Teatro Europeo en la Segunda Guerra Mundial
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El Teatro Europeo fue el principal teatro de operaciones de la II Guerra Mundial[1]. Fue abierto con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y fue cerrado por la rendición incondicional de Alemania a los Estados Unidos, Francia Reino Unido y la Unión Soviética el 8 de mayo de 1945.
Este importante Teatro incluyó tres frentes de operaciones:
- Mediterráneo: incluye las campañas en África del Norte, el Mar Mediterráneo, los Balcanes, Italia y el sur de Francia.
- Oriental: incluye las campañas en Polonia, Finlandia, Europa Central y la Unión Soviética.
- Occidental: incluye las campañas en Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, y las campañas aéreas sobre las islas Británicas y luego sobre Europa occidental.
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[editar] Antecedentes
[editar] Cambios territoriales
El inicio de la II Guerra Mundial en Europa está ligado intímamente con las consecuencias que arrojó la I Guerra Mundial. Las consecuencias de los tratados firmados por las Potencias Centrales en la primera guerra habían alterado completamente el mapa geopolítico de Europa Central y Oriental.
Las naciones que habían resultado más afectadas eran los imperios Alemán, Austrohúngaro y Ruso, que habían perdido grandes extensiones de territorio para favorecer la creación de nuevos estados democráticos, que se esperaba servirían de contrapeso a las naciones derrotadas. De esta manera, nuevas naciones surgieron en el mapa, amparadas inicialmente por Francia y el Reino Unido:
- Imperio Alemán:
- Polonia: República democrática que en 1919 y 1920 luchó con la Unión Soviética tomando territorios al este. Aliada de Gran Bretaña y Francia, no contaba con aliados entre sus vecinos.
- Alemania: Sucesor del Imperio Alemán.
- Imperio Austrohúngaro:
- Austria: República democrática que en 1934 fue derrocada por un gobierno tipo fascista.
- Checoslovaquia: República democrática aliada de Gran Bretaña y Francia.
- Hungría: "Monarquía" sin rey. En realidad una república parlamentaria que fue adquiriendo con los años un carácter más autocrático.
- Yugoslavia: Monarquía.
- Imperio Ruso:
- Unión Soviética: Sucesor del Imperio Ruso.
- Estados Bálticos: Pequeñas Repúblicas que se separaron de Rusia aprovechando la caótica situación del Imperio Ruso en 1917.
[editar] Crisis y Recuperación Alemana
Durante la década de los 1920, los gobiernos alemanes y soviéticos se mantuvieron ocupados en conflictos internos. La Revolución de Noviembre significó el cambio del sistema político vigente en Alemania hasta entonces, y la hiperinflación ocasionó que la clase media alemana virtualmente desapareciera. Mientras tanto, la Unión Soviética luchaba por definir sus fronteras y se recuperaba de la sangrienta guerra civil rusa. Por otra parte, en el Reino de Italia, el país se había convertido en el primer estado fascista, con la llegada de Benito Mussolini al poder en 1922. El gobierno de Mussolini se había caracterizado por un profundo sentimiento nacionalista y por ser opresivo y totalitario. Mussolini había prometido el renacimiento del Imperio Romano, y para lograrlo buscaba expandirse hacia África y los Balcanes. No obstante, Italia era uno de los países europeos menos industrializados, y sus ejércitos distaban mucho de ser los más modernos. Mussolini estaba consciente de esto, por lo que inició un ambicioso programa de industrialización que debería tener a su país listo para mediados de la década de los 1940.
Aunque la economía alemana se estaba recuperando a inicios de los 30, el pueblo alemán guardaba un profundo resentimiento al trato recibido por los Aliados plasmado en el Tratado de Versalles. El hecho de que la derrota del ejército alemán hubiera llegado tan abruptamente, fue utilizado como base por los políticos de derecha para inventar el mito de la "Apuñalada en la espalda". Este mito aseguraba que la guerra había sido finalizada abruptamente por elementos internos, que terminarían por ser definidos como comunistas y judíos. Este odio fue explotado por un jovén partido nacionalista llamado NSDAP, o Partido Nazi. Sumandosé a otras fuerzas desastibilizadores alemanas, el partido nazi ,liderado por Adolfo Hitler, reclamaba la anulación del odiado Tratado de Versalles, y pedía la limpieza de Alemania de elementos foráneos, incluyendo a los judíos y a los eslavos. Hitler iba aún más allá, no sólo sugería la recuperación de los territorios perdidos en la última guerra, sino que aseguraba que era necesario para la supervivencia del pueblo alemán, que se adquirieran territorios al este, a expensas de Checoslovaquia, Polonia y la Unión Soviética, que se convirtió en el enemigo natural de Alemania. La República de Weimar no podía soportar tantos embates políticos, y la llegada de la Gran Depresión derribaría a este fragil gobierno. Hitler llegaría al poder en 1933, e iniciaría los cambios que había prometido, ocupando en primer lugar, los territorios de la Renania. Luego ocuparía Austria, mediante una jugada política conocida como Anschluss. Finalmente, en 1938, Hitler exigiría la incorporación de la región de los Sudetes, poblada por alemanes pero en territorio checoslovaco. Para aquel entonces, Alemania contaba con un moderno ejército, superando los límites impuestos en el Tratado de Versalles.
[editar] Vientos de guerra
Checoslovaquia, que contaba con un excelente sistema defensivo, solicitó la ayuda de sus aliados occidentales, pero el gobierno británico de Neville Chamberlain quería evitar a toda costa una 2ª guerra mundial, y apoyado por los franceses, intentó buscar una solución diplomática. En los Acuerdos de Munich, Hitler recibió los Sudetes, asegurando que esta sería la última anexión alemana. Checoslovaquia, que no tuvo representante en Munich, perdió entonces todo su cinturón defensivo, y acosada interior y externamente por elementos pro-alemanes, el país terminaría dividiéndose en el Protectorado de Bohemia y Moravia y el Estado Eslovaco. En este punto, Chamberlain se convenció de que Hitler no pensaba cumplir la promesa hecha en Munich, y tardíamente empezaría a prepararse para otra guerra.
Todos estos éxitos alemanes no pasarían desapercibidos a Mussolini, que empezó a plantearse unirse al bando alemán, en caso de que una guerra mundial se iniciase. Para aquel entonces, Italia ya había ocupado Albania y Etiopía, siendo expulsada de la Liga de Naciones. Finalmente, el 22 de mayo de 1939, la Italia fascista y la Alemania Nazi firmarían el Pacto de Acero, donde ambas naciones se comprometían a brindarse asistencia mutua en caso de guerra. Este pacto demostraría ser más beneficioso para Italia que para Alemania, ya que el ejército italiano demostraría no estar preparado para la guerra moderna.
Mientras tanto, en la Unión Soviética, Joseph Stalin había consolidado su posición como autoridad máxima a expensas de León Trotsky, y acababa de iniciar una gran Purga en el Ejército Rojo, diezmando la capacidad de operación y organización de sus propias fuerzas armadas. Dándose cuenta de que el expansionismo alemán estaba orientado hacia el este, Stalin intentó en vano encontrar aliados en Gran Bretaña y Polonia, ya que para los gobernantes de este último país el bolcheviquismo era de temer aún más que el nazismo. Cuando Hitler empezó a clamar por la desaparición del corredor polaco, la necesidad de Stalin de tener aliados se hizó más apremiante, ya que era obvio que una vez que Alemania hubiera ocupado Polonia, luego intentaría ocupar Rusia. Gran Bretaña y Francia ratificaron sus garantías a Polonia, no dispuestas a ceder de nuevo ante Alemania, pero esto no fue suficiente para disuadir a Hitler, que no creía que las naciones occidentales le declararían la guerra. No obstante, al igual que Stalin, Hitler no estaba seguro todavía de iniciar la guerra con la Unión Soviética, motivo por el cual se inició un aproximamiento diplómatico con el Kremlin, finalizando con el Pacto Molotov-Ribbentrop, firmado el 23 de agosto de 1939. Este pacto poseía una cláusula secreta, en la que el destino de Polonia, Finlandia y los países bálticos fue sellado[2]. Libre de obstaculos, Alemania se preparó para invadir Polonia, confiada en que las promesas aliadas nunca se materializarían.
