan a su gusto que repitieron luego la experiencia en su país, invitando a los embajadores de los reinos de Francia y España. Carlos I de España (no nacido en este país) lanceó un toro en la celebración del nacimiento de su hijo Felipe II.
Durante esta época la nobleza comienza a utilizar a sus peones y escuderos para distraer al toro mientras cambiaban algún caballo cansado o herido, o para rescatarlos de una caída. Con la aparición de los picadores en sustitución de las lanzas, para dar a los nobles de a caballo el privilegio de matar al toro, estos peones y auxiliares adquieren la responsabilidad de llevar al toro al picador, con lo que evoluciona la faena de capote y adquiere valor estético. En muchas ocasiones si el de a caballo no podía matar al toro se delegaba la responsabilidad en los de a pie.
A partir del siglo XVII comienzan a surgir nombres entre los toreros de a pie por su estilo y valor, además de la simpatía que estos representaban por ser parte del mismo pueblo y no de la nobleza, siendo solicitados por el público para presentarse como evento principal.
Paulatinamente el gusto del público se inclina por los toreros de a pie y, si bien con extrañas variaciones, se va estableciendo a lo largo del siglo XVIII todos los elementos de las corridas modernas. De esta época son algunas de las primeras figuras conocidas del toreo como "Costillares", Pepe-Hillo y Pedro Romero.
Ya en el siglo XIX toreros como "Paquiro", "Cúchares", "Lagartijo" y "Frascuelo" fueron quienes dieron a la corrida la estructura definitiva que tiene hasta la actualidad.
En la década de 1910 a 1920 se desarrolla la llamada Época Dorada de la tauromaquia, impulsada por grandes nombres como Rafael González "Machaquito" o Ricardo Torres "Bombita", pero especialmente por la rivalidad entre Juan Belmonte y José Gómez (conocido como "Gallito" o "Joselito").
Posteriormente a la Guerra Civil Española se produce un auge en el mundo taurino, especialmente gracias al surgimiento de la figura de Manolete para muchos el más vertical de los toreros en la historia, de este auge siguen figuras como Luis Miguel Dominguín, el mexicano Carlos Arruza, Pepe Luis Vázquez y Agustín Parra "Parrita". Si bien esta época se cierra con el fallecimiento de Manolete en la tragedia de Linares, surge entonces otra famosa rivalidad taurina que apasiona al mundo taurino, la de Domiguín y Antonio Ordóñez.
Ya en los años cincuenta se alza la figura de particular elegancia del venezolano César Girón, quien lidera en dos ocasiones (1954 y 1956) el escalafón taurino en España, hazaña que repetiría su hermano Curro en 1959 y 1961. Destacan en los años sesenta, además del mencionado Curro Girón, toreros como Paco Camino, El Viti y Diego Puerta, además de la sensación que causó el surgimiento del poco ortodoxo y revolucionario pero muy triunfador Manuel Benítez "El Cordobés". Las décadas de los setenta y ochenta son las de mayor expansión comercial del mundo de los toros, llegando a haber corrida incluso en el Astrodome de Houston con la participación de El Cordobés. Las grandes figuras de esta época son: José Mari Manzanares, Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea", Dámaso González, Francisco Rivera "Paquirri", Antoñete y Juan Antonio Ruiz "Espartaco", líder de la estadística en forma consecutiva desde 1985 hasta 1991.
Las nuevas figuras del toreo presentan gran diversidad en su estilo y proyección, personalidades tan particulares como Enrique Ponce de toreo clásico, Jesulín de Ubrique, Julián López "El Juli", Jose Tomas, "el Cid", Francisco Rivera Ordóñez, Leonardo Benítez y Javier Conde llevan el toreo al siglo XXI.
[editar] Entorno
Además de la corrida en sí, la tauromaquia incluye la crianza de los toros, la confección de la ropa del matador y demás participantes en el espectáculo, la distinta denominación de los bovinos de acuerdo a su pelaje, comportamiento y porte, etcétera.
Es una parte de considerable importancia en los países donde se practica, en algunos de ellos como España, Francia, México, Ecuador, Colombia y Venezuela, es considerado parte integral de la cultura nacional, es definido como arte en el diccionario de la Real Academia Española, y considerado un acto de crueldad por grupos defensores de los derechos animales que se oponen a espectáculos que los involucren tanto en los países en donde se realizan como en otras partes del mundo.
[editar] Corrida de toros
La parte más conocida de la práctica es la corrida de toros. En consecuencia con la característica de quien lleve la responsabilidad de la lidia y muerte del toro (si el torero va a pie o a caballo) existen dos tipos de corridas de toros; de toreros a pie y de toreros a caballo (de rejones o rejoneadores).
