Etnografía de España
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La etnografía de España es el estudio de los componentes etnográficos, (culturales y físicos) de la población española.
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[editar] Historia de la población de España
La población de la Península Ibérica en tiempos del paleolítico superior está integrada por elementos cromañoides asociados muchas veces a la cultura magdaleniense.
[editar] La problemática definición de lo ibero y lo celta
La interpretación tradicional de la Historia de España (hoy no compartida por la historiografía más moderna) planteaba que la población de España en tiempos históricos estaba conformada por una base íbera, identificando ese término de difícil definición con un sustrato racial, aunque en realidad es un concepto que sólo puede tener un valor cultural y geográfico, definiendo a los pueblos prerromanos de la franja mediterránea, el valle del Ebro y el Guadalquivir que habían mantenido más contactos con los pueblos colonizadores fenicios y griegos; la presencia de esos fenicios, luego cartagineses, dio a su vez excusa para mantener una serie de polémicas historiográficas con la difusa identificación de lo púnico y lo semítico.
Según esa misma interpretación tradicionalista, a esa base se le habrían añadido los elementos celtas (concepto que presenta la misma imposibilidad de identificarlo con una raza, sino con las culturas del centro y oeste de Europa). El nombre de celtíberos que dieron los romanos a un pueblo del centro peninsular fue identificado con una suerte de síntesis racial y cultural que estuvo muy lejos de producirse. Los pueblos de la cornisa cantábrica, cántabros, astures y galaicos, se encontrarían en el entorno cultural celta, a excepción de los vascones, cuya identificación con el resto de los pueblos prerromanos y su continuidad con los vascos de la actualidad es más clara, pero también objeto de manipulación y debate.
Todo este complejo asunto se complica con la adición del también confuso concepto de lo indoeuropeo, mundo lingüístico cultural (cuya extensión a lo étnico es más discutible) que puede asociarse a lo celta o lo latino, pero no a lo ibero ni a los vascones, a los que se suele englobar como sustrato preindoeuropeo, concepto cuyo valor descriptivo es limitado, más allá de señalar una difusa proximidad etnográfica de los distintas poblaciones del mundo mediterráneo.
Recientes investigaciones científicas en genética de poblaciones eventualmente son interpretadas como confirmación de teorías etnográficas tradicionales.[cita requerida]
[editar] Romanización
La romanización, que más que una aportación demográfica fue un proceso de aculturación, tuvo sin duda consecuencias demográficas en cuanto a la llegada de contingentes poblacionales (destacadamente asentamiento de soldados veteranos).
[editar] Otras aportaciones. Arabización. Edad Media
Las distintas aportaciones de otros pueblos no citados anteriormente incluirían ligures; germanos, que en tres primeras oleadas fueron los suevos (con una presencia continuada en el noroeste), vándalos y alanos, (estos dos últimos de presencia efímera); y destacadamente los visigodos, cuya presencia como minoría dirigente presentó una implantación más fuerte en el centro peninsular, con capital en Toledo); un contingente considerable de judíos (que posteriormente serían conocidos como sefardíes o judeoespañoles), y una todavía mayor aportación durante la arabización: sobre todo bereberes, y un menor número de árabes y de otros lugares del Próximo Oriente, sin olvidar la importación de esclavos africanos y europeos, entre los que destacarían los eslavos («sacalivas» o «sakalivas»). Lógicamente, el término arabización no hay que entenderlo en sentido racial, sino cultural y lingüístico, así como paralelo a la islamización religiosa. Anecdóticamente puede reseñarse la llegada puntual de expediciones de vikingos, que no llegaron a asentarse en el territorio. En las islas Canarias se desarrolló la población de los guanches emparentada con los bereberes antiguos y con una cultura de filiación al parecer capsiense.
Durante la Edad Media y a través del Camino de Santiago y los pasos pirenaicos, se repoblaron ciudades y comarcas (durante la llamada Reconquista) con pobladores de Europa central y occidental: franceses («francos») de Bretaña y Gascuña, alemanes, flamencos... Entre los siglos XV y XVI llegaron también los gitanos, que todavía hoy constituyen la minoría étnica más importante de España.
Durante el medioevo se constituyeron dos singulares colectivos, el de los agotes y el de los maragatos.
Desde el establecimiento de las rutas de comercio bajomedievales se establecieron colonias de comerciantes de distintas ciudades italianas (destacando los genoveses), que se prolongó durante la Edad Moderna.
[editar] Edad Moderna
La Edad Moderna significó el comienzo de una secular tendencia emigratoria desde España hacia América, que puede considerarse como un fenómeno de larga duración, continuación del proceso repoblador de norte a sur de la Península Ibérica durante la Reconquista.
No obstante continuó la llegada de contingentes emigratorios europeos, en algún caso de forma organizada (repoblación de Sierra Morena por colonos alemanes en el reinado de Carlos III, cuando se funda La Carolina y otras poblaciones bajo la dirección de Pablo de Olavide).
[editar] Edad Contemporánea
En las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, España ha pasado a ser un país receptor de inmigrantes, primero de turistas europeos, fundamentalmente pensionistas alemanes y británicos, alojados en urbanizaciones residenciales frente al Mediterráneo.
Posteriormente, con el desarrollo industrial y laboral en España han llegado desde principios de la década de 1990 inmigrantes que salieron de sus países para encontrar mejores condiciones laborales:
Europeos del Este:
Escasa minorías importantes: