G-8
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- Para otros usos de este término, véase Grupo de los Ocho (Argentina).
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Se denomina G-8 al grupo de los siete países más industrializados del mundo. Está conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón, además de Rusia. Especialmente Japón está en el centro de G-8 como el país más industrializado del mundo.
Los orígenes del G-8 se establecen en marzo de 1973, cuando, a petición del Secretario de Tesoro estadounidense, George Shultz, se reunieron los ministros de finanzas de Estados Unidos, Japón, Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido. En la cumbre de 1975, en Rambouillet, Francia, se produjo la entrada de Italia y, dos años más tarde, en 1977, en la cumbre de San Juan, Puerto Rico, se unió a ellos Canadá. Tras este último se formó el G-7, que a partir de 1998, con la integración de Rusia, se denominó lógicamente G-8. Aunque Rusia actualmente sólo asiste como observador.
Los representantes de estos ocho países se reúnen anualmente en lugares pertenecientes a alguno de los miembros en la llamada Cumbre del G-8. La finalidad de estas reuniones es analizar el estado de la política y las economías internacionales e intentar aunar posiciones respecto a las decisiones que se toman en torno al sistema económico y político mundial.
A lo largo del año, los ministros de economía, comercio, relaciones exteriores, medio ambiente, trabajo, etc., se encuentran para ir preparando la Cumbre anual, acercando posiciones y negociando consensos.
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[editar] Influencia
El G-8, teóricamente, no tiene poder decisorio dado que, como afirman los que lo forman, es un “simple foro de discusión”. A lo largo de su historia, sin embargo, ha demostrado que las reuniones y Cumbres del G-8 van mucho más allá de un simple intercambio de impresiones entre los líderes de las potencias económicas.
El G8 ha ido buscando soluciones y estrategias comunes para hacer frente a los problemas detectados, en función siempre de los intereses propios. Cumbre tras cumbre, encontramos una invariable reafirmación por parte del G-8 de las bondades de la globalización neoliberal y un impulso continuo de las reformas que lo deben permitir: liberalización comercial y financiera, privatizaciones, flexibilidad del mercado laboral y políticas macroeconómicas deflacionarias como el déficit cero en el presupuesto y los elevados tipos de interés. A menudo, este mensaje se ve diluido en los medios de comunicación detrás de anuncios espectaculares en temas como la lucha contra la pobreza, las iniciativas de reducción de la deuda o las ayudas en la lucha contra las enfermedades infecciosas como el sida o la malaria.
Pero mientras el G-8 se muestra implacable en el impulso de las políticas neoliberales, no ha mostrado tanta diligencia en la lucha contra la pobreza, la cancelación de la deuda o la erradicación del sida, incumpliendo sus promesas año tras año. Algunos ejemplos han sido: el aligeramiento de la deuda externa en forma de la Iniciativa HIPC: de los 110 mil millones de dólares prometidos en 1999, en junio de 2003 se habían hecho efectivos menos de un tercio; aportaciones millonarias al Fondo Global de Salud por la lucha contra el sida y otras enfermedades; de los 13 mil millones de dólares anuales prometidos en 2001, tan sólo se han hacho efectivos 350 millones al año; o destinar el 0,7% del PIB a Ayuda oficial al desarrollo (AOD): a pesar de las promesas hechas desde 1981, ninguno de los países del G-8 llega actualmente al 0,33% (OCDE, 2003).
El G-8 no tiene formalmente capacidad para implementar las "soluciones" que diseña. Para conseguir que sus iniciativas, las que realmente interesan, tiren adelante, el G8 cuenta con el poder de sus países miembros en las instituciones internacionales como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el FMI o la OMC. De hecho, de los cinco miembros permanentes (con derecho a veto) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuatro son miembros del G-8, y en el marco del Banco Mundial y el FMI los países del G-8 acumulan más del 44% de los votos. En las negociaciones en el marco de la OMC, los países del G-8 también acostumbran a funcionar como un bloque formado por la UE, Japón, Estados Unidos y Canadá.