Normalmente, una corrida se desarrolla en tres partes, llamadas tercios, en las cuales el toro es abordado respectivamente por los rejoneadores a caballo, los monosabios para pinchar las banderillas y el torero para burlar al toro y finalmente darle estocada de muerte, a menos que el toro muestre acometidas frecuentes y bravas que gusten al público para pedir indulto.
El juez de plaza es quien indica la calificación al torero: solo mención, mención de pie, oreja y rabo.
Para el verdadero torero, quizá la opinión del público es de más peso que alguna otra: han habido corridas en donde el público saca en hombros al torero sin que el juez haya concedido siquiera la oreja o por el contrario: orejas con abucheos del respetable.
[editar] Participantes en una corrida de toros
- Matador de toros
- Subalternos: Personal de apoyo a los matadores, apoyan a este en lo que este necesite y en las situaciones que le están permitidas (ocasionalmente llevar al toro a un punto determinado, distraer al mismo durante el cambio de espada entre otras actividades).
- Banderilleros: En el tercio de banderillas, y cuando no lo hace el propio matador, son los encargados de la faena de colocación de banderillas.
- Mozo de espadas
- Picadores
- Personal de la plaza:
- Presidente: persona (generalmente un representante de la municipalidad donde se efectúa el festejo) que se encarga de mantener el orden en la plaza. Entre sus funciones se encuentran la de ordenar el comienzo del festejo, ordenar los cambios de tercio y otorgar los premios (orejas y rabo) a los matadores.
- Alguacilillos
- Monosabios
- Mulilleros: personal a cargo del tiro de mulillas.
[editar] Matadores
El matador de toros (comúnmente llamados simplemente "torero") son el personaje central en una corrida de toros. Según las características de de lidia (a pie o a caballo) se les llama "toreros de a pie" o rejoneadores. El torero de a pie es el responsable sostener la lidia al toro con el capote, llevarlo al caballo, realizar la faena con la muleta y darle muerte. Los matadores de toros comienzan (por lo general a una temprana edad) su aprendizaje toreando becerros. Aproximadamente dos años después (aunque depende de muchos factores) comienza su etapa como novillero, el que lidia novillos debido a su menor tamaño y fuerza. Por último, tras tomar la alternativa, adquieren el grado de matador de toros, en la que lidian toros de cuatro o más años.
[editar] Ganaderías
Las ganaderías de toros de lidia son empresas que dependen exclusivamente del espectáculo taurino, dado que esta variedad bovina no tiene ningún otro propósito comercial debido a su bajo rendimiento tanto de leche como de ceba. Grandes criadores de toros de lidia han alcanzado renombre por las características particulares de trapío sus astados y sus nombres son de perdurable reconocimiento en el mundo taurino. A continuación se enumeran algunas de las más importantes de Europa y América.
[editar] Ganaderías ubicadas en Europa
- Miura (establecida en 1849)
- Victorino Martín
- Domeq Bohorquez variedad de Juan Pedro Domeq
- Torrestrella variedad de Juan Pedro Domeq de Alvaro Domeq e Hijos.
- Juan Pedro Domeq (establecida en 1790)
- Guardiola
[editar] Ganaderías ubicadas en América
- Atenco, México
- Los Garfias, México
- José Arroyo, México
- Piedras Negras, México
- La Soledad, México
- Carranco, México
- Armilla Hermanos, México
- La Gloria, México
- Huichapan, México
- Arroyo Zarco, México
- Mimiahuapan, México
- Los Cués, México
- Mirafuente, Ecuador
- Albaserrada, Ecuador
- Huagrahuasi, Ecuador
- Triana, Ecuador
- Santa Rosa, Ecuador
- Vistahermosa, Colombia
- Ganadería de toros de lidia Roberto Puga, Perú
- Rancho Grande, Venezuela
- Bella Vista, Venezuela
- Guayabita, Venezuela
- Cruz de Hierro, Venezuela
- El Prado, Venezuela
- San Martín, México
- Reyes Huerta, México
[editar] Plazas, ferias y premios
[editar] Plazas de toros
Las Plazas de toros, conocidas como cosos taurinos y anteriormente como Circos Taurinos, son estructuras arquitectónicas de similar funcionalidad aunque de muy disímiles estilos de acuerdo en mayor o menor grado a su antigüedad. En general, se trata de un recinto cerrado de forma circular con graderías y servicios que rodean un espacio central,llamado ruedo o arena; en donde se realiza el espectáculo taurino. El ruedo es un terreno de tierra batida, rodeado por un retiro en donde se preparan y refugian los toreros y subalternos llamado callejón. El cajellón está separado del ruedo por una estructura o pared, generalmente de madera y de aproximadamente 140 centímetros del altura, que posee estribos hacia el ruedo y en ocasiones también hacia el cajellón para facilitar el acceso de los alternantes en caso de emergencia. Dispone de portones de acceso batientes para la entrada y salida de los participantes (puerta de cuadrilla) y los toros (puerta de toriles) aunque la cantidad y disposición de estos accesos varía de un recinto a otro.