[editar] Conquista de Europa
[editar] Invasión de Polonia
El 1 de septiembre de 1939, los ejércitos alemanes cruzaron la frontera polaca, y en cuestión de días neutralizaron el ejército polaco, que no estaba preparado para la Blitzkrieg. El 3 de septiembre los gobiernos francés y británico declararon la guerra a Alemania, para sorpresa de Hitler, pero esto no significó ningún cambio en el curso de la guerra en Polonia, ya que los aliados no se plantearon enviar tropas a este país. Al caer Varsovia, el Alto Mando Polaco decidió dirigir sus fuerzas al sur, hacia la frontera con Rumania, donde planeaban contener indefinidamente a los alemanes hasta la llegada de la ayuda prometida.
Este plan se vinó abajo cuando la Unión Soviética invadió a Polonia desde su otra frontera el 17 de septiembre. Entonces, el ejército polaco empezó a evacuarse por Rumania. Los soviéticos y los alemanes se dividirían el país, tomando la mayor parte Alemania.
[editar] Guerra de Invierno
Stalin, preocupado todavía por una muy posible guerra con Alemania, procedió a acelerar la organización de las fuerzas armadas soviéticas, y enfocó su mirada en las fronteras occidentales. Consciente de Finlandia había simpatizado con Alemania en el pasado, Stalin previó una muy posible ocupación de este país por fuerzas alemanas como preparación para la inminente invasión nazi. La Unión Soviética ofreció entonces a Finlandia mayores territorios en el norte, a cambio de recibir territorio alrededor del lago Ladoga, que utilizaría para proteger mejor a Leningrado. El gobierno finés de Carl Gustaf Mannerheim se negó, y después de fallidas "negociaciones", la Unión Soviética inició la invasión del pequeño vecino.
El resultado de la ofensiva soviética fue decepcionante, los ejércitos soviéticos, numéricamente superiores, no pudieron hacer frente a las fuerzas finesas, mejor adaptadas al duro clima del campo de batalla ártico, y miles de soldados soviéticos murieron debido a la ineficiencia de sus comandantes. Entonces, Stalin remueve del mando a su protegido Kliment Voroshilov, y con tropas frescas al mando de Semyon Timoshenko reinicia el ataque. Esta vez los exhaustos defensores fineses fueron sobrepasados y Finlandia tuvo que ceder gran parte de su territorio a la Unión Soviética.
Este fracaso soviético no pasó desapercibido a Hitler, que empezó a subestimar al Ejército Rojo. Por su parte, Stalin empezó a otorgar más autonomía al proceso de designación de comandantes del ejército.
[editar] Campaña de Noruega
Con la Unión Soviética calmada, Hitler dirigió su mirada entonces hacia el oeste, pero no se atrevía a abrir aquel frente de guerra. Los británicos y los franceses tampoco se atrevían, por lo que este período fue llamado "Drôle de guerre", o Guerra en Broma. No obstante, preocupado por la posibilidad de que el Reino Unido ocupara Noruega y luego invadiera Suecia, cortando el suministro de hierro de Alemania, Hitler decidió ocupar este país primero. Ante la necesidad de establecer bases aéreas para la invasión, Alemania también invadió Dinamarca.
[editar] Notas y Referencias
- ↑ Casi todas las potencias involucradas en la II Guerra Mundial, a excepción de Japón y China, consideraban que Europa era el principal teatro de operaciones que debía cerrarse. El propio presidente estadounidenste Teodoro Roosevelt fue un gran entusiasta de la política aliada "Europa primero".
- ↑ Pacto Nazi-Soviético: Stalin brinda por Hitler Por Luis David Bernaldo de Quirós Arias. Revista virtual "El Catoblepas", N° 29, Julio 2004, Página 10. ISSN 1579-3974. Oviedo, España.