A pesar de la relevancia de estas cumbres, las discusiones del G-8 son secretas. No existe transcripción de las mismas y los documentos preparatorios, aun siendo elaborados por funcionarios públicos de los países miembros, son generalmente también secretos y muy raramente salen a la luz pública. Los únicos documentos totalmente públicos son las declaraciones finales. La falta de transparencia es total en el G-8 y la ciudadanía sólo nos llegamos a enterar de lo que quieren que conozcamos. La falta de democracia es aún más evidente si pensamos en el efecto que en todo el mundo tienen las decisiones tomadas en las cumbres del G-8 y lo comparamos con que los países del G-8 representan solamente al 10% de la población mundial.
[editar] La entrada de Rusia
Hasta junio de 2001 el G-8 había sido siempre, y desde su nacimiento en 1976, el Ge, formado por los siete países más industrializados del mundo. Desde 1991, con la desintegración de la URSS, Rusia empezó a ser invitada a participar de forma parcial en algunas reuniones del G-7. Esta participación se hizo anual desde 1997, aunque Rusia siempre había quedado excluida de las discusiones sobre temas de economía y finanzas.
En la Cumbre de Kananaskis (Canadá, 2001), el G-7 se convirtió definitivamente en G-8, con la admisión de Rusia como miembro de pleno derecho a todas las discusiones. Esto ha sido considerado como un premio por el esfuerzo de Rusia por incorporarse a la economía de mercado. Hay que tener en cuenta que Rusia no se encuentra entre las ocho primeras economías industrializadas del mundo, ni tan sólo entre las diez primeras. Aunque el hecho de que sea una potencia nuclear seguramente ha influido en la entrada de este país en el Club de los países más poderosos del planeta.También se ha hablado de una futura de integración de China y España en un futuro G-10.
[editar] Cumbres del G-8
La cumbre anual de líderes del G-8 reune a los jefes de estado o gobierno de las ocho potencias industrializadas más importantes. Debido a ello, es un evento político internacional de primera magnitud que tiene gran repercusión en los medios de comunicación. El país miembro que ostenta la presidencia rotatoria anual es el encargado de organizar la cumbre en algún lugar de su país. Generalmente la cumbre se desarrolla a lo largo de tres días a mitad de año.
[editar] Movilización contra el G-8
En los últimos años, las reuniones del G-8 se han convertido en un foco de protestas por parte de movimientos sociales diversos. En la Cumbre de Birmingham, en 1998, más de 70.000 personas trazaban una cadena humana alrededor de la sede de la Cumbre del G-8, convocada por Jubilee 2000 en el Reino Unido, para reclamar la cancelación de la deuda de los países empobrecidos. A partir de aquel momento, año tras año movimientos sociales de diferente cariz se han dado cita para movilizarse en contra de las políticas impulsadas por el G-8, de la falta de democracia que significa la existencia de este grupo, etc.
En Génova, en julio de 2001, se produjeron las movilizaciones más masivas, y también la represión más violenta por parte de la policía. Los líderes del G-8 se reunieron en una ciudad dividida, entre la zona roja, cerrada por muros y vallas casi infranqueables, y el resto de la ciudad, tomada por los manifestantes. El resultado de la represión fue un manifestante muerto, miles de heridos y cientos de detenidos. Desde entonces el G-8 huye de las grandes ciudades para reunirse en lugares inaccesibles para los manifestantes: en 2002 en Kananaskis, un centro de esquí en las montañas de Canadá, y en 2003 en Evian-les-bains, los Alpes franceses (cerca de la frontera con Suiza). Este hecho, sin embargo, no desalienta a la sociedad civil que, a pesar de no poder llegar hasta el lugar de la reunión, ha mantenido movilizaciones y contracumbres en localizaciones próximas.