[editar] Ferias taurinas
[editar] Europa
- Feria de San Isidro (15 de mayo) - Madrid
- Feria de Abril (después de Semana Santa) - Sevilla
- Feria de la Salud (última semana de Mayo) - Córdoba
- Feria de San Fermín (7 de julio) - Pamplona
- Feria de San José (19 de marzo) - Valencia
- Corrida goyesca de Ronda (principios de septiembre)
- Feria del Pilar (semana del 12 de Octubre) - Zaragoza
- Feria de Semana Santa - Arles, Francia
- Feria de Pentecostes - Nîmes, Francia
- Feria de Dax, Francia (semana del 15 de agosto)
- Feria de la Madeleine, Mont-de-Marsan (tercera semana de julio)
[editar] América
- Feria de Quito Jesús del Gran Poder (6 de diciembre) - Quito, Ecuador (9 fechas)
- Feria del Señor de los Milagros - Lima, Perú (todo octubre y principios de noviembre de cada año).
- Feria de Manizales. Manizales, Colombia.
- Feria de Cali. Cali, Colombia.
- Feria Internacional de Valencia. Valencia, Venezuela
- Feria Internacional de San Sebastián. San Cristóbal, Venezuela
- Carnaval taurino de América, Mérida, Venezuela.
- Temporada Grande de la Plaza México ( 12 fechas )
[editar] Premios taurinos
[editar] El toreo como parte de la cultura
La fiesta es de difícil explicación si no se admite su aspecto ancestral y popular, y si no se admite que el rito fue la antesala del culto. La cultura que ha arropado siempre el discurrir de la fiesta, da idea de su importancia: los toros de Goya, son diferentes a los de Picasso, y éstos a su vez diferentes de los de Manet o Lucas Villamil. La tauromaquia es ejercicio de múltiple comprensión, y puede ser admirada o criticada, pero sus componentes, ya citados, le permiten perdurar en el tiempo y generar amplio debate a su alrededor.
El filósofo José Ortega y Gasset explicaba que era impensable estudiar la historia de España sin considerar las corridas de los toros. Si muchos de los escritores y filósofos de la generación del 98, no gustaban de las corridas de toros, era porque la culpaban del atraso de la sociedad española. Así, Unamuno explicaba que no le gustaban las corridas, no porque fuese un espectáculo cruento, sino porque se perdía mucho tiempo hablando de ella y esto explicaba la formación cultural de sus espectadores. Ortega y Gasset, en su obra La caza y los toros, se extrañaba de que el toreo, siendo un ejercicio callado diese tanto que hablar. Posteriormente, la generación del 27 en su mayoría fue amante de la fiesta, sobre la cual escribieron, pintaron y esculpieron. Vale citar las palabras con las que Federico García Lorca manifestaba su abierto apoyo y gusto por la tauromaquia: "El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo" [1].
Una larga lista de escritores de varios países ha escrito exaltando el toreo como una parte importante del alma de sus pueblos. Entre los artistas vivos que defienden el toreo se encuentra el peruano Mario Vargas Llosa y el escultor y pintor colombiano Fernando Botero. Las corridas de toros son también una importante actividad económica, que es una fuente de empleos y genera cuantiosos ingresos, principalmente por venta de entradas y derechos de televisión.
[editar] Críticas a las corridas de toros
Las corridas de toros han generado críticas alrededor del mundo. Existen grupos que consideran que el toreo es una práctica de excesiva crueldad que atenta contra los derechos de los animales, y que no puede ser considerada ni una manifestación cultural, artística ni deportiva [2]. Los partidarios de los derechos animales usualmente consideran la tauromaquia una forma de tortura. Para ellos esta relación reduce el valor que se asigna a la vida de los animales, incluido el hombre. Esta posición u otras afines son mayoritarias en países en que la práctica es ilegal, y tienen diferentes grados de adherencia en países en que la actividad es legal.